Jueves, 28 de Marzo Villa Gesell

Opinión | Columnistas

Juan Oviedo, pensador local

Verdugos

La palabra verdugo nos recuerda a la acción de alguien que ejecuta una condena o sanción a un reo, como expresión de una acción legal, por el cual todo verdugo será quien lleve a cabo la sentencia de un poder establecido que determina la pena de muerte como castigo, ahora, el verdugo no puede ser cualquiera sino una suerte de profesión implique su hacer, sintetizando, un verdugo es alguien que mata como forma de justicia a un condenado y determinado por un poder competente.

Sin embargo, la acción del verdugo no necesariamente se centre solo en el de matar, también sea aplicable la acción de torturar, claro, siempre como hecho determinado por toda legítima autoridad, antes, por la autoridad del rey o de la iglesia y hoy día por el Estado, así, la función que llevaba a cabo todo verdugo era hacer cumplir esa correlación entre castigo y pena.

El verdugo ejecuta lo determinado por terceros, pero cuando se mata y asesina sin el consentimiento del Estado, ya no estemos hablando de verdugos sino de lisos y llanos asesinos, no obstante, cuando esos asesinos ocupan y pertenecen a las filas del Estado como son las fuerzas de seguridad, una confusión de fondo sucede, pues la dicotomía tan clara al principio entre verdugos y asesinos, se hace aquí un tanto difusa generando el grave problema de si tales asesinatos son legitimados por El Estado.

Hipoteticemos una acción individual llevada a cabo por el fervor ideológico y sin consentimiento para quien se desempeña, El Estado, hablamos de una acción desde el odio y cierto componente de prejuicio racial, étnico, en contra del negro, precarizado, mapuche etc., y termine con la muerte de uno de ellos, tal hecho particular adquiera relevancia pública por la condición escandalosa de que un representante del Estado, ejecute un delito que no fue habilitado por El Estado.

Señalamos hechos que por lo general son ocultados o tergiversados por la misma fuerza a la que pertenece el asesino, y de conocerse ese delito cometido, será tergiversarlo apelando a los consabido actos de "defensa propia" o de matar a alguien desarmado, tirar un arma al cadáver asesinado y prueba que legitima el asesinato del accionar policial.

O como en alguna oportunidad un reo escribió en la cárcel, "miren, yo no me suicido".
Estamos ante la presencia de pseudo verdugos o ejecutores sin el consentimiento de su plana superior pero que a la vez, son defendidos por la fuerza que definen su actuar como " un exceso o alguien al que se le fue la mano", pero ¿sabe algo?, en un contexto de violencia preparada para reprimir en todas sus formas, tensión por enfrentamientos más cierto psiquismo de por medio y propensos a prejuicios y delirios, hallemos las condiciones para ir gestando la mentalidad de asesinos.
Ahora, una trampa parece diseñada con la presencia del pseudo verdugo, que exime al Estado de no tener nada que ver con él y es cuando aquel, es juzgado y condenado.

Pero la maraña jurídica y usted ya sabe de lo que estamos hablando, más allá de su resultado sea el que sea, no pondrá en la palestra lo que se debe poner, el grado extremo de indefensión de todos los ciudadanos ante el accionar del ejército, la gendarmería y los del gatillo fácil como los provocadores de una cabal inseguridad, porque todos podemos ser víctimas ante la condición que tienen sobre sus espaldas, "ser ajusticiadores".

Solo para poner algunos ejemplos:

03/02/16 Clarín
Escándalo en Rosario
Detuvieron a 15 policías por matar a un joven y fingir un enfrentamiento.

22/05/2015 - 14:12Clarin.com Política
Informe 2015
Contundente informe del CELS: críticas a Milani en el año con más violencia institucional de la gestión kirchnerista
La organización que preside Horacio Verbitsky concluyó que, en materia de derechos humanos, el año pasado registró una suba en casos de detenciones ilegales, gatillo fácil y torturas en cárceles.

Noticias - gatillo fácil Diario Popular 02 junio 2017
Marcha en Hurlingham por nuevo caso de gatillo fácil
IAGO AVALOS

06 enero 2017 Diario Popular
Matan a joven delante de su familia y detienen a gendarme
Página/12, 02 de diciembre de 2016
Cinco mil víctimas desde 1983
Informe de la Correpi: un muerto cada 25 horas por gatillo fácil
La Coordinadora Nacional Contra la Represión Institucional presentó su informe anual en Plaza de Mayo. En el primer año de Cambiemos ya son 259 los asesinados.

Dijimos que la trama de la judicialización en curso pone al Estado como alguien no cómplice, caratulando o dando a entender que tales hechos y acciones son una suerte de desviación del personal involucrado y por ello, ponga distancia respecto de él como Estado y no quede sospechado de ser el impulsor intelectual de tales acciones, sin embargo, más allá de la trama judicial, estemos frente a una metodología de las fuerzas de seguridad y una política represiva, de acoso y de hostigamiento, en otras palabras, estar frente a una violencia institucional donde cualquier ciudadano puede sufrir el riesgo de experimentarla, algo que pone en la palestra la justa existencia del estado de derecho ante el accionar de cualquier uniformado, sea de la fuerza que sea.

Este oscilar de verdugos a asesinos, sea el verdadero caso que se desea tapar y ocultar, pues no es que ellos utilicen la fachada institucional y desde ahí, se auto determinen operadores al servicio de cierta limpieza ideológica, étnica, social, partidaria, sino que son un producto generado por el propio Estado, con el ejercicio de su violencia institucional, el pseudo verdugo emerge desde esa subjetivación estatal que hace efecto en su condición personal y su manera de entender la función de ser policía, gendarmería o del ejército también, ya sea como un torturador u obediente debido, los del gatillo fácil, junto a los servicios y cuanta ignominia más.
Por ello el presente nacional caso excede el ámbito de una familia en particular, sino que nos incluye a todos porque todos estamos bajo el desamparo de la sospecha .

El verdugo actúa parapetado según ese orden legal que utiliza a su propio beneficio y sostiene "hay que comprobar la culpabilidad del delito señalado", de ahí los silencios, los ocultamiento para que no se sepa los que ellos hacen, la autoridad concedida a tales personas los vanaglorie de ser ellos quienes determinan y quienes diseñan las formas de control, vigilancia y castigo.

La impunidad, soberbia, arbitrariedad y despotismo de esta gente, determinen que no es importante "quién es el otro", sino de "quién soy yo", el que determina y decide acerca de ese otro, sea negro, chico de la calle, vagabundo, sin techo, marginal, mapuche, morocho, provinciano, ese poder del cual se nutre todo verdugo cuyo modelo y contexto es la violencia estatal que determina cada gobierno de turno.

Por eso volvemos a decir que no se trate de una familia, sino de todos porque todos somos sospechados y culpables, entonces, nada mejor que volver señalar la sabia advertencia de Martin Niemöller:

«Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.

Cuando vinieron a por los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío.

Cuando finalmente vinieron a por mí,
no había nadie más que pudiera protestar.»

Juan Oviedo, pensador local

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