La oposición comenzó una carrera desesperada por intentar generar un espacio que le haga sombra al barrerismo. Pero, cuando recién se comienza a hablar de las elecciones, el espacio ya tiene tres patas, más todas las que se puedan sumar de aquí en adelante. Entérate por qué creemos que Barrera, si hoy se votara, volvería a ganar.
La oposición no se pone de acuerdo y el año electoral que comenzó el 1º de enero pasado marca, de a poco, una tendencia de cómo serían las cosas si mañana hubiera elecciones. Aún con el Gobierno local en un momento de mediana popularidad (lejos del 62% que logró en las urnas en 2019) y en choque con gran parte de la comunidad (producto de la pandemia y la crisis económica) la verdad es que si mañana se votara, el barrerismo volvería a ganar.
Es que, quedó a las claras que la oposición no se va a poner de acuerdo tan facilmente. El espacio que más chances tenía de hacerle sombra a la gestión del intendente Barrera está dividida en al menos tres partes: Juntos por Gesell con Luna, Martínez, Cané y Green a la cabeza, quienes además ahora comenzaron a "robarle" dirigentes al radicalismo, Cambiemos con Luis Baldo encabezando la cosa y el radicalismo con Eugenia Grinspun (que responde al "siempre candidato" Jorge Martínez Salas) comenzando su gestión local y con evidentes pocas intenciones de acordar con los otros espacios.
Eso, pone sobre la mesa una verdad irrefutable: los tres espacios tienen intenciones de llegar al palacio comunal y no ceder poder. Pero no será, hoy como están las cosas, tan fácil: la base de sustentación de la oposición está totalmente disminuída. Primero, porque la gente tiene muy cercana en su memoria el desastre que hizo Macri y Vidal en cuatro años de gestión. Es decir, con remover un poquito el archivo de lo que hizo Mauricio con la Argentina, ya alcanza. Y segundo, porque los tres espacios ya dan muestra de la individualidad tajante.
Luna, en una nota con SECTOR INFORMATIVO que fue emitida en el noticiero que este medio saca a la noche, confensó que el espacio "está abierto al diálogo", que sumó a Irene Frick (salista de primera hora) a sus filas pero que esperaban por la decisión del radicalismo local a fin de encausar el camino de un sólo espacio que enfrente al peronismo. Este medio, entonces, cosultó a la UCR para saber qué pensaban hacer: nos dijeron que "nada". O mejor dicho, "esperar sin apuros".
Y despúes está Baldo. Bueno, honestamente, esta redacción cree que Luis no dejará ni un solo centímetro libre para que crezca otro dirigente. ¿Eso alcanza para no colaborar si la cosa se decanta por otro candidato? Tal vez si, tal vez no. Cada lector sacará sus conclusiones.
Y finalmente, está el intendente Barrera. El jefe comunal transita un momento tormentoso evidente. La gente no la está pasando bien económicamente y las decisiones del Gobierno provincial y nacional (del mismo palo que el jefe comunal) en materia de prevención en pandemia no ayudan a levantar la confianza o imagen positiva del alcande local.
Evidentemente, Barrera goza de un piso electoral muy amplio. Ganarle al intendente en funciones no es fácil y se debe gestar todo un proceso complejo de cansancio y nuevas figuras que todavía está lejos de ocurrir.
¿Pero este medio sólo habla bien de la gestión? Bueno, hagamos una crítica que se habla poco en los pasillos de la comuna pero que es una realidad. Barrera, hoy, con la ley actual, no puede ser nuevamente reelecto porque ya cumplió dos periodos consecutivos. ¿Entonces? Entonces la cosa se complicaría un poco porque habría que buscar un "sucesor". ¿Sabe que aprendió este medio de comunicación en 13 años recién cumplidos y otros tanto de observar, de buena fuente, la política? Que la política no se hereda y, el poder, menos que menos.
Aún así, volviendo a la afirmación con la que se tituló este artículo, todo la contra -por decirle de alguna manera- que tiene el Gobierno no alcanzaría para hacerlo perder. Para colmo, el PJ apoya al intendente y no hay intenciones de intentar hacerle sombra.
