Viernes, 19 de Abril Villa Gesell

Columna de la Semana

Observador Meteorológico de Superficie

¿Qué esta pasando con el clima?

Carlos Javier D’Amico

En estos últimos meses hemos visto que el clima mundial cambió, se observó un incremento en las lluvias, frecuentes temperaturas altas en época invernal, mayor frecuencia de vientos fuertes y huracanes, incremento de la temperatura en los océanos, incremento de la temperatura media promedio e influencia de la corriente del niño en esta época del año. Para entender qué sucede lea la nota aquí.

Hoy en día podemos observar que han ocurrido eventos climatológicos extremos que en años pasados no sucedían tan frecuentemente en nuestro País, también debemos hacer un poco de memoria y recordar como es que empezaron estos fenómenos que comienzan a ser consecuencias de la contaminación ambiental y el deterioro que le estamos produciendo al planeta (al Medio Ambiente), un caso claro es el agujero de Ozono, que todo comenzó cuando se detecto que se utilizaba un gas como propelente en todos los aerosoles y también como refrigerante de los motores en las heladeras y equipos de refrigeración, el cual es muy nocivo para esta frágil capa formada químicamente por tres moléculas de Oxigeno, es decir OZONO, tan esencial para la vida en nuestro planeta ya que nos protege directamente de los rayos solares, hace ya varios años atrás esta situación comenzó a revertirse y este gas que ahora fue reemplazado en todos los productos pero sus consecuencias fueron un disparador del comienzo de los fenómenos que dábamos referencia anteriormente, FENOMENOS EXTREMOS.

Para poder entender los desastres naturales, para poder prevenirlos y recuperarse una vez que se han producido, es necesario desprenderse de una serie de mal interpretaciones que turban nuestras mentes y nos impiden actuar serena y acertadamente con planes de acción para evitar mayores daños.

Una de las deformaciones más corrientes es suponer que el desastre producido se debe a fuerzas naturales poderosas o sobrenaturales que actúan irremediablemente como un castigo contra los humanos.

Algunas personas tienen una "conciencia mágica" de estos acontecimientos, porque transfieren la causa de los acontecimientos reales y cotidianos hacia un nivel suprahumano, por ejemplo: Un castigo de Dios. En este caso, los hechos se le presentan al hombre como provocado por fuerzas extrañas, incontrolables, que le golpean. Esta visión fatalista inhibe la acción y conduce a la resignación y al conformismo. Concebir como un castigo divino de Dios el huracán, la sequía, el maremoto, el terremoto, etc. es todavía común hoy en día entre la población.

Pero otro tipo de concepción también errónea y perniciosa está cobrando vigor y consiste en atribuir los desastres que nos ocurren al comportamiento y actuación maléfica de la naturaleza. Con lo cual se ha remplazado a los poderes sobrenaturales por las fuerzas naturales y lo que antes era considerado castigo divino ahora se le llama castigo de la naturaleza. Esta mal interpretación es propalada, muchas veces inconscientemente, por los medios de comunicación y va calando la conciencia, generando también fatalismo e inmovilismo, cuando no reacciones voluntaristas e ineficaces.

El fatalismo o pesimismo, en este caso surge de la impotencia que siente el hombre con respecto a la naturaleza, a la cual ve como su progenitora, como la fuente de sustento y, por tanto, dueña de la vida.

También forma parte de esta deformación el superponer dos términos que son muy diferentes: "fenómeno natural" y "desastre natural", utilizándolos muchas veces como sinónimos. Debe quedar claro que no son iguales, ni siquiera el primero supone el segundo.

¿Qué es un Fenómeno Natural?

Es toda manifestación de la naturaleza. Se refiere a cualquier expresión que adopta la naturaleza como resultado de su funcionamiento interno. Los hay de cierta regularidad o de aparición extraordinaria y sorprendente. Entre los primeros tenemos las lluvias en los meses de verano en la sierra, la llovizna en los meses de invierno en la costa, etc. Ejemplos del segundo caso serían un terremoto, un "tsunami" o maremoto, una lluvia torrencial en la costa peruana, etc.

