Martes, 23 de Abril Villa Gesell

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ENTRE “LOBOS”, NARCOS Y MANIA

"... No sé quién soy pero huyo". Montaigne, M (humanista del renacimiento siglo XVI)

Me esperaba hace meses un paciente (55 años) y me dice con la mímica de un ser vencido y en un lenguaje inaudible y triste: "...he perdido todo...mis hijos... mi mujer...volví a mi madre ya viejita y vencida...lo tuve todo y ahora nada...todavía me queda el yate"; "...solo quiero drogarme...aunque sé que me muero". Es el mundo de la cocaína en su descenso. El yate queda como un testigo de un mundo que pasó y por sus problemas no puede pisar tierra firme porque está enfermo (in-firmus de ahí viene enfermo o sea no firme).Le devuelvo esperanza, lo miro fijamente y le trato transmitir una voluntad de vivir y un acompañamiento en este nuevo momento de su vida. Sale reconfortado luego de varias internaciones que anunciaban una a una su decadencia. Hoy gana el que promueve e incita esperanzas y esto surge siempre de un vínculo humano que es aquello que no se vende en las farmacias.

Todos parecen ser como los "Lobos de Wall Street", aquella célebre película de Leonardo Di Caprio y Martín Scorsese. Nadie como ellos retrataron ese mundo de "Lobos"...o sea de deshumanización sazonada y rociada con cocaína, alcohol para luego descender de la superestimulación con barbitúricos y tranquilizantes además de opiáceos. Scorsese adelanta este tiempo y como los grandes del arte mostró la caída de todo un sistema humano desde la década del 80. Mientras tanto Pablo Escobar se frotaba las manos recogiendo millones en su Medellín natal disputándose mercados con Cali y esperando ya Méjico con sus carteles. Ellos, los narcos, funcionaban como los sepultureros de un sistema inhumano que nacía. Luego Madoff, Bernard (1938 a la actualidad) el financista que vivió de burbuja en burbuja entre vahos de alcohol y drogas se encargaría de rematar todo esto en la crisis del 2008 en USA cuando la manía se liga a las drogas y a la omnipotencia...en donde el otro no importa pero tampoco importa el sí mismo ni nuestro cuerpo. En Madoff la soledad de las "burbujas" financieras se une al suicidio del hijo mayor y al cáncer de su otro hijo. Estafa, drogas, manía de ganancias rápidas, cárcel por 150 años, muerte de los dos hijos que eran en su manía su orgullo y fueron su condena moral y a los cuales de alguna manera sacrificó.

Manía, omnipotencia, decadencia y crisis final. Ceguera del otro y de sí mismo mientras la manía en su alucinación crea un mundo que luego cae entre órganos que explotan con el testigo mudo de las terapias intensivas y realidades que asustan con jueces y policías que intentan suplir una Ley faltante en el mundo interior de todos estos actores lanzados a la locura.

Acá en nuestra comarca global todo es parecido con el toque de la cumbia y la peculiar escenografía y belleza olfativa del conurbano o los perfumes del centro y los barrios VIP. Desde las diversas "Saladas" y ferias de ventas de todo a los delirios frenéticos en barrios cerrados. Es la manía que invade con ganancias rápidas. Es un ser humano que se va degradando mientras en sus alucinaciones se siente Dios entre mansiones y mujeres compradas. Los Ideales suelen ser en estos personajes Al Pacino en su célebre Scarface de la década del 80 también o Pablo Escobar ("el capo de todos los capos") como mencionaban los dos cuadros de los sentenciados por la Ley estas semanas. No es un Berni o un clásico del renacentismo los que gobiernan la escena diaria de estos personajes sino ídolos de la "merca" de hoy. Cambiaron los ideales sociales y por ende los valores.

¿QUE PROMETE LA COCAINA?

Hay una promesa en juego siempre. Es una imagen que nos cautiva y nos incorpora al nuevo cautiverio de millones de personas. Es la fascinación de Narciso y del narcisismo. Los griegos, que de esto algo sabían, decían que la imagen es la sucesora de la sombra. Esta imagen aparentemente triunfal es la huida de la sombra, la ausencia, el dolor, la muerte. Quizás Montaigne tenía razón cuando decía "... No sé quién soy pero huyo".

Estamos en una epidemia en donde la "peste "blanca pretende resumir como título a un actor central de esta era que se anuncia ya en la década del 80 en donde la súper-estimulación es clave. Rendir, no dormir, performance, estar a "mil". Invade las calles, las Bolsas de Valores, las redacciones, las familias, las escuelas y universidades, las fiestas, etc. El sentido de todo es el exceso para lograr la performance y esto reemplaza al proyectar .Mas que proyectar día a día hay que rendir.

Hipermodernidad como nuevo época de la humanidad marcada por la información en tiempo real e instantáneo. Tiempo de la robótica y del inicio de la computación y comunicación .El hombre se asimila a ese modelo. Se asemeja a esa máquina veloz. El hombre también ya es veloz aunque sea artificialmente. Lo definió perversamente el llamado "Patrón del Mal" Pablo Escobar Gaviria cuando describen sus biógrafos:" con esto no van a poder los Ejércitos". Husmeaba un nuevo tiempo en donde esta droga iba a convertirse en una necesidad imperiosa para millones. Hoy esta peste blanca adquiere distintos nombres: cocaína, crack, pasta base, pastillas estimulantes, metanfetamina, éxtasis.

