Jueves, 25 de Abril Villa Gesell

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Juan Oviedo, profesor de filosofía geselino

Reconocer

Una de las funciones vitales en el sistema escolar es ¡el enseñar!, y para tal tarea se necesite  de profesores, también preceptores y personal de maestranza. Sin embargo, algo que por ser -obvio- detone la siguiente paradoja "que pase desapercibido", así, -aparte del personal de maestranza- hay una figura presente y que al naturalizarse, se la convierta en una especie de decorado a rellenar en todo colegio, hablamos de la figura del "preceptor".


El preceptor -formalmente- es el encargado de mantener el orden y cierta disciplina en la escuela y burocracia de por medio, tome lista, anote inasistencias y se encargue de llenar formularios y planillas, eso es lo visible de su función, allende a una más sustancial e invisible, la de ser - un fundamental vínculo- y que a modo de "puente", anexe las dos orillas humanas del sistema escolar: alumnos y profesores.


-Su cabal significación- es la que "él", es la única persona -que sabe- lo que pasan o padecen los alumnos de los que está a cargo, y por ello: contenga, ayude, estimule, acompañe, aconseje etc.


¿Quiénes son los que primero reciben en las escuelas con los protocolos implementados por el covid-19, en el Edem por la mañana? firmes están: Yesica, Andrés, Ángela, Natalia o a las 13Hs. con Solange,  Gabriel, mientras que -en la Escuela 6- también temprano, nos reciban Adriana, Estela etc.


No puedo dejar de mencionar a Adriana (otra) de la Escuela 3 de Mar de las Pampas y con Ángela también (otra) a la ya señalada, con sus gesto continuos de acompañamiento solidario para con los alumnos de aquella institución y ¡qué decir de la Escuela 5!, con Cristina, Viviana, Fernanda, Amaranta como pilares de esa institución.


Todos ellos son "nuestros" preceptores, muchos se contagiaron de covid-19 por estar en esa línea primera de batalla y carguen sus secuelas, ¡guarden para sí!, en sus conciencias la terrible experiencia  que significo luchar "por poder respirar" y hoy, ¡nos reciban por la mañana en las escuelas!.


Y así como no hay aprendizaje sin ninguna interrelación, el interrelacionarnos con nuestros preceptores nos enseñan la mejor lección posible, la importancia de la condición humana a disposición de aquellos que necesitan crecer: los alumnos.


Entonces, salve preceptora, salve preceptor, que los dioses sean con vosotros.


 

Juan Oviedo, profesor de filosofía geselino

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