Miércoles, 24 de Abril Villa Gesell

Opinión | Columnistas

Juan Oviedo, pensador local

6. Poesía

Los dioses dispusieron una forma distinta de decir, ellos no ejercieron la palabra directa sino a través de lo indirecto, era un decir mimetizado con lo natural que supo anidar en el interior profundo de los hombres de aquel tiempo. También fue indirecto el modo de escucharlos, pues no todos los hombres tenían esa capacidad de conectarse con lo divino, los oráculos así lo testificaron, no obstante, la virtud del saber de la palabra que comunica y da luz, eje de la antigua sabiduría, junto a aquel que también iluminaba desde la palabra, el sabio, fueron presencia sustancial y reverenciada a lo largo de las épocas.

La palabra también fue plegaria y vía esencial de conexión con lo divino, como lo era el adivinar tras el volar de las aves y el hurgar de entrañas para encontrar los designios habitando el futuro, y cuando se unió "el decir divino" con "el decir humano", nació en la tierra otro nuevo decir al que se llamo "poesía", y desconocido mundo posicionado en el mundo.

La poesía nació como un decir sabio vinculado a lo divino, con raíz en los hondos misterios celestes, espejo la interioridad humana en la presencia de los héroes homéricos y supo señalar el influjo del inmortal Eros en el corazón de mujeres y hombres, intuyo la profundidad del cosmos junto al misterio de la noche y al silencio que nos habla, y fue palabra alada abierta a rapsodas y poetas, si, la poesía sólo advino como palabra cuando necesitó expresar aquel reflejo de lo abisal del intuido mundo, y destinado a esa única criatura llamada hombre.

Tal preceder ilustre como insondable posiciono al decir poético como un decir no ordinario, porque abrevo en la fuente distinta de lo extraordinario y por ello, fundamento de un decir también extraordinario, su sensible presencia fue infinita profundidad mucho más allá del actual recrear literario, pues tal poesía, fue la expresión obscura de la sabiduría griega de aquel lejano tiempo.

Con el plasmar poético asistimos a un captar misterioso de lo existente junto al emerger del poeta, he aquí una extraña correlación entre los embates sensibles y su vinculante decir.
Y precedido por lo divino del cielo, el poeta, vivió arrobado develando con su decir aquello prohibido a los oídos profanos, si, el poeta fue la fuente del decir distinto y del desvelo de lo no ordinario, tal fue el hacer del ayer poético en lo mundano.

Momentos en que se inicia la presente pregunta, ¿qué función le cabe al poeta hoy, que es lo que puede poetizar en un lugar donde la desacralidad manda, el negocio, la renta y las utilidades ordenan?, porque este poeta ya no represente la antigua conexión con aquel honorable preceder, hoy, sea parte de un marco literario inserto en un inerte proceso cultural. Por el cual lo epocal, parece haberse ensañado con la poesía como tal y sufra las consecuencias de un amargo devaluar y por este devaluar, sea el poeta quien haga poesía e instale desde la grafía cultural a la rima, a la prosa y a los distintos géneros poéticos.

El signo epocal asesto un golpe demoledor a la condición trascendente del discurrir poético, ya no es mediación entre el misterio y lo creado, ni tampoco la otrora oralidad que interrogaba por el devenir, pues ahora como expresión escrita, la poesía, ya no es apropiación de la palabra ya que paso a ser apropiada por la letra, por el estilo, por el género, ya no es más vivencia ni expresión de lo críptico sino mero instrumento de la intervención del poeta, será la mirada de este tercero, alguien que habita el vínculo roto con lo trascendente, así, esta poesía represente la parte exigua del negocio literario con su vano e insignificante decir.

Según el canon dispuesto por la técnica literaria se postule el rango del crear poético, la paradoja implique que si bien por la técnica se puedan generar versos y por ende a poetas, jamás podrá haber poesía, las raíces del presente mundo han prescindido de todo trascender por el cual el destino de los presentes textos, sean los anaqueles, las bibliotecas, en los apellidos de los poetas, y en definiciones de poesía lírica, épica, romántica, racional y secular.

La poesía perdió esa dulce energía de ser realidad independiente a todo poeta, perdió su honorable lazo entre dioses y saber, lo epocal posicionó al poeta como fuente de un nuevo poetizar, así, el ámbito subjetivo será el nuevo espacio del ejercicio poético o limitado radio del discurrir moderno y postmoderno, lejos de sus raíces metafísicas y divinas, el poeta, ya no comulgue con tales categorías.

Recuperar aquella poesía del develar acerca de lo abisal habitando, signifique retorno y vuelco hacia aquella perdida dimensión, y la divinidad, vuelva a ser la suprema metáfora del ascenso humano por un original existir, a crear la sospecha del mundo como enigma, y nuevamente poetizar, implique el retorno a lo no sondable, pero lejos de las bibliotecas y de los libros que anestesian, porque lo vivo, es la palabra que devela y desoculta.

Como "cuando cae la noche y descubres que ella, no sólo es oscuridad".......que no es el antes ni el después......tu sabes: de amarte.

 

Juan Oviedo, pensador local

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