La marcha por la seguridad se desarrolló en la puerta de la municipalidad con 350 vecinos. Un grupo de inadaptados ingresó al palacio comunal y llegó hasta el despacho del intendente pretendiendo, con mucha violencia y provocación, dialogar con el jefe comunal. La marcha se fue diluyendo de a poco. Las autoridades municipales recibieron a dos grupos de vecinos para dialogar sobre la problemática. MIRA EL VIDEO.
La convocatoria se gestó por las redes sociales. La idea era que los vecinos acudiesen a la municipalidad para dialogar con el intendente y los funcionarios de la gestión sobre el panorama actual en materia de seguridad ciudadana, principalmente la ola de robos de la última semana y el asesinato hace sólo algunos días de la vecina Delia García que, en síntesis, fue la gota que colmó el vaso.
A las 13 comenzó la manifestación. No eran más de 150 personas, pero de a poco se fueron acumulando vecinos hasta alcanzar un número interesante de convocatoria. Todo venía normal hasta que a un grupo de se le ocurrió ingresar al palacio comunal con el propósito de increpar al jefe comunal. Llegaron hasta la puerta de la secretaría privada de Rodríguez Erneta pero el grado de violencia con el que actuaron no abrió camino al diálogo entre las partes.
Ante esa situación, un grupo de inadaptados -aunque no todos los manifestantes estuvieron de acuerdo en su accionar- comenzó a insultar a los funcionarios que estaban en el despacho del intendente, tanto que rompieron la puerta de ingreso con el objetivo de avanzar sobre el propio Erneta. La pared humana que formaron militantes allegados al jefe comunal impidió que avancen, pero estuvieron muy cerca de estar cara a cara con el funcionario.
Esa parte de la manifestación tuvo, aunque a muchos les duela reconocerlo, mucho color político. De hecho, los cuatro o cinco vecinos que "agitaban" a los otros con insultos, provocaciones desmedidas y violencia responden claramente a distintos espacios del arco opositor.
Rodríguez Erneta y Tavarone recibieron a dos grupos de vecinos. Con el primero acordaron un plan de trabajo a seguir: colaborar con la policía y constatar el faltante de luminaria pública en la vía pública. El segundo grupo dialogó con los funcionarios sobre temas puntuales relacionados a la problemática.
De a poco, la marcha se fue diluyendo. Para las 17 ya quedaban menos de la mitad de los manifestantes y a las 19, cuando los funcionarios dejaron el palacio comunal, no eran más de 30 los vecinos que finalmente, en la puerta del palacio comunal y con algunos efectivos policiales que miraban la situación de reojo, increparon a Erneta para continuar dialogando. Ese fue el final de una jornada cargada de bronca y violencia por una política de seguridad que hasta el momento no viene entregando los mejores resultados.
