La paradoja es simple y sea, “posicionar” aquello que se quiere vedar, porque ¿quién puede negar que el presente gobierno ya ha –posicionado- al peronismo en el 27 como su sucesor?, ¡nadie! Como un destino natural en este país, cada cuatro años, (más o menos) regrese al poder y más allá de no ser electo, en poco tiempo vuelve a retornar triunfante. Lo que nos recuerda al personaje mitológico de la hidra de Lerna.
Pero, hay dos preguntas que se aluden mutuamente, la primera, ¿porque gana?, y la segunda, ¿porque pierde?, mire, pueblo, banderas partidarias, patria, todos esos significantes presentes explican la victoria, ahora, curiosamente, no puedan explicar a la derrota. ¿Será porque pueblo se torna ciudadano y la bandera, mude en otra más evocativa como la celeste y blanca, mientras, la patria, ha devenido en República?
En ese estado de cosas, quizás, una recuperación al bombardeo partidario y productor de hartazgos pueda suceder., imagine el silencio del folclor peronista sin golpear las conciencias propias y ajenas, y la chance a un pensamiento distinto, algo demonizado en los absortos de pensamiento único y sinónimo de gorila.
Mientras que ahora, con el presente 17 de octubre en este 25, se posicionen -dos- formas de entenderlo, la de la historia por un lado y la del historicismo por el otro. La primera, con toda la parafernalia causal del hecho histórico, o sea, no se conmemora solo el fenómeno, sino que se posiciona un deseo, voluntad o si se quiere un DESTINO. Es la “creencia” en las leyes inexorables del destino histórico de la República políticamente hablando y esas son las del peronismo.
Pero ¿y el historicismo?, ¿qué nos dice el ´planteo historicista? “Según Popper, la pretensión del historicismo de haber capturado de una vez y para siempre la clave del devenir histórico ha servido de apoyo a distintos proyectos de ingeniería holística o utópica, cuyo resultado práctico ha sido el sacrificio de muchos hombres y mujeres en nombre de un ideal de sociedad con claro contenido utópico y, por lo tanto, probablemente no realizable. Popper se propone demostrar que esta pretensión, especialmente por sus consecuencias morales, no se encuentra justificada y que, además, no es justificable de ningún modo a partir de las condiciones propias del saber científico”[1].
Por un lado, tenemos “creencia” y por el otro, “pretensión” y es lo que se viene repitiendo en cada 17 de octubre como el -día de la lealtad-, pero la lealtad ¿a un partido o a la República? Y para evitar disquisiciones el relato unificador de pueblo, patria, partido lo vincula al de la República. Pero la falacia no desmiente que cada vez que el peronismo deja de ser gobierno a nivel nacional, la forma republicana “no” desaparece.
Lo que aclara la cuestión de la lealtad y como ilustración vamos a la presente consigna “MILEI O ARGENTINA” ¿y quién cree que representa a la Argentina?, ahora, el lema electoral del momento entre Bessent o Perón, busque posicionar aquel enfrentamiento y favorable al peronismo de aquel tiempo, en otras palabras, historicismo sin más.
Pero si el “mito” del eterno retorno es ese historicismo encarnado en el peronismo, lo será, hasta que sufra la instancia paradojal del hecho histórico, del -no ciclo- donde la historia devenga tal al -liberarse- de la atadura del historicismo, entonces, ¿sabe lo que eso significa?.........Y usted pensara, mucho condicional ¿no?, y ¡sí!, porque si el país tiene doscientos años, de los cuales –ochenta- los transcurrió bajo y con el peronismo, el historicismo se yergue historia,
Las paradojas al día, el condicional es una “pretensión” y la historia, desterrando al historicismo otra “creencia”, así estamos, cambie del bando que sea, creencias y pretensiones ¡gobiernan!
Juan Oviedo
[1] ENRIQUE MUÑOZ MICKI.F.* LA CRÍTICA POPPERIANA A LA JUSTIFICACIÓN
TEÓRICA DEL HISTORICISMO POLÍTICO, UNIVERSrfAS PHILOSOPHICA 38, (pp. 295-314)
junio 2002, Bogotá, Colombia.