El intendente fue prepotente y arrogante. Y eso lo pagó en las urnas. ¿Qué pasó para que el intendente sufriera semejante paliza? Leelo.
Los vecinos geselinos le pasaron "factura" a Gustavo Barrera. Que el jefe comunal haya perdido por casi 900 votos de diferencia con LLA indica, al menos, que se viene un tiempo de reflexión para el intendente local. A las claras está que su manera, su forma, su accionar político, no gusta y ya no cae bien en la gente.
¿Qué pasó para que el intendente sufriera semejante paliza? Basicamente no supo leer a la comunidad y su imagen ya venía muy deteriorada. Eso, y algunas políticas erradas, terminaron de dinamitar el camino hacia la caída.
Barrera está transitando su tercer mandato consecutivo y eso tiene un desgaste lógico y natural con la gente. Pero si a ese contexto, se le suma la prepotencia y arrogancia, el dirigente hace agua rápido.
Que Barrera haya sostenido el esquema y la política de seguridad de la mano de Mauricio Andersen (a todo o nada) lo perjudicó tremendamente. La gente le pedía a gritos el cambio y Gustavo no escuchó. La ola de inseguridad tuvo en vilo a la ciudad durante largos meses pero Barrera no escuchó.
A eso se le sumó la crisis en el sistema sanitario público. El hospital es un verdadero desastre: no hay anestesista, faltan pediatras, las ambulancias están detonadas, tuvieron que cerrar la terapia por falta de insumos y así, mucho más.
Y después, la relación con los empleados municipales. Barrera la jugó mal. Cuando le cerraron el grifo de fondos provinciales (por decantación a la falta de fondos de la Nación a la Provincia) tuvo la peor decisión con los propios: quitó horas extras y frenó todo tipo de aumento salarial. Se puso en controlador extremo con los mismos empleados.
Con el discurso de "FUE MILEI", el intendente geselino pagó caro el slogan. Creía que la gente iba a apoyar y solidarizarse con el reclamo de falta de fondos pero, contrariamente, terminó muy perjudicado y eso se vio en las urnas. Si se dice que hay cerca de 2500 municipales y uno mira los números, debería, de base tener al menos el triple de votos: 7500 votos. Eso, a parte de los independientes que lo acompañan y que no trabajan en el municipio.
Hay dos opciones: o que Barrera pida un salvavidas en Provincia y se vaya de funcionario o que continúe hasta final de mandato. Lo complicado es que quedan dos años de penurias: sin plata y con un intendente en la lona.