Con el pasar de los días, son cada vez más los dirigentes que quieren sumarse a la carrera por la intendencia. Falta un año pero, al parecer, la necesidad de decir "presente" es más fuerte. Entrá que te lo explicamos.
Cuando falta casi un año para elegir concejales e intendente, el panorama político se va complicando con la aparición de precandidatos que se anotan para la carrera al sillón más importante del palacio comunal. Con la oposición dividida, esto, claramente beneficia al intendente Gustavo Barrera, quien seguro intentará ir por un tercer mandato.
Es que, con el pasar de los días, son cada vez más los dirigentes que quieren sumarse a la carrera por la intendencia. Por el lado de la oposición hay dos grupos bien marcados que pretenden quedarse con los que no acompañan el proyecto barrerista: el PRO, con varios dirigentes cabeceando, y la UCR, que espera su momento para intentar volver.
Por el lado del espacio macrista ya hay, al menos, dos anotados: Clarisa Armando, concejal y presidenta del bloque de ediles Juntos-PRO, y ahora también Sergio Selaya, que llega desde Vicente Lopez con intenciones de gobernar Gesell.
Clarisa tiene varias ventajas: es mujer, profesional y sin manchas que la marquen a fuego. También tiene desventajas: la rodea un grupo de hombres y mujeres que podrían tener las mismas intenciones que ella. Asi, la decisión de su candidatura no depende unicamente de su persona sino que se debe a un ecosistema más complicado.
En el caso de Selaya, tiene dos ventajas: se referencia como partícipe de una gestión positiva junto a Jorge Macri en Vicente Lopez y además es "nuevo" en la arena política local. Como desventaja es claro que le dispararán con su "domicilio compartido" entre Gesell y la ciudad del norte bonaerense. Vive acá y allá y eso, al geselino promedio, no le gusta.
También está la UCR. El tradicional espacio rojo y blanco deberá determinar si le da lugar a la generación joven o, si por el contrario, sigue en el camino de apostar a "los candidatos de siempre". La posibilidad de postular a Eugenia Grinspun es cada vez más un secreto a voces que crece. ¿Ventajas? El piso electoral con el que cuentan, sea quien sea el candidato. ¿Desventajas? Es lo mismo de siempre y eso, la gente, ya decidió que no va más.
La cuestión central de la oposición es determinar si la UCR y el PRO irán juntos o separados. Eso, será determinante para analizar las posibilidades ciertas del espacio opositor. Todos juntos es una cosa, seperados otra. Las malas lenguas dicen que la UCR hará todo lo que tenga que hacer para evitar que el PRO crezca. ¿Será?
Por el otro lado, está el intendente Barrera. La normativa vigente, a pesar del límite de reelecciones, le permite hacer un tercer mandato ya que, cuando se votó la Ley de Reelecciones, el jefe comunal transitaba su segundo mandato. Asi, ese no puede ser tomado a cuenta por lo que podrá ser nuevamente candidato.
La ventaja de Barrera es lógica: cuenta con el aparato del Estado. Pero además, ha demostrado clara gestión, fundamentalmente para las obras públicas. Le guste a quien le guste, lo cierto es que Barrera tiene mucho para mostrar y más allá del eterno problema de la salud pública, no hay mucho más con que apuntarle.
La desventaja es un poco más compleja para el jefe comunal geselino: llegará a octubre de 2023 con 2 mandatos de 4 años al hilo además de los casi 2 años en los que completó la intendencia interina de Rodriguez Erneta. Son 10 años consecutivos y el desgaste -más allá de la buena o mala gestión- pesa.
A pesar de ello, el intendente sigue mostrandose como el líder absoluto del oficialismo en Gesell. No hay nadie enfrente que le haga sombra y pareciera que todos estarán encolumnados hasta el día de votar.
Falta mucho. En efecto, un año, en política, es una vida. Pero el panorama va de a poco transparentándose. El tiempo dirá que elige la gente cuando llegue el momento de acudir a las urnas.
