Viernes, 29 de Marzo Villa Gesell

Opinión | Columnistas

Juan Oviedo, profesor de filosofía geselino

Frase

La definición de "mafia" a integrantes del poder judicial -por parte de la vicepresidenta- si bien pueda ofrecer una idea, quede corta de significado porque se llama o se entiende como mafia a una manera de operar pero "en contra de la ley", pero si lo judicial se yergue ley, entonces, no hay mafia a no ser que opere -en contra de si- pero jamás sería una acción encubierta tipo mafia porque -es la ley-.


Ahora, ¿de qué tipo de ley hablamos?, no en términos de justicia sino de un poder instituido


en un sistema de gobierno titulado formalmente como división de poderes, pero jamás independiente de los otros, pero no nos desviemos del temas, pues -la ley- es la ley ¡del más fuerte!, del poder y "la esencia" de todo poder es tener "más poder".


Al poder se le enfrente el -no poder-, equivocación mortal, porque no será la marea humana en las calles protestando que es el -no poder-  lo que pueda hacer mella a la estructura formal del poder económico, institucionalizado y político, ¿antecedentes de la marea imponiendo sus condiciones desde la protesta?, ¿la Bastilla quizás?, el 17 de octubre del 45 ante un ejército dividido que vio ¡ahí! la oportunidad de liberar al coronel y posicionarse mejor en esa interna. 


Pero hoy día -no hay- clima de Bastilla, ni tampoco aquella efervescencia política ante un peronismo aburguesado, sindicalistas más abiertos a los pactos y una grieta en el propio movimiento, así, solo habrá fracciones de gente movilizándose, y esa será por el momento la única acción por parte de todos los interesados.


Por supuesto, queda el periodismo militante (dejamos de lado al otro) que enarbola explicaciones, adjetivaciones acerca del poder y por supuesto, centrado en la figura de los jueces, ellos creen que concientizan, por ser las voces de las verdades, así, la revelación de  chat, las fotos, los audios en modo "operación" por parte de algunos integrantes de ese poder, no logren cambiar nada, lo que muestra la cabal limitación pragmática de su accionar, pues las palabras y las intenciones "no son las cosas". 


Los argumentos más escuchados fueron, "está en riesgo la democracia" pero siempre lo estuvo ante una democracia limitada a lo electoral, otro argumento, "que unos pocos", (poder económico), decida por sobre todos, pero siempre fue así, "la inutilidad" de la presente gestión para poner coto a ese poder, suba de precios -es más que claro-.


¿Qué queda como acción concreta para mellar, limitar o poner en jaque a ese poder más allá de las muestras de indignación, repudio, enojo?, como nadie sabe nada, nadie sabe cómo actuar ante ese poder, solo el acto reflejo del movilizar es la única acción o la carencia de un sistema político publicitado como fuerte.


Para terminar una frase criptica, "la ley" no es impune........

Juan Oviedo, profesor de filosofía geselino

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