El intendente geselino deberá elegir un espacio al cual apoyar para cuando se desate la pelea entre Scioli y Randazzo por el lista oficialista. La elección definirá su futuro político.
Sucede que, el jefe comunal geselino deberá ahora lidiar con uno de sus peores karmas: apoyar la línea interna que encabeza el gobernador bonaerense o apostar todo por la continuidad kirchnerista que encabezará Florencio Randazzo. Y eso, no es una tarea simple.
Por un lado, Scioli, por su condición de mandatario bonaerense, representa un sustento importante para un intendente y además tiene una relativa buena imagen para llegar a la presidencia. Enfrentarlo sería un suicidio político. No vaya a ser cosa que encima sea el Presidente de los Argentinos luego de las generales de 2015.
Por el otro lado aparece Florencio Randazzo, padrino político de Erneta a nivel provincial y nacional. El funcionario y el intendente geselino se conocen desde hace años, trabajaron codo a codo cuando Randazzo estuvo a cargo del Ministerio de Gobierno de la provincia de Buenos Aires y son amigos personales.
Muchas de las obras que tiene hoy Villa Gesell llegaron gracias a Randazzo (quien hace de pata en la mesa chica del Gobierno Nacional) pero también es verdad que otras arribaron gracias a Scioli y el dinero de los bonaerenses.
La lucha de Erneta no será, como piensan muchos, contra el armado político de Massa en Villa Gesell. Eso puede arreglarse con fórmulas que integren al massismo en las listas oficialistas (de hecho ya es una posibilidad cierta que se viene hablando en el segundo piso del palacio comunal desde el pasado 28 de octubre).
La verdadera pelea de Erneta estará centrada -como le sucederá a muchos jefes comunales- en determinar a qué espacio peronista seguir sin herir susceptibilidades y no quedar con un píe adentro y el otro afuera.
El momento de elegir está cada vez más cerca y la jugada de Rodríguez Erneta marcará a fuego su futuro político. Ese es hoy su dilema.