Los fenómenos naturales de extraordinaria ocurrencia pueden ser previsibles o imprevisibles dependiendo del grado de conocimiento que los hombres tengan acerca del funcionamiento de la naturaleza. Por ejemplo, un fenómeno natural como un terremoto de gran magnitud en las costas del Pacífico es previsible, según los estudios realizados, aunque no se sepa detalles como el día, magnitud o el epicentro. Sin embargo, las lluvias torrenciales que durante varios meses han caído en la costa norte del Perú, provocando crecida de ríos, desbordes, inundaciones, no fueron previsibles por lo menos en términos de su temporalidad. El largo ciclo de recurrencia del Fenómeno del Niño significó que no quedaban recuerdos vivos en la sociedad o en la comunidad científica de eventos anteriores.

La ocurrencia de un "fenómeno natural" sea ordinario o incluso extraordinario (mucho más en el primer caso) no necesariamente provoca un "desastre natural". Entendiendo que la tierra está en actividad, puesto que no ha terminado su proceso de formación y que su funcionamiento da lugar a cambios en su faz exterior, los fenómenos deben ser considerados siempre como elementos activos de la geomorfología terrestre. Así, una lluvia torrencial, los huaycos y avenidas pueden ocasionar erosiones o sedimentaciones cambiando el paisaje natural, pero estos resultados no pueden considerarse desastrosos o catastróficos. El hombre debe aceptar que está conviviendo con una naturaleza viva, que ésta tiene sus propias leyes de funcionamiento contra las cuales no puede atentar, a riesgo de resultar él mismo dañado.

Todo lo anterior nos indica que los efectos de ciertos fenómenos naturales no son necesariamente desastrosos. Lo son únicamente cuando los cambios producidos afectan una fuente de vida con la cual el hombre contaba o un modo de vida realizado en función de una determinada geografía.

Inclusive, a pesar de ello, no se podría asociar "fenómeno natural" con "desastre natural". Los fenómenos naturales no se caracterizan por ser insólitos, más bien forman conjuntos que presentan regularidades y están asociados unos con otros.

¿Qué es y Cómo se Produce un Desastre Natural?

Es la correlación entre fenómenos naturales peligrosos (como un terremoto, un huracán, un maremoto, etc.) y determinadas condiciones socioeconómicas y físicas vulnerables (como situación económica precaria, viviendas mal construidas, tipo de suelo inestable, mala ubicación de la vivienda, etc.) En otras palabras, se puede decir que hay un alto riesgo de desastre si uno o más fenómenos naturales peligrosos ocurrieran en situaciones vulnerables.

¿Cuándo un Fenómeno Natural es Peligroso?

No todo fenómeno es peligroso para el hombre. Por lo general convivimos con ellos y forman parte de nuestro medio ambiente natural. Por ejemplo, lluvias de temporada, pequeños temblores, crecida de ríos, vientos, etc.

Algunos fenómenos, por su tipo y magnitud así como por lo sorpresivo de su ocurrencia, constituyen un peligro. Un sismo de considerable magnitud, lluvias torrenciales continúas en zonas ordinariamente secas, un huracán, rayos, etc. sí pueden ser considerados peligrosos.

El peligro que representa un fenómeno natural puede ser permanente o pasajero. En todos los casos se le denomina así porque es potencialmente dañino. Constituyen peligro, pues, un movimiento intenso de la tierra, del agua o del aire. Este es mayor o menor según la probabilidad de ocurrencia y la extensión de su impacto.

Fenómeno climatológico más importante para esta época del año:

¿Qué es el Fenómeno del Niño?

En climatología se denomina El Niño a un síndrome climático, erráticamente cíclico, que consiste en un cambio en los patrones de movimientos de las masas de aire provocando, en consecuencia, un retardo en la cinética de las corrientes marinas "normales", desencadenando el calentamiento de las aguas sudamericanas; provoca estragos a escala mundial, afectando a América del Sur, Indonesia y Australia.

El nombre de "El Niño" se debe a pescadores del puerto de Paita que observaron que las aguas del sistema de Corrientes Peruana ó Corriente de Humboldt, que corre de sur a norte frente a las costas de Perú y Chile, se calentaban en la época de las fiestas navideñas y los cardúmenes o banco de peces huían hacia el sur, debido a una corriente caliente procedente del Golfo de Guayaquil (Ecuador). A este fenómeno le dieron el nombre de Corriente del Niño, por el Niño Jesús.

El nombre científico del fenómeno es Oscilación del Sur El Niño (El Niño-Southern Oscillation, ENSO, por sus siglas en inglés). Es un fenómeno con más de once milenios de historia climática.

Los niños más desastrosos han sido los del 82-83 y 97-98.

