Adrián Green participó como referente del PRO en el plenario de dirigentes de Bullrich. Y eso, demostró que hay un quiebre con su compañera de bancada, Clarisa Armando. Las cosas se ponen calientes en la oposición y la espuma parece no tener techo. Pasá que te lo explicamos.
Son compañeros de bloque, hicieron mucho en conjunto. Pero desde hace un tiempo se los nota diferenciados, como que "cada uno va por su lado". Hablamos de Clarisa Armando, presidenta del bloque Juntos/PRO en el HCD geselino, y el concejal Adrián Green, uno de los tres ediles que Juntos/PRO tiene en Gesell. Ella presentó, hace unos días, su espacio a modo de "candidatura para el 2023". Él no se quedó atrás y hoy participó del lanzamiento de Patricia Bullrich en Mar del Plata. Aconteceres de una interna opositora que está por explotar en cualquier momento.
Las cosas vienen complicadas para el PRO. Es que, hace un tiempo se mostraban como un espacio sólido, unido y único. Pero el verano 2022 fue el punto de inflexión de la hermandad. Clarisa viene mostrando SU trabajo y no da señales de sumar a otros. Adrian (junto a Ana María Martínez, la otra concejal del espacio) estuvo callado y sin demostraciones. Hasta hoy, que representó a Gesell en el plenario de dirigentes de Patricia y dejó a las claras que pretende su parte del poder, sin concesiones.
Los planes de Green complican mucho a Armando en lo que sería una postulación para el 2023. Este medio, de hecho, tuvo una charla con el concejal quien confirmó que pretende ser candidato a intendente por el espacio macrista el año próximo.
Acá se ponen feas las cosas para Armando. Muchos dudan de su capacidad para unir al espacio sin que queden heridos de consideración. Incluso, a medir por su lanzamiento de campaña, ya comenzó a sumar a independientes y radicales, algo que desde el PRO provincial y nacional miran con cierto recelo.
El peligro es mutuo. Y ambos tienen mucho para perder: Clarisa puede quedar "tecleando" si no se hace fuerte en SU espacio, el PRO. En principio, tuvo que apoyarse en la UCR para acumular gente en la hostería que sirvió de base para el lanzamiento. Evidentemente, con los propios no alcanzaba.
Pero Adrián también puede perder: si la jugada "de corte" no le sale bien corre peligro de quedarse afuera de todo armado. Porque, si en política hay algo que no se perdona fácilmente, es la traición y el espaldarazo a la raíces.
