La adicción no solo es un trastorno que afecta a los que consumen estupefacientes. La tecnología, el sexo, el juego, el cuerpo en un intento de parecernos a un Mr. Atlas, la comida en sus versiones de comer como un buey (bulimia de ahí su nombre) o la anorexia .Hay grupos de autoayuda para todos estos trastornos (NA o narcóticos anónimos, SA o sexo anónimo, TA o adicción a la tecnología, JA o jugadores anónimos y lo mismo sucede con las otras adicciones a la comida). Podríamos agregar y más en nuestro país la adicción al dinero y sus fetiches que los pueden representar como autos de alta gama, armas de guerra, mansiones tipo Hollywood, mujeres alquiladas, etc., etc. Todos estos trastornos se transforman en el único evento de sus vidas. No hay otra cosa. El plato de cocaína es el centro y en muchos casos esto va unido a otras adicciones. Es común el "combo" estupefacientes, juego, alcohol, mujeres. Tienen todas las características que describe la Asociación Médica Americana de Adicciones.
Y ésta organización nos que la adicción es una enfermedad primaria, crónica de los sistemas de recompensa (sistema del placer y de la motivación) del cerebro, la motivación, la memoria y todos los circuitos relacionados. La disfunción de estos circuitos conduce a características biológicas, manifestaciones psicológicas, sociales y espirituales. La adicción se caracteriza por la incapacidad de abstenerse, el deterioro en el control del comportamiento, ansiedad, disminución de reconocimiento de problemas significativos con un desorden de las conductas y las relaciones interpersonales asi una respuesta emocional disfuncional (alteraciones continuas del estado de ánimo).
El consumidor de sustancias, sexo, tecnología, comida y dinero, etc. tiene como característica el no poder abstenerse de hacerlo ni medir consecuencias.
ADICTOS AL DINERO
El adicto al dinero como con otras adicciones no mide consecuencias. Me impacta observar escenas de nuevos ricos argentinos con flotas de autos de lujo, mansiones fastuosas, aviones, armas de guerra. La omnipotencia que es la inflación del Ego no mide consecuencias y como dijo un célebre suicidado "El Poder es impunidad". El delito bordea. Doble vida, disociación de la personalidad, doble personalidad de aquellos que supuestamente representan a humildes y los explotan frente a los supuestos explotadores. Cuanto más se compromete el adicto con su adicción más se defiende y la paranoia se "arma" con seguridad y sistemas de inteligencia y contra-inteligencia. La violencia está ahí "a la mano". El dinero erotiza. La dopamina bombea como si estuviera frente a un plato de cocaína. La adrenalina bordea cada operación. La delación es premiada. La traición es cotidiana. El dinero ocupa todos los lugares y es un verdadero anti-ideal perverso que convoca a lo peor de nosotros.
El acumulador de dinero y todos sus fetiches (autos de alta gama, mansiones, esmeraldas, etc.) parece desafiar su propia finitud. Para esto es importante inflar el EGO que es lo que permite trampear los límites siendo la Ley solo la representación de lo que cuesta "comprar" un juez. La Ley no representa nada . El representante tiene siempre precio. Es el lema del antisocial adicto.
Parecen no escuchar aquello que la vieja sabiduría romana estoica enseño cuando a los Cesares lo escoltaba un sabio que le repetía como una sombra "no te olvides que eres mortal, recuerda que vas a morir ". Nerón no lo escuchó a Seneca por ejemplo. Cuando no escuchamos los límites en cualquier adicción el paso al suicidio está ahí. Omnipotencia terrestre. Impotencia real no escuchada. Mundo de delirios megalómanos.
EL VIAJE DE VUELTA
A Oscar lo conocí hace varios años. Era un perdedor. Jugó todo su dinero al póker virtual y a las carreras. La cocaína era su compañía desde los 13 años. Hijos abandonados. Los prostíbulos su otra adicción junto con el dinero, el juego y las drogas. Me sorprende este fin de año con un regalo emocionado y un mensaje cariñoso del padre. Oscar pudo "volver del viaje". Lo conocí en terapia intensiva de un sanatorio capitalino luego de un llamado un domingo a la mañana del padre. Solo en un departamento perdiendo fortunas en el juego y mitigando todo tipo de dolores con la cocaína (neumonía) le salvan la vida en un servicio de terapia intensiva.
Cuando le digo que su tratamiento debe seguirlo en una comunidad terapéutica me insulta y me dice que me vaya ya que él sabe "racionar las dosis" .La omnipotencia es siempre un destino suicida. La intervención del padre y de un Juez rescató el Derecho a la Vida y a la Salud.
Luego lo típico detrás del vértigo se relatan dolores y duelos: muerte de la madre, abandono de los hijos, debacle financiera, daños físicos. Logró hacer un plan de vida. Aceptó ayuda. Renunció a las sustancias. Rescató su rol parental. Equilibró sus finanzas y aceptó el trabajo legal como el destino del hombre digno. Abandonó el juego. La humildad suplantó a la soberbia y la omnipotencia.
Narré dos historias de megalomanía humana. Una con final feliz y la otra lejana a mi contacto pero de indudable repercusión en todos y de destino incierto. Los valores de una recuperación implican pasar por el camino de la aceptación , la humildad que sepulte a la soberbia, la transparencia que entierre para siempre a la transgresión delictiva, la perseverancia que es el día a día de una plenitud, la reconciliación con nosotros mismos y poder perdonar y pedir perdón a los que hemos da un dañado y entender que la vida es un servicio y que solo debemos multiplicarla ya que para eso estamos en este mundo .Todo eso con una actitud de renuncia cotidiana a todo lo que nos daña como por ejemplo las drogas.
