Viernes, 26 de Abril Villa Gesell

Opinión | Columnistas

Juan Oviedo, profesor de filosofía geselino

Poco a poco




Ya no se habla de "radicalismo" sino del "Pro", como tampoco se hable de "peronismo" sino de "kirchnerismo", hablamos de poder -un poder actual- en esas dos presencias políticas que lo ejercen -y ambas-, lo hagan "en nombre de la gente". La paradoja es notable de ¡cómo las dos corrientes mayoritarias en el país! e "interesadas en la gente", no quite que mucha de esa gente -pase miseria, no pueda conseguir trabajo y de hacerlo, no le alcance el sueldo-.


El poner a uno y después sacarlo "vía urnas" -y poner a otro-, tales cambios ¡no logren modificar sustancialmente la realidad de la gente!, simplemente -nos dice, nos habla, nos grita- que estemos ante "un continuo fracaso" de décadas y décadas de la dirigencia política, así, las permutas de las marca no quiten -la esencia del producto- que es el mismo de siempre, FRACASO.


El hiato entre el decir político y la realidad que lo muestra, ha dado el resultado de siempre, el expresado "hiato" y fuente del -te pongo y te saco- o ingenua actividad instalada por el "astuto del sistema" al hacer creer que ella, la gente, "elige" y por ende, ¡que algo puede cambiar! Pero si la gente que vota "es la misma" y los elegidos "son los mismos", entonces, uno se podría ensañar con ella por -el gatopardismo que ayudan a instalar- pero eso sería demasiado cruel, ¡hacerla -cómplice indirecta- de su calamidad social!.


La esencia del modelo liberal hace de la representación eje de su accionar, así, el astuto te dirá que él ¡te representa!, ¿sabes lo que eso significa?, que tú no puedes con la cosa pública por ti mismo, también te dice de la importancia de "la gobernabilidad", ¿sabes cómo debes traducirlo?, que no estás capacitado y lo necesitas a él para poder conducirte, pero -el derrumbe progresivo- de esta representación este dada en los votos en blanco, el voto castigo en una, dos, tres y ponga -la cantidad de veces que quiera- en todas las elecciones.


"Te hacen creer" que vos dominas y tenes entre tus manos lo que ganas cuando trabajas, y si hay trabajo -es por ellos-, te hacen creer que el voto es un derecho y por ello, la obligación de votarlos, más allá del contratiempo de todos aquellos que no pertenecen a las filas de los -astutos del sistema-, así, te hacen creer que ellos saben, gobiernan sin condicionamientos y poseen el poder de decisión. ¡Ah!, se han metido en tu cabeza y te han hecho -militante-, paradojal ¿no?, el éxito de los "astutos del sistema" se parapete en la ilusión de tu pertenecer en sus discursos y sin lugar a la decepción que instalan tanto -como gobierno y oposición-, cuando esta última llegue a ser gobierno.


Pero ¿cuál es la diferencia entre los astutos del sistema (político) y la política?, ya sabemos acerca del astuto, ¿y la política?, "esta es la lista".
Con personas comunes posicionando -la agenda- pero primero, con la obligación de aprender, estudiar y recién saber ¡cómo posicionar esa agenda! para actuar sobre ella, a no depender del astuto, y descubrir entre los iguales aquellos que "vislumbran" los problemas cotidianos de todos, tras claridad de por medio y actitud pedagógica, enseñen a los otros y educarlos en los ejes centrales de lo cotidiano..


¿Cuáles son esos ejes? la del empleo, porque el empleo es central, capacitación para adquirir habilidades laborales y productivas, gerenciales, autodeterminación para el propio crecimiento, y como política de gobierno dar a entender que en términos de créditos y subsidios que van a empresas -éstas-, deberán comprometerse a regular los precios de sus productos para no provocar inflación.








Aprendizajes sobre la relación producción, aranceles y discutir con empresarios estructuras distributiva, dar a concebir que todas las necesidades -son jerárquicas- y solo hay desarrollo en la medida que esas necesidades básicas "son cubiertas".
El país con sus cargas impositivas y el cobro de aranceles debe estar si o si -al servicio de las personas- y fundamentalmente ir desalojando "poco a poco" de los lugares centrales de decisión, al astuto del sistema y solo reine -la política- sin su corruptor, el político.




Juan Oviedo, profesor de filosofía geselino

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