El antecedente en muchos casos es la marihuana que desde mi punto de vista junto con el alcohol son los cursos preparatorios que en muchos casos culminan luego del shock del "flash blanco" en drogas de huida neta y nirvanicas como los opiáceos (plantas adormideras). Nuestro país junto con Uruguay es el primer consumidor de cocaína de América del Sur y el segundo en toda América luego de USA. Ya la imagen del narco no es la de aquellos personajes grotescos de la década del 80 ya que se llaman a sí mismos "empresarios ilegales" y viven exclusivos barrios cerrados como en Argentina dirigiendo sus negocios de una manera satelital y bancarizada.

LA ARGENTINA DE LOS 80

En la Argentina de los 80 mueren personajes encandilados por el "polvo blanco" como pasaba en USA. Ilusión de potencia y omnipotencia como pasaporte seguro a la autodestrucción. Toda superación de límites-parecería- al fin nos limita de la peor manera (la "parca"). Olmedo cae de un balcón. Otros participan en horrendos crímenes. Ha caído hace unos años el "último de los mohicanos" de esa época, el "Facha Martel" que incluso llegó a vivir en un auto abandonado. La cultura de la droga se estaba instalando en esa época y de una manera llamada simbólicamente "La Ciudad Feliz"(Mar del Plata) como testigo y testimonio de ese momento.

Nuestra sociedad estaba perdiendo la noción de fiesta ya que en la post-modernidad ésta es suplida por el exceso; es la fiesta vivida inmediatamente en el cuerpo y a través de los grupos en lo colectivo. En este tipo de fiesta con fiesta con excesos está el placer. En la post-modernidad las drogas y sus excesos suplantan todo. El sentimiento que parece acompañar a la fiesta post-moderna es la tristeza y el vacío, como su contracara.

Nos sucedió lo mismo que en la California de los 80 como narra un luchador y científico como Nahas en esa época. Nahas, científico de nota y que incluso fue contratado por el gobierno chino para prevenir probables epidemias de drogas en la década del 80, luchó en USA (California) para mostrar los daños .En los ambientes artísticos, culturales y empresariales era considerada una droga "recreativa". El viejo maestro Nahas, con quien tuve el honor de estudiar en Argentina y USA, luchaba en su país contra la cultura de la implantación de la cocaína que se la consideraba, como en la Argentina de los 80 y todavía en algunos sectores en la actualidad, como una droga recreativa y de la diversión. Mientras tanto en los 80 los modelos animales nos mostraban lo contrario ya que los ratones de laboratorio morían por consumir esta droga y ni siquiera comían. En los humanos pasaba lo mismo .Clínicas, sanatorios, hospitales y consultorios se llenaban de pacientes que como los ratones tampoco "podían parar". Accidentados. Hemipléjicos. Homicidas. Muertos.

La sociedad a través de voceros privilegiados seguía hablando de la droga de la "felicidad" y que además no generaba daño. El no poder parar no era solo lo que les sucedía a los ratones de laboratorio a en los 90 desde el Nida (Centro Nacional de drogas de USA) se empezó a observar los cambios en el funcionamiento cerebral a medida que el cerebro se iba adaptando a su uso. Cambios funcionales químicos y eléctricos y cambios estructurales (infartos cerebrales por ejemplo).

En USA mientras los Madoff y los "Lobos" de Wall Street empezaban a actuar en la Argentina sucedían cambios culturales que anunciaban la entrada de la manía como un sistema de vida con la cocaína como evento mágico buscado. La droga entra ahora, ya, en este nuevo tiempo en la familia. Hoy es común observar familias enteras de consumidores o grupo de hermanos, padre e hijo, o madre e hija. Plantas de marihuana en los jardines o excursiones para ir a encontrarse con un supuesto "chaman" que los "ilumine" con el hongo alucinógeno con ayahuasca. En Gradiva el 62% de los pacientes tienen algún familiar consumidor. La tercera población de consulta son familiares en contacto con la droga; la segunda son patologías de adultos con daños severos en los distintos sistemas orgánicos y con alteraciones mentales por un consumo de muchos años y en primer lugar los jóvenes.

El costo social de todo esto es central. El mundo los "Lobos y Narcos" trae sus costos e incluso un porcentaje del aumento de pensiones de discapacidad más allá de los usos políticos de algunos tiene que ver con esta epidemia. Hay miles de muchachos jóvenes que quedan discapacitados para tareas complejas porque han quedado con daños neurológicos por el consumo de drogas incluso para tareas simples. Solo quieren drogarse como ese paciente que se presentaba ante mí como un "espectador de su propia muerte". Había perdido toda capacidad de decisión y de freno de impulsos autodestructivos.

Las drogas en la vida familiar llevan a fenómenos contrarios a todo desarrollo sano: a. rechazo de los hijos si los padres están en carrera de consumo con conductas contradictorias, violentas e incluso perdidas de las diferencias generacionales con abusos sexuales; b. codependencias permisivas y cómplices en donde algunos de los familiares oculta información a otros sobre la conducta de alguien e incluso le facilita la compra de drogas ; c. sociedades adictivas entre hermanos o padres generándose una verdadera debacle del sistema familiar y por ende de toda socialización.

Los costos en calidad de vida de la sociedad son inmensos. Económicamente un país se resiente enormemente ya que las ausencias laborales, los costos judiciales, médicos, penitenciarios y básicos y fundamentalmente se va devaluando la cultura y la educación social. Pero debemos quizás hacer la siguiente pregunta: ¿importa el país o la Nación como construcción ética en un mundo de Narcos, "Lobos" y en estado de manía?.

DR. JUAN ALBERTO YARIA
DIRECTOR GENERAL GRADIVA - Rehabilitación en adicciones

Dr. Juan Alberto Yaría

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