Viernes, 26 de Abril Villa Gesell

Opinión | Columnistas

Juan Oviedo, filósofo local

Folletos

Comenzada la campaña electoral y como parte de la misma, está circulando un folleto oficial en la cual se difunde una serie de obras en beneficio a la población en general, así, con el trasfondo de tales trabajos, se postule nuevamente el oficialismo para una reelección local.

A los datos de las obras que visibilizan una gestión y por ello considerarla exitosa, una pregunta por otros tipos de datos nos surge, y que hacen hincapié por sobre el tipo de población que somos como pueblo costero, hablamos de algo no tan difundido y por eso la necesidad de saber por ejemplo ¿cuántos pobres somos, cuantos indigentes nos habitan, cuanta desocupación existe aquí en Villa Gesell?, usted se preguntara ¿y para qué saber eso?, pero eso le muestre a usted la dimensión social de una comunidad y que no puede ser tapada por la dimensión material de obras concretas, porque en este punto se encuentre el meollo de toda la cuestión política de todo gobierno costero, la de proveer recursos para que la gente trabaje, page sus impuestos y pueda simplemente vivir decorosamente a lo largo de todo el año.

La decisión por tales aspectos económicos ¿es política solamente? claro que no, porque esa disposición choque y contraste contra las condiciones reales de una economía local y a la que francamente nos muestra como una sociedad recesiva, situación que pone un corsé a todo aquello que implique un crecimiento al escenario material de la gente del pueblo y torne imposible, el cambio de realidad en la vida en aquellos que no están favorecidos.

Más allá de datos concretos podemos plantear que una suerte de casta social se va haciendo palpable y basado entre los que más tienen, los que tienen y lo que menos tienen, hablamos de la casta de los comerciantes, las de los empleados estatales y de todo el año, y la de los que solo hacen changas, entonces, con una movilidad social rota, el fantasma del medioevo instalarse y la mirada solo quedar en el presente de las obras que se hacen, pero sin decir o hablar de la sustancial incapacidad local para torcer las condiciones recesivas que el balneario de Villa Gesell instala a la sociedad geselina.

A lo largo de varios años, dos fueron los partidos que gobernaron en el pueblo desde el 83 hasta el presente, si, son los dos que usted piensa, ahora, más allá de obras, planes estratégicos ¿recuerda eso?, iluminaciones varias, encuentros de turismo redundando siempre en relación a los prestadores de servicio, lo cabalmente importante que es romper con la estacionalidad social o la inmovilidad del medioevo, no es dicha, no es puesta en discusión, entonces, ¡cómo algo tan evidente desde que el pueblo fue creado, no sea puesto en tela de juicio?

Porque de hacerse mostraría la inutilidad de aquellos que no pueden dar respuestas a tan terrible situación, mientras, fulano se pasa a mengano, perengano concurre con otros a acompañar a los jefes nacionales, el pueblo se viste de juego, plazas, recreaciones varias, condecora a vecinos. misceláneas que mantiene ocupado a su masa y así, poder escapar de la segura nausea que tal estado de cosas provocan acá.

Si la inutilidad manda, gobierna, no importa que sea nueva o reelegida, no cambiara el estado de las cosas que reinan por acá pero ¿cuántos somos los indigentes, los pobres, los que hacemos changas y que no tenemos posibilidad de dejar de serlo?...........porque de eso, no se habla.

Juan Oviedo, filósofo local

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