Viernes, 29 de Marzo Villa Gesell

Opinión | Columnistas

Juan Oviedo, filósofo y profesor geselino

Prevención

Según un diario local del 31-01-2020 " ......... el ministro de Seguridad bonaerense remarcó que Barrera estaba en conocimiento de la situación de descontrol que había en Villa Gesell con el tema de la juventud".

Otra noticia sostiene que la justicia ordenó levantar la clausura de Dixit. "Desde el boliche se dio a conocer que, a pesar de la medida decretada hace dos días, esta madrugada desde el municipio se volvió a clausurar en algo que calificaron como “autoritario y despótico”. Por último, se adelantó que la empresa iniciará demanda por "abuso de autoridad a los funcionarios municipales”.

Considere esto "abuso, autoritario, despótico" en otras palabras, descontrol.

Otro medio expreso "Se prohibió el consumo de alcohol en la vía pública en Villa Gesell. Pero, la medida punitiva se concentra en el consumo de alcohol —no prohíbe su venta en comercios ni boliches-"

Una palabra más que utilizada en la costa bonaerense en el verano es la del "descontrol de los jóvenes", pero ¿qué se quiere decir con eso?, la conducta alterada según mirada correlativa por el consumo de droga, alcohol, y hacinamiento en los boliches, y la mezcla de todo sea el caldo de cultivo de ese descontrol, Como lo dice un guardavidas en Gesell “Prevención por acá, rescate por allá, criaturas solas en el agua, borrachos violentos, miles de nenes perdidos, gente invadiendo nuestro espacio de trabajo (delimitado), grupitos de pibes pateando pelotazos en lugares mínimos, botellas que vuelan, etc.”.

El descontrol citado ¿quién lo sufre?, no los descontrolados sino aquellos encargados de mantener el control, por ejemplo, los ruidos de la música alta, el juego de la pelota invadiendo espacios, el apilarse en un lugar de la playa, el recibir a seis o siete jóvenes y experimentan su estadía en términos de gritos, decibeles altos, jarana, romper algunas cosas, es lo cotidiano y ha llevado a muchísima gente del pueblo a no querer alquilarle a ellos, pero usted ya lo sabe, les terminen alquilando porque las casas o deptos no se alquilan, entonces, ¡que vengan los hijos al balneario nomás!

Porque el joven significa negocio y el balneario sabe eso, del turismo familiar y devenido en turismo adolescente, tal franja etaria permita al negocio local sobrevivir a costa de ellos, entonces, aquí está el cuello de botella, dar un servicio acorde a lo que quieren esos visitantes ¿y cuál es?, usted pensara "la playa", no, el servicio es la condición de posibilidad al jolgorio, diversión, estar con los parecidos, el juntarse y experimentarse de una forma distinta, romper estereotipos, incitación a lo nuevo, así, este lugar llamado Villa Gesell ofrece tal servicio pero claro, con la espada de Damocles pendiente, el exceso y sus consecuencias en víctimas y victimarios.

El descontrol y los excesos son algo que está a la orden del día y algo que no es nuevo, sino que viene de arrastre y con el transcurrir de las temporadas, una acumulación de enojos y molestias se van archivando en los otros turistas, por ello el rumiado castigo ejemplar que recibirán los asesinos, ellos serán los chivos expiatorios y carguen la cruz simbólica de las cientos de peleas y algunas muertes ocurridas en épocas pasadas, el castigo debe ser ejemplar y después, hecha la purga licencia para que todo siga igual.

Ahora bien, el gobierno local adopto medidas preventivas, ahí está la cuestión difícil, el prevenir toma por eje cierta variables y las considera presentes en todo descontrol, entonces, la prevención es prohibición, sume: alcohol, drogas, boliche, militarización, y puede ir más lejos aún, pasar al control en: tipos de comida, enfatizar horarios y lugares en donde se debe divertir, las formas de ese divertir, las horas de sueño de los sujetos, vigilar sus traslados y rigurosidad en permitir o no la entrada al pueblo según la piel del joven, ¿nota la paradoja?, el descontrol de una prevención en términos de control.

La prevención parte de un a priori básico; la de ser todos sospechados, y el prejuicio de fondo que implica ese sospechar, un potencial descontrolado, y quienes acaten tales prohibiciones dejen de ser sospechados y se cumpla con la otra parte de la prevención, se terminen las peleas y las golpizas por igual, insultos, exabruptos etc. Pero ¿es así?

¿Se imagina usted al balneario entre prevenciones de tipo prohibitivo y vigilancia de tipo coercitivo?, porque la playa como eje de atracción para el joven no es el atractivo principal, sino esas condiciones a la exaltación y exacerbación, al romance de verano e ir a bailar, mostrarse, enganchar, sin obligaciones de ningún tipo, ahora, sin tales condiciones cierto colapsar al consumo por ausencia de ellos devenga y con ello, la temporada reducirse mas y mas, y cuan selección natural solo sobrevivan los negocios más fuertes.

La prevención solo es una medida cosmética, del momento con su ignorar de fondo, no saber muy bien como mantener el servicio e imperativo del balneario a la diversión, donde habita el descontrol y esperan los excesos y tipos de muerte también (por peleas, por sobredosis, por alcoholismo, por accidente) ¿daño colateral?, algo que no pone en tela de juicio a los balnearios, sino a la conducta de esa juventud, por ello la purga exigida como reclamo social exime al balneario de culpa alguna.

En este punto, ¿cómo personifica usted a Villa Gesell?, pues víctimas y victimarios tienen nombres y apellidos, pero ¿el balneario?, ¿es el municipio, el colectivo, los negocios, los hoteles y alojamientos particulares?, ¿cómo detecta a culpables, responsables y cómplices si los hay?

Y nos dice que la prevención no hace mea culpa de nada, pone el problema en el afuera y si lo hace adentro, lo tilda de ilegal y vinculado al delito, y calmadas la sed de venganza, todo será historia.

Ser manada no solo es atacar, sino con jóvenes asistiendo y dispuesto a su querer hacer, pero blanco de los depredadores que los inducen hasta aquí desde sus lugares de origen y muchos, quedar aquí atrapados ¿la moraleja?, la muerte de algunos salvaguarde a la especie tras la cantidad y así, poder regresar en la próxima estación a la presente sabana.

Y cuando todo sea recuerdo, entonces, el olvido llegue........ ¿siendo claro?; no es cuestión de memoria, sino de negocio.
Juan Oviedo, filósofo y profesor geselino

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