Viernes, 26 de Abril Villa Gesell

Opinión | Comentarios

“NON FATE CONFUSIONE…”

"en la confusión está el principio del mal de las ciudades" - D.Alighieri. La Divina Comedia

Cuando era chico un zapatero de barrio ante mi inquietud en el negocio ya que tocaba y cambiaba todo de lugar me repetía nervioso la frase "non fate confusione". El orden era todo para él .Mas adelante con los años mi viejo maestro de Literatura y de la Vida el Prof. José María Castiñeiras de Dios me decía que ese era un principio cultural que arrancaba de las raíces de la cultura renacentista y me recordó el célebre dicho del Dante en donde el mal de las comunidades radica en la confusión. Imposibilidad de distinguir, diferenciar y por ende ordenar. El cosmos (orden) para los renacentistas era un principio fundamental para comprender la realidad.

Ante algunas situaciones que en el campo de las adicciones y sus políticas futuras apareció este recuerdo infantil y las frases repetidas en cada encuentro del maestro Castiñeiras. Donde para mi resulta claro el mar de confusiones es en relación a lo que debemos hacer en el campo de la Salud Mental y en donde lo vemos es en lo relativo a la llamada Ley de Salud Mental.

Esta significó un gran avance en el reconocimiento de los derechos y las garantías de un debido tratamiento para el paciente y trata de estimular prácticas modernas y lo menos reclusivas para el tratamiento de los trastornos mentales y también sobre las patologías adictivas. Al mismo tiempo deja enormes huecos en lo asistencial y no hay una sola palabra sobre prevención en adicciones. Se intenta atacar a la concepción manicomial, lo cual es importante y un avance; pero el sesgo "ideológico" anti-institucional lleva a confundir a cualquier institución de residencia de pacientes con un manicomio.

Las críticas al marco normativo que el Ministerio intentaba realizar fueron producto, desde mi punto de vista, de una gran confusión. Modificar implica según estos cultores de la Ley un volver al modelo manicomial cuando explícitamente se trata de mostrar que se busca estructurar un modelo moderno con centros públicos y privados que van desde lo residencial para pacientes severamente dañados en lo mental o en lo adictivo. Se acusa de "modelo médico hegemónico" a los que tienen otro criterio e incluso el médico que prescribe un medicamento queda asimilado a la tecno-ciencia capitalista e instrumento servil de los laboratorios con sede en U.S.A., Francia, Suiza o Alemania. Palabras que parecen "latiguillos" políticos o títulos para una "pancarta" en una manifestación.

Todos los que aprendimos con grandes maestros vivenciamos que nuestra función es la clínica y ésta es estar al lado del paciente (klinos-cama, lecho) y de ahí nace la escucha de un sufrimiento, con la empatía que surge de un marco ético hipocrático y judeo-cristiano ayudamos a que la persona pueda superar sus delirios, sus dependencias adictivo-suicidas o su melancolía.

Estos síntomas no los puede controlar por sí mismo y por eso necesita ayuda de otros e incluso de una institución. Si la patología es grave y no hay recursos familiares de contención quedará internado (no es una mala palabra sino una ayuda necesaria). Así se va llegando al diagnóstico de una crisis vital y un tratamiento. Diagnosticar no es "etiquetar" sino diferenciar para atender mejor al dolor humano.

LOS MANICOMIOS

Desde 2010 que se promulga esta Ley no se pueden abrir instituciones con el agravante que en el campo de las adicciones se confunde a la comunidad terapéutica con los manicomios. Por lo tanto la Argentina desde esa época no puede abrir legalmente instituciones. En plena epidemia de consumo de drogas, con aumento de patologías asociadas (psicosis, daños neurológicos, accidentes, etc.) y a la vez de las propias patologías mentales es imposible habilitar instituciones bajo la autorización del Ministerio de Salud .Surgen, producto de estos vacíos legales, instituciones en el campo del tratamiento de las adicciones sin ningún aval y se va deteriorando la atención.

