Viernes, 26 de Abril Villa Gesell

Opinión | Columnistas

Juan Oviedo, profesor de filosofia geselino

Mascarada

Usted podrá -emitir juicios, criticar, no estar de acurdo etc.-, respecto a decisiones del gobierno local y pretender "que su opinión sea tenido en cuenta", pero siempre respetando un principio de realidad que no debe soslayar -la contextualización que significa una pandemia-
"Ser la voz o las voces" de terceros quizás -inconsultos-, no pueda señalarse de arbitrariedad sino "de falsedad ideológica", por representar entidades y hacerles decir cosas -que no dicen-, y hablar en nombres de los otros: de los pobres, de los geselinos, de los trabajadores, de los turistas etc.


Usted acertó, hablamos de una carta de un edil tildando "de arbitrario" ciertas decisiones del ejecutivo -en especial-, la veda de la playa entre las 22 y 6.00 Hs. Pero "no hay decisión arbitraria", cuando una medida busca proteger por un lado, y por otro, generar las condiciones para que pueda ser posible -una temporada-, con todos los límites que ella implica y que los protocolos así la reconocen. Pero si "la arbitrariedad" es, por ninguna consulta en particular, la medida no queda en ese opinar sino -en quien gobierna- y eso se llama decisión, acción por la cual el ejecutivo ejerce.


Lea el siguiente comunicado “La prohibición es una medida cómoda de gobiernos limitados que solo pone de manifiesto la falta de consensos organización y prevención". Ahora considere lo real, pues con una "base empírica" que señala a disturbios ocurridos en otros años -en la rambla- y que enfrentó a jóvenes con la policía, la medida del ejecutivo "deja de lado lo preventivo" y directamente, busca desterrar las condiciones para la reiteración de tales enfrentamientos.


La persona del comunicado insiste "con formas de trabajar para cuidar a nuestros ciudadanos por medio de controles nocturnos que permita desarticular cualquier tipo de disturbios", insiste por la prevención, cuando la idea a implementar "es la de no permitir condiciones" en la playa de 22 a 6.00 Hs


El comunicado finaliza señalando que “La historia de Villa Gesell se caracterizo por la libertad del poder reunirse y el disfrute de nuestro paisaje un valor que supo distinguirnos cómo destino turístico” pero como señalamos al principio -se trato de una historia que no registraba covid-19 o sea-, deja de lado lo contextual de la pandemia.


Ahora, la contundente frase de "la decisión arbitraria" que atenta -contra el turismo-, ante la apertura de la temporada no se pueda sostener.
Pero lo más interesante es la andanada de descalificaciones al ejecutivo tales como: "gobierno limitado, la señalada arbitrariedad, cómodo, falta de organización y prevención", vamos a lo medular.


¿Saben ustedes la diferencia entre una argumentación y una adjetivación?, son dos aspectos distintos que sobrevuelan en los discursos. La primera, posiciona pruebas y razonamientos, razones a las que directamente usted las puede -comprender y examinar-, más allá "que esté de acuerdo o no con ellas", mientras, que con la segunda, se busque manipular al lector desde el despertar de emociones que la adjetivación provoca, como implican las siguientes frases: arbitrario, injusticia, determinar incapacidades etc.


La adjetivación -en este caso- es utilizada como parte de "una figura retórica" y ya sabemos lo que se busca con ella: emocionar, sugerir, persuadir, por lo tanto en el presente comunicado no se busca objetividad ni precisión informativa, sino manejar y posicionar una subjetividad sin objetividad y con ello, el sentido de la publicación ser la de una -mera manipulación mediática-. Insulta, denigra, descalifica, miente etc., nadie leería o escucharía a semejantes interlocutores, pero si eso es disfrazado -quizás- y por eso, el intento del presente desenmascarar.

Juan Oviedo, profesor de filosofia geselino

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