Jueves, 28 de Marzo Villa Gesell

Opinión | Columnistas

Juan Oviedo, profesor y filósofo local

Tribunal

"Vivir de la política" quizás no sea difícil de entender, pero quizás, lo difícil a delimitar por el gran significante del término política -es justamente eso-, entender el significado de política. Por ejemplo, cualquiera que pertenezca a un grupo, partido o secta que se defina político, se valga de casos de asesinatos o de desgracias etc. para posicionar puntos de vistas -para sacar réditos-, como sucedió con el asesinato del ex secretario de CFC, y la colaboración de medios -comprados, amigos, afines-, bueno, tal oportunismo sea ampliamente justificado por ser ¡político!.

Esta palabra de "político" tiene una capacidad operativa en sí misma y legitime cualquier hecho en la realidad, por el cual es "más real que la propia realidad" y manipule a esa realidad -desde oficialismos y oposición-. indistintamente.

"Vivir de arriba", significa que usted vive, se ampara etc., sin producir nada desde el punto vista de material -pues es un mantenido-, antes, ese vivir mantenido favorecía a Druidas, chamanes e iglesia, y ponemos esos ejemplos porque ellos manejan el creer -y hoy día-, compartan su privilegio con esa otra casta de la credulidad denominada política. Fuente del sujeto vitalicio llamado político. Se trata de individuos que una vez entrado en el entramado partidario, militante, puntero, manifestante y funcional, contará con la protección de un sistema que lo justifica tal. Se trata de la democracia representativa.

Con una infinita y extensa necesidad por cubrir todos sus aspectos institucionales, el sistema, se valga de esas células "llamados partidos" y nicho del político, naciendo aquí el vínculo entre sistema y "sujetos vitalicios", que la democracia dispensa.

"O los que viven de la política".

"¿Cómo es ese recorrido, ese camino que debe llevar a cabo cualquier aspirante para llegar a ser un vitalicio?", primero, estar en ese lugar llamado partido y estoicamente mantenerse, segundo, militar, hacerse conocido entre los propios y construir una apariencia para convencer a quienes lo rodean -de ser como lo ven- y después, convencer a esos terceros que lo catapulten.

Ese -futuro vitalicio-, luchará denodadamente para ser elegido, y quienes lo voten será por haber sucumbido al discurso de aquel -el elegido-, para resolver los problemas y calamidades que otros han provocado. "Esos otros que tuvieron la misma intención que él", como la pasada gestión, pero no por inutilidad, incapacidad, negligencia, ignorancia, pudieron resolver a lo que decían "que venían a resolver". Eso fue mera manipulación discursiva y colaborando en esa decisión -que fueran votados - el candidato opositor de entonces, ellos vinieron a hacer negocios, entonces, -ellos no fracasaron-, porque buscaban otras cosas. Por eso ellos -sin gobernar-, no tienen futuro político, la condición de oposición como tal, solo es mero remanente de votos electorales, he aquí un claro ejemplo de la señalada parasitación.

Pero lo dicho no quita una palabra y se trata del fracaso, inscripta entre esos ganadores y perdedores -según las urnas-, el pendular de unos y otros en el país les permita mantenerse como indispensables, pero en el fondo, "son los grandes responsables de la parasitación a la República". Ellos son el gatopardismo instalado y del oportunismo para usufructuar la desesperación y miseria de terceros -ante el terrible sistema de la representación-, eso los perpetúe, y aquí -¡si haber perdedores!-, son los que lo votaron y creyeron realmente que los representan. ¡Te han hecho la cabeza amigo!, como los druidas, chamanes y curas lo vienen haciendo hace siglos.

"¿Y si sueñas un poco?", como creerías que sería si instalaras "lo que provocas lo pagas", ¿seguirá incólume la misma casta?, sueña otro poco, donde la decisión equivocada y el error cometido, cambie la ecuación de -quienes se equivocan-, sin consecuencia para ellos, ¡si lo tendrán!, al ser enjuiciados por sus víctimas: NOSOTROS.

Sigue soñando -que las víctimas deben ser el tribunal-. Las víctimas, porque los victimarios, los responsables, no pagan, entonces, las víctimas deben crear y constituir el siguiente tribunal cuya sentencia sea "lo que provocas, lo pagas" y así, se desvele el uso obsceno de la casta parasitaria y gatopardista que ha posicionado la mentira de la representación en toda la mayoría en Latinoamérica.

Solo unas cuantificaciones como soporte delo que decimos..........

Según el portal AG Noticias, con un informe en economía titulado; "De Alfonsín a Macri: Un recorrido por los índices de pobreza en Argentina", sintéticamente extraemos, " De 21%, de pobreza en 1985, bajó al 14%, en l989 el 38,3% de las viviendas estaba por debajo de la línea de la pobreza, en 1995 Menem (mes en el que renovó su cargo) el número llegaba al 22%. En 1999, año en el que ganó Fernando de La Rúa, la pobreza afectaba a casi el 27%, octubre de 2001 el 35,4%, en el año 2003, cuando Duhalde le entrega el poder a Néstor Kirchner (FpV) la tasa anual de pobreza había llegado al 48%.

En el 2006 el Kirchnerismo había logrado bajar este índice al 27%, con Fernández de Kirchner la pobreza habría bajado de 37% a 30% en el periodo de 2007 a 2015.

En relación a la gestión de Macri, el primer dato oficial del INDEC sostiene que la pobreza, desde abril del 2016, alcanzaba al 30% de la población. En 2017 el índice había disminuido casi cinco puntos llegando al 25,7%. Mientras que en el segundo semestre de 2018 el número de personas pobres creció al 32% arrastrando a 14 millones de personas en el país, es decir, casi 3 millones más que el año anterior, cuyos ingresos no logran cubrir los servicios básicos"

¡Ah!, puede generar encono, pero según un informe de "Una distribución en movimiento: El caso de Argentina" (2008), desde 1974 hasta 1981 la tasa de incidencia de la pobreza fue inferior al 10 %.
"Ojo por ojo, diente por diente", hoy más que nunca debería volver a ser vigente................
Juan Oviedo, profesor y filósofo local

Más columnistas

Ver Archivo