Para realizar esta Ley no se pidió asesoramiento a los Colegios de Psiquiatras, Facultades de Medicina, Academia de Medicina y los miembros de organizaciones que representan a instituciones de atención fueron invitadas a reuniones pero no podían presentar ponencias para cambios. Fue aprobada junto con cinco Leyes en un tratamiento "ómnibus" y sin discusión parlamentaria a libro cerrado.

Se intentó derribar el modelo manicomial olvidando que no todas las instituciones son manicomios y en realidad hoy se habla en todo el mundo de institutos especializados en salud mental con diversos módulos ya sea residencial como diurnos y ambulatorios. Confunden manicomio con comunidad terapéutica cuando en realidad ésta surge como una superación de las estructuras anquilosadas. Hoy la Argentina está asistiendo a la destrucción de lo poco que queda en el tratamiento de las patologías graves ya que en el 2020 deben cerrar de acuerdo a esta norma arbitraria. Incluso en alguna provincia de Europa que se intentó realizar esto se dieron 17 años de plazo. La anterior administración consideró que en 5 años de plazo bastaba. Absurdo total ya que la demanda sanitaria es enorme y los recursos para adecuarse son imposibles económicamente como es por ejemplo transformar una comunidad terapéutica en un centro hospitalario privado con múltiples especialidades. El país con el cierre de todos los centros quedaría sumido en una crisis sanitaria de consecuencias imprevisibles y máxime en momentos epidémicos.

HACIA LA "INDIGENCIA" MENTAL Y ADICTIVA CALLEJERA

Estamos promoviendo la expulsión de pacientes que estarán en la calle como mostré en otros artículos en donde la Asociación Nacional de Homeless de U.S.A alertó sobre estas experiencias en algunos Estados fracasadas que llevaron al aumento de los encarcelamientos, la vida callejera marginal y el descenso de tratamientos.

Más de 300 centros que atienden dolencias serias y que agrupan a miles de pacientes en alrededor de 30.000 y que llegan a 300.000 con los módulos diurnos y con un 15% de la población de personal sanitario (enfermeros, médicos, psicólogos, operadores terapéuticos, consejeros, talleristas de arte, terapia ocupacional, etc.) quedarán a la deriva frente a la incertidumbre.

El Ministerio de Salud y el Gobierno Nacional intentan resolver este desaguisado con sensatez y se les devuelve el argumento "panfletario" de querer reflotar el modelo manicomial que existe solo en "mentes afiebradas".

La nueva reglamentación que estaba a la firma del Presidente habla de instituciones modernas polimodales especializadas (distintos módulos de atención), reconoce el espacio de la asistencia a las adicciones y la función del Hospital General dentro de una red de centros.

Querer que todo pase por el Hospital General es desconocer lo que sucede hoy en la Argentina en donde éstos están sobrepasados por la demanda y hay hechos graves que han sucedido en hospitales públicos con pacientes mentales en crisis como el célebre y triste caso de un paciente que en el Hospital Posadas de Morón desde un 4to-piso se tiró y arrastró a un enfermero que también murió (dos años atrás). También vemos a pacientes con dolencias cardíacas al lado de un joven abstinente y excitado. Estamos viviendo en el absurdo. De la misma manera hay pacientes con crisis de intoxicación que necesitarían un tratamiento más prolongado y que deben rendirse ante el "altar" de las ideologías recibiendo solo un coctel tranquilizante, con suerte una o dos noches de cuidados y nada más. Todo el horizonte de las causas y los motivos del padecimiento desaparecen. Por ser "ultramodernos" estamos regresivamente yendo a un tratamiento anquilosado y de daño al ser humano de principios del siglo XX. Hospital de "campaña" para todos.

Es la confusión como me decía el viejo zapatero está el principio del "mal" de las ciudades como enseñaba el Dante. Ojalá se iluminen nuestros gobernantes. 

Dr. Juan Alberto Yaría

Más Comentarios

Ver Archivo