Durante el fenómeno del niño la costa cambia de clima periódicamente; resultando en temperaturas altas veraniegas durante todo el año cuando precede a este fenómeno y con intensas lluvias que van modificando el aspecto de la costa. La humedad promedio anual durante el fenómeno del niño se incrementa y los vientos que siguen una dirección al sur tienen una velocidad promedio de 3 m/s. y Las precipitaciones pluviales también muestran variaciones, es decir aumentan en cantidad y caudal de agua que descargan a su paso.

Fuertes Lluvias (Lluvias Torrenciales)

La mayor causa de muerte y destrucción en los huracanes, siguiendo en peligrosidad a la acción del mar en zonas costeras, la tenemos en las lluvias, con las consiguientes inundaciones que trae asociadas. Un huracán genera, en promedio, entre 150 y 300 mm de lluvia o más, la cual causa severas inundaciones, deslizamientos y derrumbes. Las lluvias más fuertes se relacionan, generalmente, con las tormentas tropicales o huracanes que se desplazan más lentamente (menos de 16 kilómetros por hora).
Grandes cantidades de lluvia pueden ocurrir hasta 160 kilómetros sobre tierra adentro donde las inundaciones repentinas y los deslizamientos son típicamente las mayores amenazas.

Fuertes Vientos

Los vientos asociados con un huracán suelen causar efectos devastadores en grandes zonas, especialmente en aquellas en las que el fenómeno afecta directamente. Un huracán Categoría 1 tiene vientos de 119 km/h y, el huracán Categoría cinco iguala o sobrepasa los 250 km/h.

Los vientos de un huracán pueden dañar o destruir completamente vehículos, edificios, caminos, etc., además de convertir desechos y escombros en proyectiles que son lanzados al aire a gran velocidad.

El área de los vientos destructores varía considerablemente. En una tormenta pequeña el ancho de dicha área no es muy grande, de más o menos de 30 kms, pero en los grandes huracanes del Atlántico, el ancho de la zona de vientos destructores puede ser de hasta 500 kms o algo más. El tiempo de azote de un Huracán en una localidad dada es también importante, pues el daño es progresivo; y esa duración depende del tamaño y de su velocidad de traslación, así como la posición de la localidad con relación a la trayectoria de la tormenta.

El viento es el aire en movimiento y su velocidad depende del gradiente de presión. En las tormentas más severas, el viento máximo sostenido, alcanza entre 200 y 300 kms/h, pero en las más violentas alcanza o excede el valor de 300 km./h.

En un Huracán que tenga vientos sostenidos de 160 km/h, podrá haber breves rachas de hasta 240 km/h; y si el viento máximo sostenido es de 250 km/h , las rachas pueden llegar a 360 km/h .

La racha del viento y la presión intermitente que ejerce sobre las estructuras y edificios, es uno de los efectos más desastrosos de los huracanes, ya que a altas velocidades la fuerza que el viento genera, se incrementa considerablemente.

Mareas Altas (Oleajes)

Las olas son movimientos ondulatorios de la superficie del agua y son causadas generalmente por el viento que sopla en la superficie y su magnitud es función de la fuerza del viento, del tiempo que sopla y de la distancia recorrida por la ola. Son responsables del relieve costero y su poder erosivo depende de su fuerza y de la inclinación del fondo marino donde las olas rompen. Las mareas más altas normalmente se producen cuando el Sol y la Luna están en línea recta con la Tierra, con lo cual se suman las atracciones que ejercen ambos astros. También se la conoce con el nombre de pleamar o viva.

Si el impacto de un huracán sobre la tierra tiene lugar en el tiempo de las mareas altas, entonces pueden producirse inundaciones masivas. Además, la circulación de la tormenta bombea grandes cantidades de aire caliente y húmedo situadas delante de la tormenta, y el resultado de la condensación de este vapor de agua y la precipitación consiguiente puede producir asimismo inundaciones.

Los huracanes producen un incremento en el nivel del mar, que puede inundar comunidades costeras. Este es el efecto más dañino, ya que el 80% de las víctimas de un ciclón mueren en los lugares donde estos tocan tierra.

Marejadas o Marea de Tormenta

Hay toda una serie de fenómenos que ocurren asociados a los huracanes y que pueden afectar el nivel del agua. El más impresionante y peligroso es la marea de tormenta.
La marejada o marea de tormenta es un domo de agua de 80 a 160 kilómetros de ancho, que choca con la costa debido a que es impulsada por la fuerza de los vientos generados por la tormenta. La marejada combinada con la marea crea lo que se llama la marea de tormenta. Ésta puede incrementar el nivel normal del agua en 4.5 metros o más.

