Jueves, 28 de Marzo Villa Gesell

Opinión | Columnistas

Juan Oviedo, profesor y filósofo local

Naturalizar

La pandemia vaya desnaturalizado la desigualdad existente en la sociedad del país, especialmente en CABA, con un método cruel, la muerte, quizás este sea la última condición que todavía importa o nos conmueva cuando alguien muere víctima de la desigualdad por habernos acostumbrado a ella.

A la definición aristotélica del "hombre como un animal racional", ha dado lugar a la del "hombre como animal de costumbre" según Dickens, así, el animal se acostumbra a un limitado ir y venir a un reducido número de lugares y si el hombre lo copia, será un venir e ir determinado. ¿Recuerda usted el viejo dicho "de casa al trabajo y del trabajo a casa"? , bueno tenia por eje a la costumbre, pero usted dirá, si, "pero los animales no razonan y nosotros sí".

Sin embargo, la naturalización ponga en tela de juicio ese razonar, porque atribuir causas naturales a hechos sociales eso es naturalizar, por supuesto que ese tergiversar no es "natural" sino consecuencia de un discurso dominante por el cual el individuo y el colectivo se distancian de un cabal comprender algo que ya ha sido falseado.

Entonces, ¿qué hubo pasado con esa capacidad de razonamiento y que nos debe salvaguardar de todo tergiversar?, superada por la preeminencia del ir y venir animal o posicionado pendular ideológico destruyendo esa capacidad del razonar.

Así, una forma de naturalizar es la ayuda a pobres y a necesitados, eso significa no entender lo que provoca a la pobreza y que es la desigualdad, ahora, cuestiones como "deben existir los pobres porque existen los ricos", es naturalizar la desigualdad y subrepticiamente la causalidad, vaya tomando las riendas por el cual se termina explicando cuestiones sociales tal como se explican fenómenos naturales. Paradojalmente con la ayuda a la pobreza usted no hace más que perpetuarla o sea, actúa conforme a la naturalización siendo su víctima.

Pero en la muerte no hay posible ayuda ahí, eso lo obligue a mirar más allá de donde mira normalmente, lo sacuda de su cómodo naturalizar que lo lleva a creer que está haciendo algo cuando ayuda a pobres y necesitados, pues usted a animalizado su actuar y así, no pueda pensar en cambio alguno o de transformación, por el cual la crueldad en mitigar algo el dolor de la necesidad, en el fondo, perpetúe eso que debe desaparecer.

La cuarentena dispuesta como medida sanitaria nos revela la gran desigualdad existente en el país, han emergido hechos que han sido naturalizados y que el presente aislar los ha mostrado, por ejemplo, el trabajo en negro, el hacinamiento en las villas, la falta de servicios en algunas de ellas, nos dicen de condiciones que la desigualdad ha instalado y fuente del fracaso a la medida sanitaria propuesta en esos lugares.

Y aquí la cuestión central, la medida sanitaria solo puede tener éxito en lugares donde la desigualdad no es tan pronunciada, donde la brecha entre clase media y pobreza no es tan manifiesta.

Hay voces que dicen que después de esto el mundo será otro, que se pueda aprender de la pandemia o el optimismos de salir más fortalecidos como sociedad etc., pero son las voces de un discurso dominante tras su objetivo principal, que actuemos como animales, donde el pensar que significa un no pensar, sea el que impere.

¿Qué más lecciones nos esperan?.......
Juan Oviedo, profesor y filósofo local

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