Según informaron las cámaras que nuclean a los servicios de alojamiento, el Partido manejó una ocupación promedio del 55% en la ciudad de Villa Gesell y un 40% en Mar de las Pampas, Mar Azul y Las Gaviotas, cifras razonables y aceptables ya que el distrito nunca fue "fuerte" en el invierno a diferencia de otros destinos turísticos que son clásicos como San Carlos de Bariloche o San Martín de los Andes.
Asi y todo, algo que destacaron los hoteleros que viven del visitante es que tuvieron que hacer acrobacias con las promociones y los servicios internos para lograr concretar reservas. De hecho, asumieron que gran parte de la ocupación se logró por esa estrategia puntual que logró convencer a algunos húespedes. Esta acotación deslizó en el fondo, aunque no de manera explícita, una evidente critica para el área turística local la cual tiene a cargo la difusión del corredor a fin de romper con la estacionalidad que impone el verano, tal como los funcionarios dicen que intentan quebrar a diario.
Aquí aparece el primer interrogante de la situación. Un ejemplo -que lejos de herir suceptibilidades intenta ayudar a mejorar- es el siguiente: en los 15 dias de vacaciones no hubo una sola gacetilla de prensa donde se destacara algún porcentaje positivo del receso invernal. Muchos podrian aludir a que el mismo fue malo y por eso se prefirió el silencio, sin embargo, los índices de ocupación marcan lo contrario.
Entonces.... ¿cómo se trabajó desde el Estado Municipal para que la gente elija la naturaleza, la paz, el relax y la tranquilidad de Villa Gesell? Esa es una de las preguntas del millón que las autoridades del área deberían replantearse para el año que viene. Evidentemente, Villa Gesell tiene cosas buenas para ofrecer durante la temporada baja. Hacer eco de esos atributos sería el primer paso para lograr una estrategia certera y efectiva más allá de la Fiesta de la Diversidad Cultural y el verano mismo.
