Dr. Sebastián Alvarez
Nuevo artículo del titular del Anses y concejal del Frente para la Victoria, Sebastián Alvarez. Esta vez, esboza una mirada política y social del "armado político". Justo en estos tiempos, cuando la ciudad, particularmente, vive nuevos liderazgos.
En términos generales es verdad, hay que esperar, pero la pregunta en realidad es... ¿y qué es lo que hay que esperar? Bueno, esto ya si tiene diferentes interpretaciones y diferentes respuestas. En primer lugar podemos responder que hay que esperar como se definen los candidatos presidenciales, a gobernador y lo que representa cada uno de ellos.
También se puede esperar ver quien finalmente sea el candidato de cualquier fuerza política que mida más en intención de voto, para poder así tomar decisiones como a que candidato acompañar en un gesto de oportunismo político.
En fin, son varias las respuestas que puede tener ante aquella última pregunta; pero mas allá de estas cuestiones de orden de supra estructura, el escenario local también tiene sus complejidades, y aquí también hay que esperar.
Y digo esto porque creo que en la situación político electoral de nuestra ciudad tuvo un punto de inflexión con la renuncia forzada del entonces intendente Jorge Rodríguez Erneta. Y digo que fue un antes y un después porque la reacción del Frente Cívico y Social con la negatoria de la licencia del entonces jefe comunal y con la consecuencia de la renuncia, generaron un cambio de comportamiento en la forma de expresar su intención electoral de la ciudadanía.
¿Y por qué digo esto? Es claro. La gente venia comportándose con una conciencia electoral negativa y con la llegada de aire fresco a los lugares de decisión de política municipal se generó un cambio en ese comportamiento negativo comenzando a depositar en la nuevas autoridades independiente de cualquier acción que desarrolle una cuota de esperanza con actitudes altamente de componentes positivos.
Aquí el primer motivo de espera, es decir, esperar a ver como es el comportamiento de la gente ante la forma de gobernar de las nuevas acciones gubernamentales.
Como se ve, existen diferentes cuestiones que merecen la espera ya que decisiones apuradas pueden afectar la contienda electoral.
De todos modos, mas allá de la espera de todas estas cuestiones de "rosca" o de coyuntura política, quienes detenten la ganas de conducir los destinos de la ciudad deberán enfrentar nuevos desafíos y nuevas responsabilidades que hoy son ocupaciones diarias de un intendente cuando hace algunos años ni nos imaginábamos que se le podían recriminar a un mandatario local.
Comenzamos a vivir una era donde va a primar la descentralización, la optimización de los recursos públicos, el diseño y ejecución de políticas y acciones publicas que se encuentren por encima de la coyuntura y se piense en la ciudad de los próximos 10 o 20 años independientemente de cuestiones individuales o sectoriales, pensar en la seguridad ciudadana, la salud publica, la educación, la cultura, la infraestructura y en nuestro caso en el Turismo pensando en el contexto global pero con acciones netamente locales.
En menos de 100 días seguramente comenzaremos a ver posicionamientos de posibles candidatos, algunos con más estructura que otros, pero solamente podrá triunfar quien entienda que no existen proyectos individuales: siempre son y deben ser colectivos. Y para ello es necesario tener la cabeza tan abierta para entender que las personas no actúan y hablan como uno deseara que actúen o hablen. La mejor manera de lograrlo es armar un grupo fundamentalmente humano donde el punto de encuentro se la homogeneidad del pensamiento porque los acuerdos circunstanciales de carácter electoral ya hemos dado cuenta de su resultado.
Ya lo decía Nicolás Maquiavello: "a quien le es muy fácil acceder al principado le cuenta mantenerse y a quien le resulta difícil acceder le es muy fácil ejercer el mando".
En fin, personalmente entiendo, pienso y estoy convencido que la mejor herramienta para consolidar las acciones política es siempre recostarse sobre las estructuras de los partidos políticos, porque cuando se comienza a armar posiciones con simples individualidades el resultado ya nos es conocido: el fracaso.
