Pibes haciendo willy en plena avenida 3 y boulevard, corriendo entre ellos por las arterias a toda velocidad, pasando increíblemente "fino" entre los automóviles, entre el cordón cuneta y el lomo de burro han complicado el panorama sin límites... ¿Qué hacemos?
Hay una cuestión que el Gobierno no puede -a las claras- todavía solucionar: las motos, ya un estigma que a pesar del esfuerzo, no pudieron resolver ni controlar. Los rodados son un problema diario que generan colisiones, internados, fallecidos y mensualmente ascienden la estadística negra.
No es que no se establezcan medidas para evitar los accidentes o excesos, pero con lo que se hace evidentemente no alcanza. El asunto es que, no se trata tampoco de aplicar medidas severas con los conductores sino de responsabilidad individual al momento de conducir. En síntesis, no sólo se debe pensar en el acto punitivo ante una infracción sino también en la consciencia del conductor.
Por ejemplo, en el caso de las motos, la pavimentación de las calles locales parece haber complicado el panorama con la velocidad que pueden alcanzar las motocicletas; y el acceso a los rodados -desde el punto de vista financiero- han abierto el abanico: hoy, casi cualquier vecino puede comprar un motovehículo sin mayores problemas, aunque sea en 84 cuotas. Con DNI, el recibo de sueldo y no mucho más, tenés la moto en casa.
Pibes haciendo willy en plena avenida 3 y boulevard, corriendo entre ellos por las arterias a toda velocidad, pasando increíblemente "fino" entre los automóviles, entre el cordón cuneta y el lomo de burro (con el riesgo que lleva eso) han complicado el panorama sin límites. Incluso, ya no se trata de la utilización del casco o medidas de seguridad. Hoy, corren, saltan, hacen willy con toda la protección junta y las cosas igualmente se complican. Entonces... ¿pasa por la responsabilidad individual? ¿Depende este tema del Estado o va más allá?
También es cierto -y esto a favor del Estado- que, cada vez que hacen controles, la gente dice: "persiguen al laburante", "por qué no van a buscar a los chorros", "quieren recaudar" y muchos otros etcéteras. Por lo que, a las claras estamos ante un dilema doble facético de todos nosotros como comunidad: nos molesta, o no, que se controle. Nos molesta, o no, que se infracciones. Nos molesta, o no, que se prohíba.
Todo pareciera indicar que primero debemos resolver la cuestión del "yo interior", una especie de medida subjetiva de lo que está bien y lo que no. Lo que está permitido y lo que viene a poner en riesgo a los terceros. Porque, como muchos piensan y no lo dicen, el problema no está en lo que pueda hacer yo con mi cuerpo y mis decisiones, el tema aparece cuando intervienen terceros que sin pedirlo ni buscarlo, quedan entre medio de algo grueso, grave.
Ejemplo: yo puedo ir a 200 KM por hora por el boulevard, estamparme con un paredón. Hasta ahí es una decisión individual.... pero.... si por ese accidente que yo genero por una inconsciencia, termina muriendo otra persona o gravemente herido, entonces la cosa se complica. El problema no es lo individual sino lo colectivo... ¿o al revés?
Tenemos un gran debate de por medio con estos temas. El Estado puede minar la ciudad con controles, minar las calles con lomos de burro, minar las calles con cámaras de control de velocidad. Ahora, si no ponemos la cuestión individual por delante (tengamos la edad que tengamos), la cosa no cambiará. Al contrario, se agravará.
