Viernes, 29 de Marzo Villa Gesell

VERANO 2015

Los comerciantes de las localidades del sur admiten que el turista está más gasolero

Los comerciantes, gastronómicos y hoteleros de Mar de las Pampas destacaron que la temporada viene siendo buena pero que el turista de febrero gasta poco. A la hora de ahorrar, se recortó sobre gastos en la playa y otros “lujos” como almorzar y cenar afuera.

A pesar de que fue una temporada con tinte positivo, son constantes las quejas de los comerciantes de las cinco localidades que integran el Partido de Villa Gesell por el nivel de gasto que tienen los turistas durante sus vacaciones. El visitante "copó" masivamente el destino balneario pero fue muy cuidadoso para desenvolver el dinero y, a la hora de ahorrar, recortó sobre gastos en la playa y otros "lujos" como almorzar y cenar afuera.

Todo aquel que instala un comercio y pretende vivir de la temporada estival sabe que, en la mayoría de los rubros y salvo contados casos, lo fuerte del verano está en los 31 días de enero. El resto es para cubrir gastos y hacer alguna diferencia pero lejos está la idea de trabajar al cien por ciento durante el segundo mes del año. Por lo general, a medida que avanza el verano van cayendo los índices de gasto del público visitante.

Este 2015 no fue la excepción de esa regla. Lo admite Martín Arguiñarena, titular del único almacén de campo de Mar de las Pampas, quien destaca el nivel gasolero del público que arriba el mes en curso. "La gente vino masivamente como estaba previsto y se llenaron todas las localidades del sur. Nosotros hemos notada en estos días que por el rubro hemos trabajado un poco más. Pero también ha venido mucha gente que es habitúe del lugar, ya conoce y tiene otra parsimonia con el tema de los gastos. Vamos a ver cuánto tiempo se quedan (los turistas). Pero sí, nosotros hemos trabajado más y eso denota que la gente se cocina en vez de salir a comer", destaca.

La misma concepción tienen los cabañeros de la coqueta localidad del sur del Partido. Fue un verano muy bueno pero cuando el calendario pasó del mes uno al dos, las consultas descendieron sustancialmente y los dueños de complejos estuvieron obligados a comenzar con los descuentos, implementar promociones y mejorar los precios con relación a los competidores. Ejemplo de ello es la diferencia de valores: en enero, una cabaña para cuatro personas con, entre otras cosas, desayuno, limpieza, ropa blanca, servicio de playa, hidromasaje y pileta climatizada costaba entre 18 y 20 mil pesos. La misma cabaña ahora, 10 días después, se consigue por 15 mil pesos, y si se pelea el precio, tal vez por algunos pesos menos.

Incluso, algunos hoteleros consultados por SECTOR INFORMATIVO remarcaron que este año la cocina y vajilla de la cabaña se usó más que nunca cuando por lo general los turistas no tocaban una sartén durante la estadía.

Sea como fuera, cada uno con su rubro, esta temporada fue de ajustes y replanteos a mitad de camino. Los comerciantes, hoteleros y gastronómicos destacan una temporada positiva, con muchísimo público (mucho más que en las últimas 5 temporadas) pero con escases a la hora de gastar en cosas que no son básicas y que pueden necesariamente evitarse.