Ayer, la votación del Banco del Suelo que aprobó el HCD geselino demostró que Juntos está -literalmente- fracturado y que le será muy dificil armar algo potable, y que le haga fuerza a Barrera, en octubre, cuando se vote.
La oposición no tiene acuerdo ni retorno. Ayer, la votación del Banco del Suelo que aprobó el HCD geselino demostró que Juntos está -literalmente- fracturado y que le será muy dificil armar algo potable, y que le haga fuerza a Barrera, en octubre, cuando se vote.
Es que, cuando el arco conformado por Juntos (la UCR y el PRO) más necesitaba mostrar fuerza, la cosa se exteriorizó en conflicto y desacuerdos. Ante la exposición de los concejales del Frente de Todos, la UCR pidió un cuarto intermedio, acordó con el oficialismo y votó a favor la ordenanza. Eso, dejó atónitos a todos, más que nada al PRO, que quedó "huérfano de poder" en el recinto.
Incluso, la cosa parece haber sido adrede. El Frente de Todos tiene mayoría automática en el cuerpo legislativo por lo que ni siquiera necesitaba apoyo de la bancada opositora para darle salida favorable al proyecto. Pareció más una muestra de reveldía del radicalismo y de desplante al PRO que una verdadera necesidad de apoyo al proyecto de tierras.
Ergo, hay un mensaje muy claro de parte de la oposición (y dirigido a la misma oposición): la UCR -tal como lo dijo alguna vez el presidente del comité local, el "pollo" Herrera- no acompañará la cruzada del PRO para llegar a la intendencia en las elecciones de octubre próximo, y jugará con un candidato propio que seguramente le suavice el camino al Frente de Todos.
La oposición está quebrada y ahora se empiezan a ver los pedazos, justo en año electoral.
