El mismo grupo de manifestantes que irrumpió en la sesión del lunes 19 volvió ayer al recinto e hizo todo lo posible para obligar a suspender nuevamente el encuentro legislativo. Es la segunda vez en una semana que el gobierno local no puede aprobar la suba del pasaje.
La reunión legislativa -a la que no acudió personal de la empresa- estaba convocada para las 11 y desde un principio se había determinado realizarla a puertas cerradas, solo con la presencia del personal administrativo del HCD y algunos agentes de prensa de medios locales. Sin embargo, cuando los ediles se sentaron para comenzar el debate, los manifestantes bordearon el recinto e iniciaron una ruidosa manifestación que incluyo golpes contra los vidrios y también exigencias por parte del grupo de vecinos que tensó la situación.
El primero en aprovechar la frágil situación fue el edil radical, Jorge Martínez Salas, quien, al observar el panorama, solicitó al presidente del cuerpo, Gustavo Barrera, que permita el ingreso de los usuarios del transporte público. Inmediatamente, el oficialista Fernando Acebal acompañó en su pedido (ver video en http://www.sectorinformativo.com/videos/ ), situación que obligó a Barrera a habilitar el ingreso de los vecinos. Lejos de quedarse calmados y escuchando el debate, los manifestantes comenzaron -como en la sesión del 19 de noviembre- a realizar cánticos para evitar que los ediles puedan llevar adelante la sesión.
Luego de algunos minutos, el bloque del radicalismo se retiró del recinto y el Frente para la Victoria siguió el mismo camino. Era el final anunciado de un nuevo capítulo en la historia sin fin del aumento del boleto del colectivo.
La policía bonaerense, con el propio titular de la Jefatura Distrital a la cabeza, arribó al HCD junto a un grupo de agentes pero no intervino en la situación. Primero dialogó con la presidencia del órgano y luego explicó a los manifestantes que la sesión iba a suspenderse pero que podían, si esa era su voluntad, quedarse en el recinto.
Incluso, en el seno del grupo manifestantes, se llegó a confabular con diverso tipo de teorías conspirativas de lo más alocadas: por ejemplo que el cuerpo de concejales se iba a reunir en una "sesión secreta" en otro sitio que no era el edificio de avenida 5 entre los paseos 105 y 106 o que la sesión no estaba suspendida y que los ediles en común acuerdo solo estaban esperando que ellos se retiraran para continuar debatiendo y aprobar los expedientes en cuestión.