Los visitantes que eligen hoteles, hosterías, cabañas y aparts se quedan una semana. Y luego vuelven durante la temporada baja para disfrutar de algún receso invernal. La nueva Ley de Turismo y los costos inciden mucho en el nuevo paradigma.
SECTOR INFORMATIVO dialogó con Jorge Cocco, gerente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Afines (Ahrca), quien esbozó una posible explicación al cambio de paradigma: "hace unos años la gente se quedaba quince días y era impensado que se vayan antes. Ahora, en cambio, la situación en hoteles, hosterías, aparts y complejos es diferente para el visitante porque pueden pasar una semana en la costa en verano y luego repartir algunos fines de semana largos en el año".
Esta nueva manera de hacer turismo viene avanzando con el correr del tiempo. De hecho, se implementa en las localidades del sur del Partido desde hace años. "En Mar de las Pampas, Mar Azul o Las Gaviotas se alquila -mayoritariamente- por una semana. No solo por los costos que supone quedarse medio mes sino porque el recambio se genera de ese modo desde hace tiempo y a la gente le encaja en su esquema de descanso. Al turista, evidentemente, le viene mejor porque puede repartir sus vacaciones a lo largo del año. Tan solo hay que mirar las estadísticas: esas localidades tienen movimiento todos los meses, inclusive bajo el clima más adverso del invierno", agregó Cocco.
Cocco también recordó que la obra de gas natural en Mar de las Pampas y Mar Azul ayudará a instalar este nuevo modo de descanso. "Cuando los complejos puedan ofrecer un servicio confortable a precios razonables el nuevo paradigma se extenderá aún más. Hoy, con el gas envasado, el costo de mantención una cabaña es alto y solo algunos pueden afrontarlo. Esa situación cambiará cuando el servicio básico se extienda en esa zona", explicó.
Evidentemente, la implementación de la Ley de Turismo -que viene bajo el brazo con un fin de semana largo por mes- también ayuda a que esta nueva forma de vacacionar se haga cada vez más fuerte y frecuente. Si a eso se le suman las posibilidades que ofrece el corredor turístico durante la temporada baja entonces estamos ante la presencia de un nuevo estereotipo de visitante al que hay que amoldarse si se quiere tener éxito.
Avanza con fuerza la modalidad de no veranear en Villa Gesell, la temporada viene para atras...y tambien con el inutil de secretario de turismo que tenemos...mas no se puede esperar!!