Viernes, 19 de Abril Villa Gesell

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“CADUCO” …Y VIDA QUIMICA

“vivimos en una psicosis social que es una experiencia de vacío existencial, insustancialidad anónima y violencia” (M.Recalcati-Clinica del Vacío)

Los sucesos de la vida social son posteriores a lo que vemos diariamente en los consultorios. El asesinato de Gesell, las andanzas de los noctámbulos manejadas por industrias de la noche y la prostitución son para los que trabajamos en la urgencia de las guardias algo común como ser los problemas de violencia graves en donde el ardor adrenalínico se confunde e imbrica con el uso de todo tipo de drogas y alcohol.

Es lo trivial para aquellos que vivimos atendiendo urgencias de vida. Luego la sociedad elige hechos impactantes de por sí pero que en realidad hoy forman parte de la vida cotidiana del quehacer profesional.

La frase ya celebre del …”caducó” en uno de los mensajes acerca del muerto en las veredas del boliche son el
reflejo que en la vorágine de la adicción a la violencia y a las noches sin días en un verdadero juego de “murciélagos” (animal nocturno) que superan todo limite incluso los que marcan la realidad de los ciclos circadianos (somos seres diurnos por naturaleza) la vida pierde el valor sagrado que marca la Ley Ética del cuidado al Otro y a los otros para ser solo un objeto más a pisotear y masacrar.

El “caducó” muestra que es un tema terminado (expediente cerrado) y que vengan “flores” (de marihuana) como se pedía en los “chats” para sedar, festejar y tratar de olvidar esa culpa que los perseguirá hasta el fin de sus días. Por más antisociales que sean los actores (la personalidad antisocial es un elemento importante en las góndolas posmodernas de hoy e incluso cotiza alto en algunos sectores sociales) el castigo social o interno siempre aparece.

Los antisociales son vedette hoy y los hay de todo tipo y son buscados porque no tienen un atributo humano fundamental culpa y remordimiento. Transas, dealers, violentos, “barras bravas”, explotadores de mujeres, regenteadores de prostitutas VIP y así podemos seguir.

La droga ayuda a la “ceguera moral” (el frontal como lóbulo diferencial con los simios es un sistema en donde se asienta la civilización). Los antisociales se convierten en “profesionales-empresarios” que gerencian la “megabarbarie organizada que magistralmente describiera en estos tiempos Edgard Morin: “…hiperindividualismo, drogas masificadas y errancia de los amores”. En términos similares en 1983 auguraba Octavio Paz (escritor y filósofo mexicano) en su libro “Tiempo Nublado” la oscuridad de hoy.

Duele verlo tan patente. Otros antisociales son la “carne de cañón” de los gerentes de la Decadencia (morirán jóvenes o las cárceles serán su destino).

Parece ser la realidad del “Infierno son los otros” al mejor estilo que describiera J.P. Sartre; a vencerlo, pisotearlo y todo dentro de un marco químico de exaltación. La vida en este contexto de éxtasis y vértigo ya no es sagrada. El hecho que la vida es sagrada es el comienzo de la Ética y es por eso que los antisociales cotizan alto.

Incluso todos les pedimos al Juez y los Fiscales que pongan orden. Ellos atiborrados de causas tratan de no ser recusados y nosotros creemos ilusoriamente que el problema pasa por ahí. Ellos necesitan estar, pero el problema supera grandemente a estos últimos lectores de la decadencia.

SALUD MENTAL Y EPIDEMIA

Un reciente trabajo sobre el índice de problemas de Salud Mental de la Argentina (2019) dirigido por renombrados especialistas y por la Escuela de Salud Publica (Dr. Néstor Vázquez), la Asociación Argentina de Psiquiatras y regenteado por el Ministerio de Salud en una encuesta sobre miles de personas se observó que la tasa de trastorno mental fue del 37,1 % de la población. La depresión en un 8.7 %, adicciones al alcohol 8.1%, adicciones a drogas 10,4%, Fobias 6,8%, trastornos de ansiedad 16,4%. El 25% de estos trastornos fue calificado como severo y solo el 30% recibió alguna vez tratamiento. Los datos son muchos y largos. Esta es una breve sinopsis.

El panorama es de una epidemia y muchas patologías son comórbidas o sea conviven entre sí como por ejemplo depresión o ansiedad generalizada con uso de alcohol y/o drogas. Lo sugestivo es que solo el 30 % recibió alguna vez tratamiento. Falla la prevención en salud mental y adicciones, la detección precoz y en muchos casos el desborde impulsivo y el uso de drogas y alcohol son los “Valium “a la mano para saciar tanta angustia.

Lamentablemente el estudio no relaciona esto con la matriz educativa. Familia y escuela en crisis. Esta es la historia de nuestros tiempos, la historia de la familia, que una vez fue un grupo denso de muchos hermanos y parientes extendidos, fragmentándose en formas cada vez más pequeñas y frágiles.

El resultado inicial de esa fragmentación, la familia nuclear, no parecía tan malo. Pero entonces, debido a que la familia nuclear es tan frágil, la fragmentación continuó. En muchos sectores de la sociedad, las familias nucleares se fragmentaron en familias monoparentales, las familias monoparentales en familias caóticas o ninguna familia. Muchos chicos de todas las clases sociales crecen solos. El hijo no parece existir en el discurso social y político. Solo el celular prestigiado los acompaña en el monologo autista que se avecina.

SIN FAMILIAS FUERTES NO HAY NACION POSIBLE

La vida familiar es la matriz de la Ley y esta surge de encuentros, relatos, vivencias, estar, querer, pelearse. Hoy vivimos más solos. La billetera o robarle algo a alguien son los testigos de nuestro malestar.

¿Se puede vivir sin “nomos” (Ley) en una anomia en donde el hijo manda al Padre o a la Madre y en donde éstos incluso festejan la previa o la alcoholización?; pero todo tiene consecuencias, podemos hacer lo que queremos e ignorar y vituperar de la Ley humana de que el Otro es sagrado, pero tenemos que asumir las consecuencias.
Hoy somos más libres supuestamente, pero estamos más solos en la niñez para enfrentar la vida y en la vejez para tener compañía en la muerte.

Estamos como cuando después de la Guerra Mundial del 40 W. Churchill le preguntó a un sabio del psicoanálisis y del conocimiento infantil D. Winnicott acerca del problema de la cantidad de niños solos por la muerte de los padres (ahora asistimos a “otra muerte” de los padres) y el maestro le dijo lo siguiente: “llene nuestro país de familias adoptantes porque sin familias no habrá Democracia”. Sin familias no habrá Nación Posible.

De lo contrario por lo que vemos en nuestras actividades clínicas de emergencia adictiva el Vacío se comienza a llenar con alcohol, el “porro” hasta llegar a la cocaína como destino final.

Hay estudios actuales del NIDA (Instituto de U.S.A. de Drogas) y que difundiré en poco tiempo que muestran que nuestros hijos crecen en contextos multi-traumáticos (abandonos, abusos, violencia, etc.) y esto altera incluso la codificación neuronal y trastorna la maduración del cerebro con efectos en la regulación de los impulsos y en el humor generando mayor vulnerabilidad al uso de drogas y alcohol.
Dr. Juan Alberto Yaría, especialista en drogadepencia

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