Viernes, 19 de Abril Villa Gesell

Opinión | Columnistas

Juan Oviedo, profesor de filosofía local

Otra mirada al 24/3

La presente nota plantea "otra mirada" a la clásica que se muestra, difunde y celebra respecto del 24/3. Establecido en el 2002 por -Ley de la Nación 25.633-, cuyo artículo 1º establece: “Institúyase el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha del año 1976.


Si nos preguntamos por el significado de "la memoria", decimos que se trata de un -no olvido- de hechos que han sucedido, por ejemplo, si el señalado proceso implico -entre otras cosas- la imposición de un modelo económico, social y político (¿liberal, neoliberal?)  -ese hecho- debió calar en la conciencia de los ciudadanos, sin embargo, parece que no  fue así, que no fue tal, porque dejando de lado -muertes, desapariciones y destrucción- por parte de los genocidas, se volvió a repetir ese modelo con Menem y Macri.


Entonces, ¿qué se quiere instalar para -que efectivamente- se recuerde?, ¿el método de las desapariciones, los centros clandestinos, torturas etc., de los 30.000 desaparecidos o a tener presente el modelo político que el proceso cívico-militar busco instalar "y tales desaparecidos" lucharon contra él?


Bueno, parece ser que la cultura del 24/3 a sido insuficiente porque la presencia de un Macri y otros,  desnudan como nadie que el sentido que se quiere instalar, es insuficiente como oposición al neoliberalismo presente en el país.


Las faraónicas muestras del reciente 24/3 parece invertir la ecuación del festejo, porque los 30,000 desaparecidos parecen hallarse -al servicio- de la memoria, la verdad y la justicia, por morir defendiendo ideales en contra de un Liberalismo o Neoliberalismo, hoy vigente  en el país por la presencia del F.M.I.


¡Entonces, lo faraónico mediatizado! es "un acto" pero de manipulación al posicionar las variables de -la memoria, la verdad y la justicia-, sin vínculo con la realidad de aquellos que desaparecieron, estamos ante ¡un fetiche! que muestra como "nadie" la intención de todo político, su oportunismo por apropiarse de todo aquello que le puede dar rédito.  


Una frase sostiene que "la memoria es selectiva", y aplicable también al colectivo, porque éste, repitió y  reiteró -con el voto-, ese pasado y presente del modelo Neoliberal, en oposición a la lucha denodada de los desaparecidos, lo que nos dice que -la memoria- no puede ser inducida o pretender colectivizarla.


Porque todo hecho epocal -no posea- igual "alcance y calibre" en las individualidades que lo  experimentan, el 24/3 se posiciona para generar el recuerdo de esos "años fatídicos", objetivar una interpretación y significación, pero la experiencia concreta acerca de esa objetividad, ese "cuño y marca" personal no está presente en el colectivo como tal, pues "la piedra" al voto Neoliberal así lo muestra.


La advertencia kantiana de medios-fines es pertinente en este momento, ante la sospecha de la "utilización partidaria" respecto de esos años nefastos, por el escenario estratégico de actos, movilizaciones, banderas etc., donde lo bullanguero se torna medio para comunicar ideas, bajo el fervor de sentimientos y frases, posicionando un tipo de comportamiento presente como futuro.


Donde la  "expresión objetiva" lo otorga el sentido común -de la cantidad-, madre del éxito o fracaso de todo movilizar, ¿y quien puede negar del éxito de tal cantidad? pero en el fondo si esa objetividad  está basada en la construcción de -títulos, muletillas, discursos- bombardeando las mentes bajo la impronta de lo emocional, azuzando las creencias que los hace militantes, estamos ante "hechos" que impiden pensar y sin preguntas acerca de la objetividad -siempre oscura-, lo que nos revela que esa mentada verdad, en el fondo, es parte de una -pos verdad- donde la objetividad es derrotada por el discurso instituyente y tergiversador del utilizar "cuya pancarta" pivote en un eje central "más que emocional": ¡madres y abuelas!.


Lo que nos lleva a una pregunta, ¿cuál es la verdad sustentada en una -pos verdad- donde el discurso masificado se torna instrumento de alienación?, no se trata de negar el ayer, sino "el uso" que se hace de ese ayer, y eso, ¿es justo?, porque la instancia ideológica de los desaparecidos fue licuada por la política  partidaria de un gobierno -supuestamente- afín con ellos pero que  ha convenido con la representación de un Neoliberalismo y que es el F.M.I.


Con una memoria que no es tal, una verdad centrada en la pos verdad y una injusticia al tergiversar lo ideológico por lo político, todo 24/3 nos muestre el efecto de arrastre que implican los hechos, basado, ¡en lo que otros hacen y nos hacen!, la tesis de Foucault respecto a la subjetividad, por lo cual el entendimiento propio sea el mejor remedio a tanta objetividad "que arrastra" hacia una a criticidad o la -zona de confort- que no examina. 

Juan Oviedo, profesor de filosofía local

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