Cuando un Huracán se acerca a una costa, los vientos huracanados impulsan una gran masa de agua sobre la costa. Al mismo tiempo, en la zona central del Huracán se produce una elevación del nivel del mar por efecto de la baja presión. Algunos de los factores que afecta la altura de la marea de tormenta son los siguientes:

• El ángulo que forma la trayectoria del huracán con la línea costera . El máximo de altura en la marea de tormenta se obtiene con un ángulo de 90° de la trayectoria con la costa.
• La convergencia de las corrientes de agua provocadas por el viento huracanado.
• La forma de la línea costera, de ello depende la mayor menor cantidad de agua que se acumule. La mayor concentración se produce en bahías o estuarios.
• La profundidad oceánica y la inclinación de la plataforma marina.
• La marea astronómica. La surgencia o marea de tormenta, será mayor a la hora de la marea alta.

La presencia de olas de corto periodo que se sobreponen a la mayor altura de las olas son importantes en el efecto de destrucción total del huracán
A la izquierda del centro del Huracán que avanza sobre la costa se producirá una marea baja y el mar se retirará debido a que en este tramo costero el viento sopla de la tierra al mar. Las penetraciones del mar en la costa se producirán particularmente a la derecha y cerca del centro, por lo que deben evacuarse a los residentes de zonas costeras bajas si un Huracán se aproxima a una costa.

El aumento del nivel del agua puede causar inundaciones severas en las áreas costeras, particularmente cuando coincide con la marea. El nivel de la marejada en un área en particular está relacionada, en principio, con la intensidad del huracán y la pendiente de la placa continental.

Los efectos de la marejada en las costas dependen de la forma de la placa continental. Si la costa es muy plana y extendida los efectos suelen ser devastadores por el contrario, si la placa continental es alta la marejada encuentra la resistencia suficiente como para no afectar severamente la parte costera, tierra adentro .

En las zonas costeras la marejada es la principal amenaza asociada con un huracán, la cual, históricamente, ha causado la muerte de 9 de cada 10 personas; este efecto es particularmente importante en países en donde los huracanes provocan efectos directos, es decir lugares que son sobrepasados por el huracán, tales como Estados Unidos, Filipinas, India, Bangladesh, Nicaragua, Honduras, Cuba.

La marejada afecta severamente las embarcaciones y además, deposita grandes cantidades de sal en el área tierra adentro, alterando la salinidad normal de las zonas.


DESASTRES GENERADOS POR FENÓMENOS METEREOLÓGICOS O HIDROLÓGICOS.-

Inundaciones.- Invasión lenta o violenta de aguas de río, lagunas o lagos, debido a fuertes precipitaciones fluviales o rupturas de embalses, causando daños considerables. Se pueden presentar en forma lenta o gradual en llanuras y de forma violenta o súbita en regiones montañosas de alta pendiente.

Sequías.- Deficiencia de humedad en la atmósfera por precipitaciones pluviales irregulares o insuficientes, inadecuado uso de la aguas subterráneas, depósitos de agua o sistemas de irrigación.

Heladas.- Producidas por las bajas temperaturas, causando daño a las plantas y animales.

Tormentas.- Fenómenos atmosféricos producidos por descargas eléctricas en la atmósfera.

Granizadas.- Precipitación de agua en forma de gotas sólidas de hielo.

Tornados.- Vientos huracanados que se producen en forma giratoria a grandes velocidades.

Huracanes.- Son vientos que sobrepasan más 24 Km./h como consecuencia de la interacción del aire caliente y húmedo que viene del océano Pacífico con el aire frío.

Muchas veces, después del paso de un ciclón, de fuertes lluvias, devastadores vientos, huracanes, u otros fenómenos climatológicos los efectos secundarios de estos siguen afectando a la población. La más común son las epidemias; El ambiente húmedo que queda tras el paso de un huracán (ej.), combinado con la destrucción de instalaciones sanitarias u otras, y un clima cálido puede inducir a epidemias que pueden seguir cobrando vidas por mucho tiempo.

Empecemos a tomar conciencia del daño que hemos provocado a nuestro planeta y comencemos a corregir para un futuro mejor.-

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