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Política

Lunes, 25 de Junio

Falta más de un año, pero Cambiemos está cada vez más dividido en Villa Gesell y la estrategia "no cierra"

De cara a las elecciones 2019, las cosas en la ciudad están complicadas para la fuerza que gobierna la provincia de Buenos Aires y el territorio nacional. Es que, las diferencias entre los referentes locales, generan múltiples plataformas que fomentan un partido fuertemente dividido. Léelo que te lo explicamos bien.

Panorama conflictivo y complicado para Cambiemos en Villa Gesell de cara a lo que resta del 2018 y el 2019, año electoral donde se definirán liderazgos en la arena política de la ciudad. Es que, hoy por hoy, la fuerza tiene un panorama dividido, conflictivo y de "pseudo renovación", situaciones con las cuales deberá intentar quitarle la intendencia al peronismo.

Te lo explicamos, mas o menos para que entiendas lo que sucede: desde que Vidal ganó las elecciones en Bs.As, allá por 2015, las cosas no pararon de generar ebullición -a nivel local- en el seno de la alianza que hoy gobierna la provincia más fuerte del territorio nacional y también el país.  

Desde entonces las acciones locales no pararon de generar movimientos que trajeron consecuencias problemáticas y conflictos internos que dejan al partido sin un referente fuerte que haga frente a Barrera en octubre de 2019. Le duela a quien le duela, esa es la verdad. Y para colmo, la pérdida de popularidad de Macri y, algo menos Vidal, tampoco ayudan porque son esos referentes (cada vez más criticados) con los que deberán sacarse la foto en la recta final de campaña. Algo así como le pasó al Frente para la Victoria con Scioli y Cristina: el que aparecía amparados por el dúo, perdía, del vamos, un gran porcentaje del electorado. Si hay algo que la gente no tolera es el cansancio por sobre el candidato. Como decía un gran analista político: "cuando la gente te niega o se cansa de vos, hagas lo que hagas, estás perdido".

Y recordemos el titanic de Cambiemos en la ciudad, hagamos memoria. El primer corte ocurrió a mediados del año pasado cuando el entonces titular de la bancada de Cambiemos en el HCD, el "siempre candidato" Jorge Martínez Salas -tal vez por impulso, imprudencia o vaya a saber qué cosa- hizo todo lo posible e imposible para que la fuerza oficialista llegue dividida a las urnas. Tanto fue así, que Cambiemos tuvo dos líneas bien antagónicas que compitieron en las PASO, instancia que dejó al ex intendente Luis Baldo como victorioso en el proceso electoral de ese entonces.

Una vez conformado el nuevo bloque de ediles, Baldo fue elegido presidente del HCD y la pelea interna derivó con el ahora concejal de FE, Miguel Cisneros, quien había apoyado al ex jefe comunal en el cierre de listas de último momento, previo a las PASO de agosto.  

Sorteado ese problemita (que ahora le traería a Baldo inconvenientes en las votaciones del HCD), Cambiemos tiene que hacer frente a los que pretenden sumarse al espacio. Aquí tienen un capítulo exclusivo los concejales de 1País, Hernán Luna y Jesica Cané, ambos ingresados por el espacio massista, luego creadores de un bloque político nuevo y ahora coqueteando con Cambiemos (sí, leyó bien, tres cambios en pocos meses. Y para colmo, Luna también había participado en el peronismo del intendente Rodríguez Erneta. Un joven que se ganó, junto a su compañera de bancada, la denominación de verdadero "panqueque político"). 

Pero aquí no termina el recuento de dirigentes que se anotan para encabezar el espacio de Vidal y Macri en la ciudad. Anótese también a Claudia Cima, ex concejal de la UCR y actual titular de la ANSES, quien se muestra cercana a Salas pero con aspiraciones personales para encabezar una lista para intendente. De hecho, el año pasado, cuando todavía faltaba mucho para hablar de propuestas de campaña, saltó del avión, sin paracaídas y todo, anunció que sería candidata a intendente por la UCR más tradicional en el 2019. Dejó a todos atónitos, sin entender por qué haría semejante declaración cuando todavía faltaban casi dos años para las elecciones. Era, evidentemente, una declaración de guerra anticipada contra Baldo, quien se perfilaba como el renovador del radicalismo y candidato a quitarle el espacio a Salas y companía.

En el medio de la cuestión está el ex presidente de la UCR local y también primer candidato a concejal por el espacio salista, Alejandro Fresone. Con apoyo legislativo propio, el empresario playero dejó claro que se sumará a la pelea por la lista en 2019 y, aunque se mostró cercano a Salas, advirtió que podría ir solo en las próximas internas.

