Jueves, 25 de Abril Villa Gesell

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RECUPERAR LA BRUJULA Y LOS NARCOS

"No clave la mirada fijamente en el abismo; no sea que el abismo la clave en usted" - F. Nietzsche

Estamos en una severa crisis humana ese, quizás, es nuestro verdadero "default". Desde hace años la escuela, la familia y el orden público caen en picada. Hemos perdido la brújula que es la que marca a los navegantes de la vida el norte de nuestras existencias y de toda comunidad. A los narcos le conviene una sociedad en "default" de valores y propósitos y en donde se desacredite totalmente los límites y la autoridad. La voz de los que piensan distinto es casi inaudible dentro de la vocinglería mantenida con un marketing que promociona los disvalores como exaltación misma de la libertad cuando en realidad es formar una sociedad de esclavos.

La des-familiarización es evidente más allá de los cambios que se ha operado en este momento cultural en todo el mundo entre la familia tradicional y los nuevos modelos de familia. El abandono es nota predominante y los hijos quedan "sueltos" y sin ninguna orientación paterna especialmente. Nos podemos preguntar si podemos crecer en este contexto de inermidad. Este fenómeno si bien es una nota en el mundo actual en nuestro país adquiere características especiales con una promoción de todo aquello que lleva al deterioro como el drogarse y la voz de la prevención es también inaudible. Todo esto responde a factores culturales que se han instalado en la postmodernidad como la crisis de los vínculos entre los sexos que se "degradan" rápidamente y la noción, parecería, "triunfante" de que el padre es "superfluo".

Hoy se sabe que los chicos que crecieron sin padre tienen mayor riesgo de interrumpir los estudios secundarios, de permanecer sin estudiar ni trabajar durante largos períodos de tiempo, en las adolescentes sube la prevalencia de embarazo precoz; así como en ambos sexos hay una mayor vulnerabilidad a presiones negativas de pares como por ejemplo el consumo de drogas y de alcohol. Los finales del siglo XX mostraron un desplazamiento hacia la periferia de la familia de la figura del padre. Un feminismo, creemos, mal entendido, mocionó al padre como un personaje superfluo considerándolo solo como un proveedor de semen alejado de toda función simbólica.

La escuela pública otrora bastión de la cultura más arraigada de nuestro país quedó subsumida por gremios que la usan como capital político abandonando otra vez a los chicos. Ni siquiera hay clases. La caída cultural se hará más pronunciada ya que la educación es uno de los principales vectores en la lucha contra la pobreza.

El narco aprovecha todo esto .No solo altera el orden público con "vendettas" y venganzas sino que se sirve de la falta de ideales de nuestros niños por la pérdida de la transmisión de los valores de la vida .Un chico con padres claudicantes o desconocidos, una escuela anémica y ausente queda a expensas en su vacío a la cultura del consumo desde el juego a las drogas y alcohol.

Daños neurológicos se van a combinar cuando se apela a estas conductas. Entonces la dependencia genera una alteración crónica de los sistemas de recompensa o sea de los sistemas del placer que todos tenemos. Acá el placer quedó fijado en consumir y todo lo otro (hijos, vida, deporte, amistades, etc.) queda en un segundo plano. Hoy recuperar a un paciente es ayudarlo a encontrar la brújula de su vida, tratarse es recuperar la misma. Brújula que marca el norte o sea el sentido de la vida. La vida, que es un ejercicio cotidiano de nuestra libertad, queda reducida para muchos en encontrar la dosis. El problema diario es uno solo: la dosis. ¿Preparamos a nuestros hijos y ciudadanos a ejercitar la libertad?.

LA ODISEA Y LA LIBERTAD

La enfermedad para millones de seres humanos es un refugio masoquista. ¿Qué es la vida para muchos? Una maldición. Sobre esto, una versión comentada de "La Odisea" de un filósofo alemán L. Feuchtwanger nos ilustra enormemente y nos dice que muchos marineros transformados en cerdos por los encantos de Circe estaban contentos por su nueva condición y se resistieron desesperadamente a los intentos de Odiseo por romper el hechizo y devolverles la forma humana. Preferían seguir siendo cerdos a ser humanos. Cuando Odiseo logra atrapar a un cerdo y transformarlo por una hierba milagrosa en hombre, éste llamado Elpenor en absoluto agradecido por volver a su forma anterior, ataca su liberación y le dice a Odiseo: "¿Otra vez has vuelto a exponer nuestros cuerpos al peligro y a obligar a nuestros corazones a tomar nuevas decisiones? Yo estaba tan contento, podía revolcarme en el fango, estaba libre de dudas y razonamientos; ¿A qué viniste? ¿A arrojarme de nuevo a mi odiosa vida anterior?".

La Modernidad se edificó sobre la Razón con sus ideales de la medida, el método; la post-modernidad (el hoy que vivimos) sacraliza el instante del placer en su desmedida, el tiempo se agota en la desmesura y el instinto y el goce fáctico priman sobre la pausa y los objetivos. Entonces nos quedamos sin futuro. Viva el presente, dice el post-moderno. Todo es líquido y fluyente. No hay proyecto más que el de hoy. "No Future", como rezaba el lema del célebre conjunto de rock Sex Pistols. Pero lamentablemente si no hay proyecto ni futuro, hay muerte temprana como lo muestra la clínica de las adicciones.

Además en la Argentina estamos colectando miles de pacientes crónicos que no pueden vivir sin la dosis o con alteraciones psiquiátricas muy severas.

RECUPERAR LA BRUJULA DEL SENTIDO

Tal cual nos enseña Víctor Frankl: "lo más profundo del hombre no es el deseo de poder ni el deseo de placer sino el deseo de sentido". Nos quedamos casi masivamente sin sentido, sin direccionalidad. Los adolescentes son los que más sufren esta crisis de sentido porque se quedaron también sin referentes, cuidadores, orientadores, padres que los ayuden a parir como personas en esa etapa tan difícil. Si como dice Nietzsche nos quedamos mirando el abismo éste nos "chupa" y atrapa. Las drogas son la cara del abismo. El sentido es la brújula que marca nuestro norte o proyecto vital.

Dr. Juan Alberto Yaría

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