Jueves, 28 de Marzo Villa Gesell

Opinión | Columnistas

Juan Oviedo, filósofo local

Gurkhas

Lo que define a un Gurkha de un aliado político consista en el sentido de igualdad, uno le aporta al otro lo mismo que ambos necesitan, mientras que en el Gurkha no, éste no decide subordinarse sino que ya es un subordinado, si bien ambos cumplen un rol, el igual puede consensuar, mientras que al Gurkha, se le imponga quien lo manda.

El Gurkha parta de eso, de estar preso de una desigualdad al que se le asignan condiciones porque su situación es la de ser un subordinado a un poderoso señor porque presta un servicio al que le determina su jefe o patrón, la metáfora extraída del sentido del Gurkha de las fuerzas especiales al servicio del Reino Unido, sea análoga con la de los candidatos en las próximas elecciones y así, señalar que nos hallamos entre Gurkhas en el pueblo, y los que hablan de autonomía, libertad, decisión en el fondo ser marionetas de un poder que les digita su actuar.

¿Hay Gurkhas a nivel nacional?, si, ¿nombres?, peronismo y radicalismo, ¿patrones?, kirchnerismo y macrismo, ¿y a nivel local?, bueno, vea a los candidatos de hoy, ahora, ¿se puede ser Gurkha a nivel nacional y patrón a nivel del pueblo?, ¡sí claro que sí!¡¿y al revés? por supuesto que también o los poderosos de ayer, ser Gurkhas hoy y los Gurkhas de ayer ser los que manden hoy, por supuesto, la presente definición sea parte de la órbita política. mientras que en otro nivel, el de los negocios en el balneario no haya modificación alguna, el patrón seguirá siendo patrón mas allá de los circunstanciales de turno, los siempre subordinados Gurkhas al servicio del imperio económico.

¿Hay, existe algo menor en la pirámide entre jefes y Gurkhas?, si, aquellos que los votan a ellos, se trata de la masa invisible y silenciosa llena de carencias y necesidades, víctimas directos de las políticas de turno voten a sus victimarios como sus salvadores, mayor subordinación a eso es imposible de pensar, ¡votar a quienes son los responsables de la calamidad que viven!, en otras palabras, los jefes y Gurkhas se beneficien por el sistema de la cantidad, de aquellos necesitados a los que dicen representar según esa elaborada trampa burguesa del voto y la desfachatez de nombrar a tales necesitados como soberanos, pero lo peor, ¡creerse tal!

El péndulo presente delimite como nadie a los Gurkhas en el pueblo, ahora, ¿cuál es la mentalidad de aquel siempre subordinado que adquiere poder?, reproducir la cadena con otros nuevos Gurkhas, sacar entre las filas de los carentes y necesitados aquellos que han sido correctos para con sus jefes y así, pertenecer a la categoría de nuevos Gurkhas y bajo la elección del jefe del pueblo, ser denominados nuevos colaboradores, subalternos y pasar al staff oficial como flamante testimonio.

Y que nos lleve a la pregunta por la función de los Gurkhas, ¿qué los hace necesarios?, mano de obra subordinada, porque no es mano de gente pensante sino obediente a los designios del patrón que ven como un ascenso pertenecer a la condición de ser Gurkhas, como parte de una lógica meritocrática y a la que se sienten orgullosos por pertenecer, ¿hay neologismos para estos Gurkhas?, si, son los trepadores, militantes, aduladores, seguidores, adeptos, lame botas etc., y esa sea su meritocracia, un perfil de cortesano que le permite estar cerca y así, ser ungido a la característica de Gurkha por el patrón o jefe, algo que no es ideológico y si contingente por el poder de los que ungen.

Y con el presente cinismo típico de los que ungen, los ungidos deberán votar a los Gurkhas del pueblo, y se reitere el escenario monótono de la cuantificación llamado democracia, elegir a quienes no eligen y obedecer a subalternos y obedientes.

Juan Oviedo, filósofo local

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