La gran cantidad de visitantes que se acercó a la playa no ayudó la tarea de los guardavidas. Sólo en el paseo 105 hubo más de 15 rescates. Casi la totalidad de los agentes está de paro luego de las 16.
Ayer, en el marco de un sábado óptimo en materia climática y con un aluvión de visitantes sobre los 40 km de playa que tiene el destino turístico, los guardavidas de la ciudad que no se plegaron a la medida de fuerza impulsada por la UNION no tuvieron una jornada tranquila.
Envueltos en un conflicto gremial que deja a la costa sin servicio luego de las 16 horas, los guardavidas municipales adherentes al SUGARA -uno de los dos gremios que acordaron con el Gobierno- literalmente se volvieron locos. Sólo en la playa del paseo 105 hubo en toda la jornada más de 15 rescates, con un mar que no les dio respiro. La situación se repitió en toda la costa de la ciudad inclusive con rescates simultáneos pero con sólo pocos agentes controlando el oceano.
Si el conflicto no se resuelve, la ciudad quedará desprotegida, con el único recurso natural que potencia la llegada de turistas, el mar, al rojo vivo de potenciales tragedias.
El conflicto de la playa lleva ya varias semanas y hasta el momento no ha encontrado solución. La UNION, uno de los dos gremios intervinientes en el conflicto, exige la inmediata implementación de las leyes provinciales y nacionales que rigen al sector. Desde entonces desarrollan medidas de fuerza diarias con quita de horas de servicio y trabajo a reglamento.
El SUGARA, el segundo gremio, minoritario en el conflicto pero cercano al Gobierno, acordó hace dos días un aumento de salario cercano a los 20 mil pesos para los ingresantes y la adquisición de materiales de trabajo.
