Ubicada en el sur geselino, la localidad más referencial del destino ofrece diversas oportunidades de descanso para todos los gustos. Entre bosque, mar, médanos y calles de arena, está orientadá a un público de nivel adquisitivo medio-alto y compite directamente con Cariló, San Martín de los Andes y otros lugares del país que buscan un público determinado, con poder adquisitivo medianamente alto.
Mar de las Pampas ofrece un verdadero oasis de descanso durante todo el año. Y, a pesar de que la gran mayoría de los turistas la tienen presente sólo en verano como destino válido para vacacionar, la localidad estrella del Partido de Villa Gesell tiene entre sus cartas verdaderas propuestas para disfrutar una jornada única en familia o en pareja.
Ubicada en el sur geselino, la localidad más referencial del destino ofrece diversas oportunidades de descanso para todos los gustos. Entre bosque, mar, médanos y calles de arena, está orientadá a un público de nivel adquisitivo medio-alto y compite directamente con Cariló, San Martín de los Andes y otros lugares del país que buscan un público determinado, con poder adquisitivo medianamente alto.
A solo 10 minutos de Villa Gesell, MDLP cautiva a visitantes de todas las edades. Desde familias completas que buscan diversión y descanso hasta parejas que quieran pasar un fin de semana de amor como "cuando eran novios". Para todos ellos, Mar de las Pampas tiene una opción.
Lejos de ser un destino exclusivamente veraniego, esta "aldea" representa la armonía perfecta entre lo verde y el descanso total. De hecho, la vetegetación que circunda sus calles, la cercanía con el mar, los elevados médanos, sus calles de arena y la tranquilidad de sus tardes y noches, la hacen ideal para desconectarse del "mundo".
Con sus particulares calles, sin practicamente alumbrado público y con señal de celular casi nula, MDLP es ideal para encontrarse con uno mismo. Leer un libro mirando el mar, bajo un árbol o disfrutar de SPA del hotel que uno elije, está entre sus posibilidad. Por supuesto que no es el lugar para aquellos que quieran shopping, grandes salidas o movimientos constantes. Todo lo contrario, bajo el lema "Vivir sin Prisa", los oferentes y residentes de esta localidad buscan que todo sea "más lento" que en la gran ciudad.
¿Cómo llegar? Se puede arribar en auto particular o en micro, aunque este último caso, el pasajero descenderá en la terminal de micros de Villa Gesell. Desde allí debe tomarse un remis/taxi que cuesta unos 300 pesos promedio o utilizar el micro local, que pasa cada 45 minutos, que sale desde la terminal de ómnibus y recorre la avenida 3 hasta el centro de la localidad. Este último caso es muy recomendable porque permite disfrutar del entorno hasta que se llega al hotel.
En verano, una aerolínea vuela dos veces por semana hasta el aeropuerto geselino. Desde ahí, no hay otra opción que tomarse un taxi/remis ya que el predio donde descienden los vuelos está alejado.
Desde CABA son 370 KM, desde Tandil 260 KM y desde Chascomus otros 275 KM. Nada que no justifique al menos un fin de semana de paz.
¿Dónde comer? Existen varios restaurantes y para todos los gustos. Desde pizzas y empanadas hasta comida de autor en el restaurante "El Nido". Por supuesto que no es el lugar para elegir, justamente, ir al restaurante de comidas rápidas. Pero igualmente, los gastronómicos ofrecen menu infantil. Un comensal gasta, en promedio, 400 pesos.
¿Dónde alojarse? Como todo, el mercado ofrece una amplia oferta. Según Booking, el portal de alquileres que hoy es top entre los visitantes, una cabaña para 4 personas en la primer semana de vacaciones de invierno, cuesta desde $17.800 (más IVA) en Cabañas San Dionisio, con desayuno y limpieza hasta casi $50.000 (más IVA) en el complejo Linda Bay. ¿La diferencia cual es? La vista y cercanía al mar, los servicios extras (más allá del desayuno y la limpieza), si cuenta con cochera cubierta, si tiene recreación para niños, SPA, GIMNASIO o pileta cubierta. En eso se diferencian unos de otros. Aunque, hay que reconocer que no todos necesitan un hotel cinco estrellas para pasarla lindo.
¿Qué hacer en el lugar? Aquel que pretenda encontrar en MDLP un valle de luces y posibilidades de salida, está equivocado. Es un lugar para descansar, desconectarse de todo, buscar una clase de yoga en el bosque, realizar una cabalgata al atardecer o una travesía hasta el Faro Querandí en cuatriciclo. Es ideal para caminar por sus calles con el termo y el mate "debajo del brazo", escalar los empinados médanos, andar en bicicleta. Algún día tomar un te y comer alguna porción de torta en alguna confitería del lugar. Y, a lo sumo, recorrer algun comercio y comprar "algo" artesanal en los puestos del lugar.
El dato imperdible: comer al menos una vez en el "Bar de las Milanesas", un restaurante muy colorido y "bien puesto" ubicado dentro de la galería del centro comercial de El Lucero y Mercedes Sosa. Ofrece milanesas de todo tipo, y que además son una delicia. Recomendado para familias con niños.
