Remarcaron su incesante trabajo, que junto al primer pionero Don Carlos Gesell, generó la ciudad que es hoy Villa Gesell. Fueron agasajados 30 vecinos junto a sus respectivas familias. Erneta expresó que el almuerzo se desarrolló "para decirles gracias por ese pasado tan rico e interesante”. Todos coincidieron que lo que más les preocupa es la inseguridad actual y que antes podían dejar la puerta de sus casas abierta.
Durante el evento, que estuvo coordinado y organizado por Abel Goicoechea y la municipalidad local, se disfrutó de un costillar que comenzó a prepararse desde temprano en las veredas del centro deportivo ubicado en paseo 110 y avenida 10 y con la llegada de la gente, todo se convirtió en una verdadera fiesta de reconocimiento para aquellos que con su trabajo, esfuerzo y templanza durante décadas lograron generar un proyecto de ciudad único como lo es Villa Gesell.
Goicoechea, quien se mostró conforme por la respuesta de los vecinos ante la iniciativa, explicó "yo siempre me sentí en deuda con esta comunidad que me permitió realizar una familia, hacerla feliz, próspero, vivir en un pueblo fantástico y formar parte de él. Esa es la sensación que sentí, así que convoqué a otros hijos de pioneros y con ellos pudimos organizar este segundo encuentro".
Por su parte, el jefe comunal, Jorge Rodríguez Erneta, comentó sobre el agasajo "este es un homenaje y un sentido reconocimiento a los pioneros, que es una palabra muy importante que tiene que ver con historia, con decisiones de vida, con esfuerzo, con familias, con hijos, nietos, con presente, futuro y con esperanza. Y esta ciudad se construyó así: con la tenacidad y el esfuerzo del primer pionero que fue Don Carlos Gesell y a partir de ahí todos los que decidieron venir a vivir acá. El almuerzo de hoy es para decirles gracias por ese pasado tan rico e interesante".
Todos remarcaron que antes, cuando la ciudad era un pueblo, dejaban sus puertas abiertas y que nunca pasaba nada. Inclusive, algunos recodaron enojados el día que tuvieron que poner rejas en sus propias viviendas.
Lógicamente, Villa Gesell no es más el pequeño pueblo -en el cual se consideraban todos unas familia- y evolucionó paralelamente con todos los males que trae, como en cualquier ciudad, el avance y el crecimiento poblacional.