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Política

Domingo, 09 de Septiembre

Se supo: el "salismo" de vacaciones ya definió que enfrentará a Cambiemos para hacer perder a Baldo

"El siempre candidato radical" realizó una jugada magistral. Se fue de vacaciones y ordenó a su grupo hacer lo mismo, o en su defecto, desaparecer del mapa, para evitar formar parte de las reuniones radicales por la unidad. Salas definió que enfrentará a Cambiemos para ser funcional a Barrera y al oficialismo. El nieto de Don Carlos lo hizo de nuevo. Pásate que te lo contamos.

Jorge Martínez Salas lo hizo de nuevo. El "siempre candidato" radical está de vacaciones y evitó presenciar la reunión entre las partes de la UCR que se desarrolló, en Pinamar anoche, para mostrar unidad de cara a las elecciones partidarias de este año. Así, el nieto de Don Carlos, una vez más, se hizo el "desconocido" para no tener que hablar con Baldo y los suyos en lo que terminará -tarde o temprano- definiendo enfrentamientos y apoyos en las generales de 2019.

SECTOR INFORMATIVO reconoció, hoy luego de varias averiguaciones por el "faltazo" de Salas, un hecho que saldrá a la luz en poco tiempo: el ex concejal radical aprovechó el momento de "diálogo interno de la UCR" para tomarse vacaciones en Europa y así no estar presente en las reuniones de referentes (como la de ayer en Pinamar) que comprometerán a los diversos espacios del partido tradicional para ir juntos en el 2019, independientemente de las diferencias en las partes.

Así, el nieto de Gesell definió algo: no acompañará a Cambiemos en el 2019 e irá sólo con un grupo de radicales "ortodoxos" o "puros". Esto es totalmente funcional a Barrera y su grupo porque, asegura, que el radicalismo se enfrente, por un lado con Baldo y seguidores en Cambiemos y, por el otro, a Salas/Cima por el radicalismo más lineal. 

La idea de Salas no es descabellada si se piensa su malísima relación con Baldo, con quien, hoy, no podría ni sentarse a tomar un café para hablar de fútbol. Ni imaginemos entonces de política. Así, la idea del radicalismo es hacer perder a Baldo y Cambiemos contra el oficialismo, generándo un quiebre de votos entre dos espacios que se disputan los mismos electores naturales.

No es la primera vez que Salas implementa ésta estrategia "del desplante". Hagamos memoria: cuando hubo que definir candidatos para las listas del 2017, realizó una jugadita similar por la cual cerró todo canal de dialogo con Baldo para evitar repartir los puestos en la lista. Le salió carísimo: Cambiemos a nivel provincial y nacional le dieron vuelta la cara y el ex intendente terminó sacando una victoria de la galera. Eso lo relegó durantre varios meses, en los cuales no apareció por ningún lado.

Pero esto no es todo. Claudia Cima -la segunda candidata natural o, en su defecto, el tercero, Diego Piacentini- tampoco participaron de la reunión y siguieron acciones similares a las del "gran jefe ponedor de palos en la rueda": Diego estaría de vacaciones en Brasil y Claudia totalmente desaparecida.

¿Qué gana Salas y compañía con esta acción? Simple: no participa de las reuniones de unidad, no relega poder y evita decir que NO abiertamente. Así, cuando le pregunten, más adelabnte, por qué mantiene su espacio, entonces dirá que el no participó de las negociaciones porque estaba de vacaciones, que lo dejaron afuera y quee aprovecharon su momento de descanso anual y familiar para especular contra él.

Increíble pero real: Salas definió que Baldo no ocupará el sillón más importante del segundo piso del palacio comunal. Al menos, no con su apoyo. Tanto, que es capaz de serle funcional al oficialismo. 

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