Jueves, 18 de Abril Villa Gesell

Opinión | Columnistas

Juan Oviedo, profesor de filosofia geselino

Cuestiones

Ser empresario y comerciante "es darle trabajo" a la gente, tal suele ser el argumento al colectivo y posicionar como normal, la relación -empleador-empleado-, donde se vinculen dos tipos de intereses -más que distintos., pues  una busca el lucro y el otro, un sueldo para subsistir.


Lo que margina a "primera instancia" cuestiones un tanto filosas como sería preguntar, "ese trabajo que ofrece el empleador", ¿busca ser parte de un desarrollo para el trabajador o por el contrario, implique una explotación del mismo?. Lo cierto es que nos hallemos ante la "máxima palabra" -justificadora- de oposición a las normas de cuidado que exige la presente pandemia, se trata de lo económico y de la importancia del trabajo "que eso representa". 


Ahora, si nos situamos en el balneario -bajo pandemia- ¿qué significaría?, que ya no estemos ante una simple actividad comercial imparcial a definiciones del ejecutivo, sino de un acto de presión -al exigir- "al gobierno local", que alargue el horario restrictivo,  colisionando con el planteo sanitario del ejecutivo. 


Uno podría ser condescendiente y decir, "mire se trata de -la manta corta-, si beneficia una parte, desprotege la otra", y ceñir el presente razonamiento como expresión de una realidad inmodificable, pero no es así, porque de lo que se trata ¡es acerca de una puja del poder!, y no incentivando -tales reclamos- desde el actuar de "la oposición", sino del poder -empresarial y comercial- con sus respectivas cámaras que se muestran como tal, defendiendo "sus propios intereses" y hoy, ¡vituperados!.


"La temporada restrictiva" se manifieste más, ¡no por las medidas sanitarias!, que por otro lado -los casos de contagio- van subiendo día a día, porque la restricción que sufren los negocios lo "sea" por -la ausencia- del turista directamente, por lo cual un cuadro desalentador nace, primero, con la suba de contagios, segundo, con la ausencia de turistas y que nos lleva al tercero, el saldo más que negativo, en las arcas privadas y con mayor positividad de infectados -en lo público  del pueblo-.


-Por primera vez- en la historia del pueblo, "la temporada" muestre solo a perdedores pero con un gran incerteza por lo inviable de todo predecir, acerca del rondar de la positividad que ha contraído del virus, por ¡cómo habrá de impactar!, así, por primera vez "la temporada" esquilmó a empleadores y empleados, provoco la condiciones del contagio -y como siempre- "se marchó".


Porque la temporada en este 2020/2021 es -una victoria a  lo Pirro-.


 

Juan Oviedo, profesor de filosofia geselino

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