Según indicó el cabañero, la clave para lograr un buen verano está en capacitarse y comprender el cambio que impone el visitante, cada vez más exigente.
En dialogo con SECTOR INFORMATIVO, Coperchini sostuvo que los complejos hoteleros y los restaurantes que reinvierten en servicios hacia el turista son los que se llevan los mayores beneficios porque el visitante busca obtener mucho provecho por el dinero que desembolsa.
"Hoy se debe competir porque hay una oferta importante de complejos que se lanzan al mercado en busca de huéspedes. Aquellos que logren entender lo que quiere el turista por el dinero que paga va a tener altos índices de ocupación", indicó el hotelero del sur del Partido.
Según indicó Coperchini, la clave está en capacitarse y comprender el cambio que impone el visitante, cada vez más exigente. "Hay que hacer cursos para acompañar el cambio de paradigma", agregó.
Aunque no fue la temporada más brillante de los últimos años, Mar de las Pampas, Las Gaviotas y Mar Azul vivieron un verano "pasable" en donde se dieron cambios en las conductas de los visitantes -como vacacionar por pocos días, fundamentalmente los fines de semana- que obligaron a reformular la estrategia.
Una semana para cuatro personas en un complejo de nivel llegó a costar entre 11 y 15 mil pesos. Paradójicamente, los de altos valores son los que más rápido se llenaron. Debe de haber sido por los servicios que ofrecen.
