Recuerda la frase "¿el Estado soy Yo?", si, lo dijo el rey Luis XIV, en la Francia del siglo17, o el derecho divino de gobernar, por el cual "al ser rey y ser Estado", no se debían discutir sus prerrogativas, -su actuar- estaba destinado por su preceder.
Pero ¿y cuál es el problema de eso?, -es el de los límites- o tácito vigilar hacia aquellos que actúan "en la cosa pública" pues castiga "con revoluciones, destituciones, golpes de Estado" etc. cuando ciertos límites se han roto.
"Los límites" implican una línea y demarcación un tanto subjetiva porque quien lo determina es quien sufra la agresión -del desmedido actuar- y falta de mesura, por el cual se vaya incubando poco a poco "una pena y un castigo" para aquel rey, gobernante o representante, por su falta de límites y algo que la historia -lo ha sabido señalar-.
Entonces, el poderoso, el soberano, el que administra, sufre tal punición, sin embargo, el estado de cosas que suceden en el país hoy, nos dice que -quienes ejercen esa desmedida condición- son aquellos ¡que no están al frente de las decisiones de gobierno! y que en nombre de una República, de un país, de las libertades, los derechos-, cometen la primera desmesura de "corrupción ideológica", al apropiarse de algo "que envuelven a otros", por ejemplo, ser ellos la República, el país, la patria ¡y cuanto intangible nacionalista más!
La justificación a la cotidiana descalificación, injuria, insulto y falta de respeto en sus mediáticos movilizar en contra del gobierno, es realizado por la defensa de tales intangibles "auto apropiados" y en consecuencia -en su nombre actuar-. .
Cuando usted escucha:"la República está feliz", es porque quien habla -se apropio del término- y a modo de los antiguos sacerdotes oraculares que interpretaban "el decir divino" para aquellos que iban a saber acerca de su destino y futuro, utilizaban ese decir de acuerdo a sus necesidades y apropiarse "del decir del Dios", ahora, se trata de los intangibles que hacen a una Nación.
Así, declaraciones como "que hoy la República está contenta", nos recuerda a aquel pasado pero hoy, con gente que lo quiere volver a posicionar, "cuando actúan" como traductores e interpretadores, y se encuentran -en contacto directo- con los intangibles señalados.
Por ejemplo, en el pueblo con declaraciones como "Villa Gesell está feliz, está triste, está lúdico, está........." etc. mantenga el mismo tenor con lo señalado -de gente que se apropia- cuan ocupas, de algo "que no les pertenece" pero que hacen suyo.
Se trata de usurpadores y en ese usurpar -se halle el delito de corrupción-, "utilizar en beneficio propio y personal -algo público-", como es el uso de bancas para el propio partido, el mismo sesgo partidario, para sí mismo etc.
Los guardianes de los valores y afectos a la corrupción en cierne -por su auto legitimar- usan símbolos, pancartas, cantan el Himno y cuentan con un arsenal mediático que los posiciona redentores de la justicia, la trasparencia, la legalidad, lo institucional y cuanto intangible más, pero no nos engañemos ¡son los bárbaros de nuestro tiempo!
Con una violencia simbólica y verbal diseñada en otros círculos, se sufran los embates de estos -auto creídos secuaces- cuando en el fondo -son víctimas de la utilización de terceros-o " mera carne de cañón", cumpliendo a rajatabla lo que el inmortal Jaureche supo decir "animémonos y vayan" y desnudar a los titiriteros de siempre, esos que dicen "que la República está contenta" o "que Villa Gesell esta .........."
Los impresentables "barbaros" ¡sin límites! y posicionar a sus titiriteros -como referentes-.