A cielo abierto y con el bosque como entorno, toda la comunidad y quienes visitaron la ciudad, recorrieron las instalaciones de un evento que se caracterizó por excelente gastronomía y actividades culturales.
A cielo abierto y con el bosque como entorno, toda la comunidad y quienes visitaron la ciudad, recorrieron las instalaciones de un evento que se caracterizó por la parrilla típica argentina, las tortas fritas y las empanadas y un escenario poblado del repertorio folklórico argentino y artistas locales, como la Orquesta y el Coro Municipal.
Durante cuatro días en las calles internas del bosque, su anfiteatro y toda la zona aledaña al Boulevard Gesell y 102, cientos de personas visitaron los puestos de artesanos, artesanas y productores gastronómicos. La oferta de dulceros, artesanos en madera, indumentaria y otras artes, montaron una callecita tiendas ladera arriba, en dirección al escenario.
Desde allí, epicentro del evento, se pudo apreciar el ritmo de las cocinas: decenas de hornallas montadas para la ocasión, sacando panes recién horneados, carnes y dulces para paliar el frío y acompañar la celebración.
Entre las propuestas artísticas, cada jornada contó con bailes de agrupaciones de Villa Gesell, Madariaga y Mar del Plata, un ensamble de música popular y artistas locales en formato solista, además de la mencionada la Orquesta Municipal con su Coro, se presentaron el domingo al mediodía en el Pinar.
