Con el resultado definitivo se comenzarán a barajar las cartas del reparto de poder en la quinta sección. Cómo un resultado u otro puede afectar la fuerza política de nuestro intendente.
Si algo llena de expectativas, el próximo domingo, al ejecutivo local fundamentalmente al intendente local, Jorge Rodríguez Erneta, es el resultado de la elección de intendente en Pinamar.
La clave pasa por entender que el acto electoral no será ajeno a la fuerza de nuestro intendente en la quinta sección electoral ya que el resultado puede afectar el reparto de poder entre dirigentes y el peso que cada uno pueda imponer en la provincia.
El problema del asunto surge cuando nuestro jefe comunal tenga que optar por apoyar a uno u otro candidato: levantarle el pulgar a María Rosana Di Pascuale significaría alinearse con el justicialismo a nivel provincial, algo que no sería ilógico ya que Erneta es el presidente del partido a nivel local y además seguiría con el esquema de la elección pasada cuando Roberto Porreti ganó los comisios. En ese momento, Erneta había apoyado al Frente para la Victoria y de hecho, prácticamente había apadrinado al entonces intendente electo y fue uno de los que le dio la fuerza necesaria para ganar. Hoy Di Pascuale es la candidata de Porreti y no sería descabellado pensar en el mismo apoyo.
El otro dilema pasa por apoyar al ex intendente Blas Altieri, que llega con el apoyo, al parecer, "incondicional" del gobernador Scioli, algo que lo posiciona con el alto poder provincial.
Entonces, el dilema no es menor para Erneta: apoyar a Di Pascuale y que la misma no alcance la intendencia, como indicarían todas las encuestas, significaría haber apoyado al candidato perdedor, algo prácticamente imperdonable para un intendente en funciones pero indicaría haberse aliado con la maquinaria del justicialismo provincial, un aluvión de votos que servirán en la próxima elección.
Apoyar a Altieri, por lo menos, implícitamente, representaría ganar aún más su posición de amistad y alineamiento con el gobierno provincial, aspecto fundamental al momento de pedir favores en La Plata, pero también repartir el poder con el viejo caudillo pinamarense.
Por esto, el fin de semana, el gobierno local no solo verá la elección como una elección más, será una jornada que comenzará a definir el futuro político de la región. Como simple observador o activo participante, el domingo será un día inquietante para Erneta.
