Viernes, 29 de Marzo Villa Gesell

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Juan Oviedo, pensador local

Investidura

El respeto a la investidura implica un valor formal por la posesión de ciertos cargos dignos de carácter oficial a desempeñar en el plano institucional de un país o nación, se trata de una ceremonia consistente en el momento de tomar posesión ese cargo, haciendo abstracción de la persona que la ejerce porque tal investidura posea un carácter simbólico que licua la subjetividad en el momento de la ceremonia, usted ha visto a muchos impresentables en nuestra historia institucional que en esa investidura se veían maravillosos para después, caer como lo que eran, puros fantoches mediáticos .

Pero antes de toda caída, el respeto acompañe ese significado formal que trasciende el personal o el de la persona que ejerce esa función, como la hallamos en la investidura presidencial, la de todo senador, diputado, juez, intendente, concejal etc.

Ahora, después de lo ceremonial llegue el momento de centramos en la persona, en aquel que desempeña el cargo, donde lo intocable que representaba la investidura ya no exista y momento de la verdad, y ahí, se desplome a pedazos ese fantoche investido por no cumplir sus deberes (campaña) y se ampare en sus derechos (veto) y gobierne, legisle en contra de lo que dijo.

Tal como sucede con la investidura lo mismo suceda con toda persona y que es la de estar bajo el a priori del respeto, hablamos de un formalismo moral y suerte de legado que todo tercero está obligado a respetar, pero le cabe a quien se respeta que sus acciones, conductas y hechos lo puedan legitimar, quizás acrecentar o algo peor aún, a perderlo porque cuando se actúa en contra de alguien, eso vulnere el sentido mimo que posibilita todo respeto, y la línea de protección que significa ese respeto quede rota, entonces, esa persona ha perdido respeto.

"El bufón del rey" es una vieja película de los años 50 y sucintamente plantea a Hubert como el bufón del Rey Roderick I, participa en un complot para destronarlo y devolver el trono al legítimo rey, todo bufón es un personaje similar a un payaso cuya finalidad es provocar risas y entretener al público, por ello es inofensivo, también, en el films "El año en que vivimos en peligro", en un momento del mismo Billy se muestra como un bufón cuando en el fondo es uno de los cerebros más lúcidos en la Yakarta de Indonesia en contra de Sukarno su dictador.

El bufón es una figura que enmascara porque para hacer reír se necesita de ingenio y lo acerque más a la comedia y con el ridículo de por medio, nos topemos con situaciones sumamente divertidas, ahora, creer que un bufón es algo liviano es no entender su naturaleza, porque puede ser de naturaleza ácida, crítica, lúcido etc., pues ahí se halle la fuente creativa del cual todo bufón bebe, entonces, las imágenes bufonescas que se hagan de un decir presidencial puedan generar una doble lectura, que estemos ante la caricatura de un bufón o que efectivamente sea un bufón, pero en ambos casos se tiene que reconocer la posible condición oculta de todo bufón, y por ello, mostrarlo como un hecho al cual se debe mofar o reírse en el fondo nos lleve a entender un análisis frágil acerca del bufón.

Lo cierto es que ser un bufón va en contra de toda investidura presidencial, por ejemplo, un estadista no haría un discurso sugiriendo a la población la compra de lámparas led como parte para paliar el problema de los tarifazos en el país, y al hacer tal declaración pone en tensión ya no la investidura sino a la persona que la ejerce, así, el respeto queda en la palestra y pueda tambalear por el bufón en ciernes.

El bufón quite legitimidad de respeto a la persona que ejerce un cargo porque su accionar es un delirio, una payasada, una alucinación que gobierna pero fundamentalmente en contra de, entonces, algo se ha perdido.

Pero en este punto la pregunta ¿cuál sería la estrategia de mostrarse tal y recibir el aplazo generalizado de todo aquel que posee un sentido común?, esa condición bufonesca ¿que busca tapar, qué negocios cubrir, cual ser el significado por desviar la atención y centrarse en su figura de hazmerreir?, he aquí a alguien inocente, inofensivo y no peligroso, ni tampoco la talla de maquiavélico porque no le da y este sea el sentido de nuestro bufón, ocultarse, velarse en globos, frases y farandulización política para no mostrase como es.

Sin embargo, si lo pensamos y nos ceñimos al dicho que dice "el que ríe último ríe mejor", entonces, es porque hay un bufón del otro lado que hace reír a este bufón o algo peor aún, que lo que no se muestra como bufón provoque risa, porque su accionar es también un delirio como sería una oposición que no frena nada, una elección (2017) perdida, marchas y contramarchas que no cambian nada, endeudamientos y su creciente espiral al cual nadie puede parar, suba de precios que nadie puede frenar, las instituciones presas del presidencialismo y no pueden zafar, todo un país y el relato detrás de una ¿poderosa, débil, incauta oposición?, provoque la hilaridad por su incapacidad de poder torcer el estado de las cosas presentes, ineficacia e inutilidad para frenar, detener, paralizar, suspender acciones que van en contra del colectivo, su representación y sus instituciones.

Entonces, estemos ante un bufón genuino quien provoque la jocosidad del bufón en ciernes, lo hace reír porque el otro bufón al ser depositario del presente sistema político no puede cambiar nada, la condición utilitaria del sistema que son una mayoría de representantes en una de las cámaras, la gente en las calles, más sus pobres, mas las presentes manifestaciones, gritos, protesta, marchas, todo se revele insuficiente para lograr torcer el estado de las cosas, porque nadie sabe ¡qué efectivamente hacer! y mostrarse mediáticamente como oposición pero sin real poder .......esto, ¿no causaría risa?, en una comedia sí, pero por tratarse de un país, el tinte ya es trágico

Juan Oviedo

Juan Oviedo, pensador local

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