Viernes, 19 de Abril Villa Gesell

Opinión | Columnistas

Juan Oviedo, profesor de filosofía geselino

Sentencia

Hay una -última- frase en la película "Apocalipsis Now" por parte del coronel Kurtz -tras ser acuchillado- y dice: ¡El horror! ¡El horror!”, él, como parte del horror es ajusticiado por otro horror, "su asesino" y lo que ese soldado -representa- ¡la guerra!.


Pero hay otra -frase- y también con parecido sentido, "usted puede condenar a los caníbales como tales, pero usted -no puede- hacer algo", ¡comérselos!, en otras palabras, usted como "jurado" no puede convertirse en aquello que decide, a la violencia fallar con "más violencia".


Y es lo que se puede considerar respecto a -la condena- que han sufrido los rugbiers, quitarles "condición humana" por ser asesinos y ese hurtar, anular, despojar es -violencia- porque ¡va! contra esa misma condición por quedamos "presos" de la posición del ¡asesino!.


Ahora, tal mirar es cosificante respecto a los imputados, porque al ser mirados "solo" como asesinos, se deja de lado otras facetas ontológicas de la variabilidad del "ser" como significa el "ser" -hijos, amigos, hermanos, primos, amores, estudiantes-, etc., bueno, nada de ello será posible por la condena que han recibido, y eso es ¡violencia! porque atenta a la condición humana de los rugbiers.


Quedarnos en el "asesino" es la -ontificación- del "ser" y algo congruente con estos tiempos muy en consonancia con la ¡tiranía! del simulacro como algo "real" posicionado por lo mediático como significa todo -aparecer-, o "sutil" mandato a percibir lo que "aparece" como vinculado a real, y que en este caso es la ¡perpetuidad!, deseada, querida, anhelada como "justo".


Pero vayamos propiamente a "la violencia" en contra de "la otra violencia" que posiciona a una ¡sentencia! justificada bajo el "curioso" rótulo de -justicia o imparcialidad-, cuando la condena -social- ya se hubo expedido, un vulgo propenso a las ¡venganzas! antes que a toda imparcialidad y que el jurado tomo -nota- y quizás por eso, su fallo del 5 a 3, ¡salomónico!.


¿Que imparte ese poder judicial?, las -cargas- de dolores de las familias involucradas, algo que nos recuerda las frases de la nota acerca del horror que -se combate- con otro horror, en este caso del dolor propio a otro dolor, el ajeno, "la venganza" jamás es sobre el sujeto a vengar, sino sobre su descendencia, ¡los hijos!.


La instancia punitiva es "paradojal" condena a la ¡muerte en vida! a quienes mataron, ahora, el matar del estado no es ¡asesinato! sino sentencia desde el rotulo de -justicia-, en otras palabras, dar lo que se merece el "otro" con -la misma vara-, horror con horror, violencia con violencia, dolor con dolor, una justicia que ha venido a reemplazar al -ojo por ojo- etc., pero en los hechos ¡estar ante lo mismo!.


Y momento de recordar a Rafael Nahuel, Santiago Maldonado y la cantidad que se "desconoce" porque si existe el -brazo armado de la ley-, y ésta, vinculada a una justicia, la única garantía es la que usted "piensa", ¡líbrennos de "tales brazos" y tal "justicia"!.

Juan Oviedo, profesor de filosofía geselino

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