Jueves, 25 de Abril Villa Gesell

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“TODO PASA” O LA BANALIDAD DEL MAL

"...no hace falta recurrir al diablo para comprender el mal". (R.Safranski-El mal)

El "todo pasa" parece una constante que veo todos los días en mi consultorio y en los grupos de recuperación. Me sorprendió en una entrevista que tuve con un dirigente de futbol hace muchos años como me mostraba distintos mensajes en su escritorio y otros guardados en su saco que decían "todo pasa". Retrataba una forma de ser argentina que "Minguito Tinguitella" mencionaba con "se igual". Parece haber una ceguera de la Ley y de la conciencia moral.

Un paciente me sorprende. En un barrio aledaño a una villa en uno de los tantos conurbanos de nuestra gran ciudad me cuenta como cuatro amigos han muerto. Disputa entre bandas. Luchas entre "transas" me dice también. Nuevos "escuadrones de la muerte" en donde la Policía también hace su parte. Púberes de 14 o 15 años, solos en las calles, villas y esquinas son sacrificadas en medio de la desorientación y el Paco como droga mientras el humo de la marihuana y las latas de cervezas acompañan. La escuela quedó lejos. El aprendizaje de algún oficio también. Mi sorpresa sigue y le pregunto por los padres de los chicos muertos. Fallecidos. Presos. Adictos algunos de ellos. Ausencia. Hueco. Vacío. Familia, escuela y trabajo no pertenecen a la agenda diaria de sus vidas.

Yo me sorprendo e incluso me angustio por lo que me cuentan mis pacientes mientras la voz monocorde de ellos me habla de la falta de remordimiento y culpa. Así escucho muertes próximas, robos en banda entre padres e hijos (clase media media o alta), consumos compartidos entre familiares, plantas de cannabis producidas para vender en el barrio. "Todo pasa"; es la "banalidad del mal" tan magistralmente descripta por Ana Arendt.

Ya Stalin y Hitler no pertenecen al horror del siglo XX, hoy el mal visto como "banal" se enseñorea en nuestros barrios y ciudades. El mal es un nombre para lo amenazador...a la pérdida de sentido, al caos, al devorar y ser devorado, al agujero negro de nuestra existencia; es la conciencia que puede elegir la crueldad y la destrucción de ella misma.

La Ley es solo una pantomima frente a la omnipotencia del Dominio aunque éste sea sangriento. Es el reino del automatismo. La banalidad del mal y el "todo pasa" implica eso la vigencia del automatismo. Son máquinas de hacer lo mismo desde vender, robar, dañar, etc. sin siquiera pensar. Se hace porque si...o acatando la orden de la masa o del Fhurer de turno (el Líder del momento); barra brava, banda, grupo de violadores en un boliche, el relacionista público que entrega mujeres, el drogar a otro para conseguir algo (violar por ejemplo). El otro deja de ser una persona y se transforma en una cosa. La cosificación de las personas es absoluta. El humanismo lo pone el terapeuta (casi como si fuéramos de otra época); ellos me muestran una sociedad anti-humana. El narco y la cultura narco, que es un amplio repertorio de justificaciones, son la base de este nuevo estalinismo que reina en los barrios.


"...Dios ha muerto... ¿no habrá que encender las linternas desde la mañana? " F.Nietzche

No hay reflexión, pensamiento segundo en el decir de Gabriel Marcel; el cerebro en automatismo triunfa todo sazonado con estimulantes, cannabis, alcohol o algún otro sucedáneo que suspenda la conciencia. Todo tiene justificación y sin culpa ni responsabilidad así como ceguera de las consecuencias. Las consecuencias de los actos, entonces, parecen no existir.

Es solo el cumplimiento de un mandato automático del Fhurer (Líder de la manada) y del cerebro que funciona sin pausa y con mecanismos arcaicos propios del simio o los reptiles. Cae lo humano, también en lo neurológico. Hay una destrucción de la personalidad moral que se lleva a cabo mediante la capacidad de juzgar y elegir entre el bien el mal. Las drogas hacen su parte y los contextos dañinos dirigidos por Dominadores hacen lo otro. Parecen ser víctimas de un nuevo Poder totalitario. La fascinación que ejerce Pablo Escobar Gaviria en nuestros lares responde a una ideología asesina que se ha impuesto como Ideal en ciertos sectores de la sociedad. "Plata o plomo" parece ser la Ley, como nos enseñó ese nuevo filósofo y Patrón del mal colombiano. Parece ser nada aquello que refiere una cierta Ley.

Tenemos que colaborar con el verdugo; ese que nos da la dosis , el que domina un barrio, el que nos protege del poder corrupto; cuanto faltara para pagarle impuestos a ese poder para resguardarnos como se hizo en Colombia y en el país Vasco frente al terrorismo? . No lo sabemos pero el silencio de los que temen ser condenados y la fuerza de los dominados por los verdugos es grande. Es el nuevo Poder totalitario del siglo XXI y para esto no hace falta recurrir al nazismo o al comunismo.

La víctima de este nuevo poder totalitario no puede elegir entre el bien y el mal, pues la única alternativa que le queda para evitar un mal es cometer otro: colaborar con el verdugo, para eludir su propia muerte; suicidarse, para no dañar a otros. Allí donde resulta imposible hacer el bien, la víctima acaba asumiendo la conciencia de ser un cómplice de su verdugo en su propio envilecimiento. Todo ser humano es visto y tratado como una cosa. El móvil del mal no es el orgullo como en Lucifer ni en la envidia como en Caín, tampoco en el resentimiento como en Ricardo III; es mantener una cierta cuota de Poder, de Dominio respondiendo al Fuhrer grupal; Amo y Señor de la Muerte.

El orden del mundo y de nuestro mundo siempre está en difícil equilibrio por eso para los antiguos egipcios el mito de Shou (Dios del Aire) retrataba la función del Estado (Estar sobre) que tenía la misión de sostener el cielo para que éste no se desplome y viniera el caos, el desorden, la catástrofe donde todo está a punto de derrumbarse .Así surgía el mundo estable y se superaba el caos.

Con un cerebro hipotecado por las drogas todo puede suceder ya que se va creando un mundo paralelo que llamo "paramundo"; conjunto de espejismos alucinatorios que cautivan a muchos. El mundo de la realidad queda a un costado. La droga adormece a parte de la humanidad .Es un factor de explotación y alienación y se basa en el adormecimiento. Por eso rehabilitarse es un "despertar". Despertar lo mejor de nuestra persona y a la dignidad de una vida que tenga un dueño y un testigo que somos nosotros mismos. Por último quiero recordar esto de un genio de los problemas serios de la infancia: "las tendencias criminales que empiezan a mostrarse en los chicos es solo una huida ante las "experiencias de desatención" sufridas en la infancia con violencia, abuso, incesto, etc.". (Stefano Cirilo -El maltrato infantil). Algo nos pasa como sociedad ante esta indolencia que se expresa como una banalidad ante el mal.

DR.JUAN ALBERTO YARIA


DIRECTOR GENERAL GRADIVA

Rehabilitación en adicciones

 

Dr. Juan Alberto Yaría

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