El problema ocurrió cuando se solicitó a los manifestantes que no entregaran volantes ni pegaran carteles dentro del hospital. No hubo violencia física, solo un cruce verbal.
Según pudo observar este periodista, el problema ocurrió cuando se solicitó a los manifestantes que no entregaran volantes ni pegaran carteles dentro del nosocomio, algo que molestó mucho a las personas que encaraban la jornada de manifestación.
En el cruce de palabras -que nunca llegó a la violencia física- se dejaron claras las dos posturas: los manifestantes indicaron que el nosocomio es público y que todos tienen derecho a enterarse de lo que sucede mientras que el personal del lugar retrucó que podían realizar la actividad, pero siempre afuera del órgano de salud.