Los trapitos sucios se lavan en casa 

Dicho todo esto, a la danza de los nombres, se le suman las diferencias de conceptos y la problemática que esto puede traer para Cambiemos para ponerse de acuerdo en una "cada vez más lejos" lista de unidad. Díganos el lector, al finalizar la nota, si entiende algo en la "gallereta" de dirigentes que esbozamos a continuación:

Con estilos y pensamientos totalmente irreconciliables, la ecuación es así de complicada. A saber: Baldo no puede verse con Salas (terminaron muy mal luego del cierre de listas, con acusaciones cruzadas de traición y la llamada de atención de las altas esferas provinciales de Cambiemos para "parar la pelota". Pero Baldo tampoco terminó bién con Cisneros (con quien se sacaba fotos de abrazos, como grandes amigos), pero Cisneros no puede verse con Salas, a quien considera la vieja política (y a quien criticó públicamente en reiteradas oportunidades).

En el medio aparece Fresone, más moderado al criticar, pero que está más cerca de Salas, lejos de Baldo y con expectativa de jugar solo por dentro de la UCR, con apoyo de un "tercer grupo" de diputados y senadores con peso propio. Además, aparece Cima, que está donde está por presión de Salas al Gobierno nacional para que le sirvan también al plato su porcentaje de la tortilla, pero que depende un poco de lo que dice Baldo, quien ganó la interna y estaría en todo su derecho, y aunque no lo digan abiertamente, para ser candidata deberá obtener la bendición de la UCR más vieja y conservadora y mejorar su propuesta por sobre Salas. Dificil para la abogada.

Y finalmente, están los nuevitos que piden pista. Damian Feola va a querer su vaso de gaseosa por ser el representante (único y desde un comienzo) del PRO en Gesell. El joven "dirigente" ya se quedó afuera del reparto en el marco de la pelea entre Salas y Baldo en agosto por lo que tiene (muchas) expectativas de ser algo (concejal al menos), en la próxima. Tiene algo de llegada con el intendente de Pinamar, Martín Yeza, con quien lo une un vínculo de amistad-partidismo que se afianzó en CABA durante la gestión de Macri, pero no mucho más para sumarle a su perfil. Aaaahhhh, sí, nos estabamos olvidando que "los propios" le tiraron por la cabeza la situación financiera del joven empleado de Cevige cuando emitió un par de cheques que fueron rechazados al intentar cobrarse (léase como un pase de factura del salismo/baldismo para darle la bienvenida al mundo de la política partidaria. Y todo salió por Facebook).

Por último están, ahora, haciendo píe en la pileta y tanteando si el agua está caliente o fría, los ediles Hernán Luna y Jesica Cané, quienes se quieren sumar a Cambiemos pero, con conocimiento o no, deberán sortear todo tipo de obstáculos que los otros candidatos (jóvenes y viejos) le van a aportar en el nada facil camino al éxito político geselino. Ni hablar de dos personajes, como son estos, que llegan al espacio oficialista como paracaidístas, con remeras de Massa y el PJ en la valija. Y físeje: Luna tiene un concepto casi "vomitivo" con la vieja política (léase Salas y companía) pero no tiene el mismo tono de crítica con el veterano Baldo, quien por razones de causalidad política, no critica como a su antecesor dentro de Cambiemos y además lo ayudó en la votación para ser titular del cuerpo legislativo. Cané por su parte no tiene trayectoria política ni parece pretender mucho más de lo que le tire Luna. Creemos, casi con certeza, que desaparecerá en la próxima conformación del HCD.

Y para colmo de todo el enrrollo que predecedió a este último párrafo, aparecen las presiones de los legisladores, quienes quieren marcar (en las altas esferas del poder) sus territorios y demostrar que tienen candidatos como "don Juan novias en cada puerto" (entiendase la metáfora romántica/política con la que nos esmeramos hoy).

Aquí la cosa se da la siguiente manera: a Baldo lo patrocina el espacio del vicegobernador Daniel Salvador, al trío Salas/Cima/Piacentini lo apoya la línea del alfonsinismo mientras que Maxi Abad, jefe del bloque de diputados de Cambiemos, hace lo suyo por Fresone y la Juventud Radical. "Un verdadero despelote", tal como decían los más viejos, por no afirmarlo de otra manera más subida de tono. PD: le sumamos la influencia del titular de la cartera de Asuntos Municipales de M.E Vidal, Owen Fernández, quien no deja pasar una en la quinta sección sin su opinión.

¿Algo más le faltaba a Cambiemos? La cosa no está para nada facil, complica el armado, la diversidad de sectores y, será muy dificil que se pongan de acuerdo para generar un espacio unido que pueda vencer al barrerismo en 2019. 

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