Jueves, 25 de Abril Villa Gesell

Opinión | Comentarios

LOS NIÑOS -LOS PADRES Y LA GUERRA

LOS NIÑOS -LOS PADRES Y LA GUERRA


“W. Churchill le pregunta al gran psicoanalista D. Winnicott sobre la cantidad de niños solos por la guerra y le responde consígales una familia porque de ello depende la democracia de Inglaterra” - (Obras completas D. Winnicott)


Mi artículo de hoy no va a ser sobre temas de drogas como los hago habitualmente. Me impactó el llanto de una niña al despedirse de su padre que iba a la guerra en la invasión de Rusia a Ucrania. También me quiero referir a la cantidad de niños evacuados desde distintos lugares del mundo que no tienen el principal alimento que es el Amor y su circuito es el ruido de las bombas o la huida en embarcaciones inseguras hacia territorios desconocidos. También a los miles de niños que andan solos en las calles de nuestras ciudades y viven la Guerra de no tener padres o que han sido abandonados y no tienen familias adoptantes y por último a la gran cantidad de niños adoptados pero que les cuesta “adoptar” a sus padres y tienen conductas antisociales como vengándose de su destino.


 El niño solo y sin Amor es quizás uno de los principales dolores de hoy y máxime en momentos que se denigra y devalúa la vida familiar y se hace al mismo tiempo de los Derechos del Niño un olvido permanente.


Veremos como D. Winnicott emplea permanente la palabra Hogar como casi sinónimo de amor ofrendado. Hogar es una palabra que se ha cancelado hoy en el discurso de lo políticamente correcto en la cultura “woke” que nos domina (el “wokismo” es una politica que intenta derribar viejos cimientos de la civilización y la libertad).


Es emocionante lo que se hace en Polonia en donde se ha creado una red de hogares para albergar a refugiados ucranianos y esto surgió del propio pueblo polaco que recuerda los horrores del nazismo.


 Creo que gran parte de la historia de la Humanidad es el Amor con mayúscula y el trauma de la separación. El llanto de los dos (en Ucrania) mientras el bus partía resume gran parte de nuestras vidas que es la historia del Amor y de la separación cruenta de lo que amamos.


El maestro inglés Winnicott trabajo mucho con los efectos de la Guerra en Inglaterra con los niños de la guerra y los niños evacuados en otros hogares ya que sus padres estaban luchando o habían muerto. Sus obras “El niño y la Guerra” y “Albergues en tiempos de Paz y de Guerra” son odas maravillosas de un terapeuta que desparrama vida y amor en sus tareas.


En los niños muy pequeños, nos dice, los peores efectos se refieren a la separación con respecto a ambientes y olores familiares, y quizás de la madre, y a la pérdida de contacto con el padre, cosas que a menudo es imposible evitar. Con todo, puede ocurrir que tengan más contacto con el cuerpo de la madre del que se produciría en circunstancias ordinarias, y a veces descubren cómo se siente la madre cuando tiene miedo (ruido de bombas, explosiones, etc.).


 Muy pronto, sin embargo, los niños comienzan a pensar y a hablar en términos de guerra tomando el vocabulario de los adultos que lo rodean, y tiene la mente llena de aviones, misiles, bombas y cráteres.


En otro grupo (comentando sobre su experiencia con niños evacuados) encontramos al niño sobre cuyos hombros parece descansar el “peso” del mundo, el niño que tiende a deprimirse. De este grupo surgen los individuos capaces del más valioso esfuerzo constructivo, sea bajo la forma de protección a niños, más pequeños o de producción de algo valioso en una u otra forma del arte. Para esos niños la idea de la guerra es espantosa, pero ya la han experimentado en sí mismos. No hay esperanza, ni desesperación, que les resulte nueva. Para esos niños las noticias de guerra son terribles cuando son realmente malas, y jubilosas cuando proporcionan seguridad.


 


EL HOGAR PERDIDO ES EL AMOR PERDIDO


Mas tarde dice;” es posible que alguien ame a un niño y, no obstante, fracase, porque el niño no tiene la sensación de estar en un hogar. Creo que lo importante aquí es que, si uno hace un hogar para un niño, le proporciona un pequeño fragmento del mundo que el niño puede comprender y en el que puede creer en los momentos en que falta amor, pues a veces falta amor, aunque sea superficialmente”.


Es tan natural que un niño sienta que su propio hogar es mejor y que lo que cocina su propia madre es lo único digno de comerse. La mayor parte de las veces, ustedes comprobaron que el niño a su cuidado necesitaba un largo tiempo, quizás muy largo, para adaptarse.


Quizás “haya algún osito, una muñeca o alguna ropa rescatada del hogar, hacia el cual pueda seguir experimentando algunos sentimientos, y entonces ese objeto adquiere tremenda importancia para él (objeto de transición que le recuerda el ambiente familiar y que es un consuelo y reparo)”.


Esa amenaza de perder los sentimientos, que surge para los niños alejados durante mucho tiempo de todo lo que aman, conduce a menudo a peleas. Los niños comienzan a buscar dificultades, y cuando alguien se enoja sienten un genuino alivio; pero ese alivio no es duradero. Durante la evacuación, los niños han tenido que pasar por estos angustiosos períodos de duda e incertidumbre, imposibilitados de regresar al hogar, y debe recordarse que no estaban pupilos en una escuela y regresaban a su casa para las vacaciones. Debían encontrar un nuevo hogar lejos del hogar. Ustedes, como custodios de los niños, debieron hacer frente a todo.


 


El cuidado corporal de un niño es algo muy importante. Mantener a un niño sano y libre de enfermedad física, es algo que necesita vigilancia constante, v en el curso de un largo período de evacuación debe haber habido ocasiones en que los adoptantes (en los países que se preocupan por los chicos) tuvieron que asumir responsabilidad por alguna enfermedad corporal, cosa que resulta mucho más difícil de hacer cuando no se trata de un hijo propio.


 Cuidaron del cuerpo del niño; pero la evacuación hizo comprender a muchos que eso es sólo una parte de algo más vasto: el cuidado del niño íntegro, del niño íntegro que es un ser humano con una constante necesidad de amor y de comprensión. La cuestión es que ustedes, dice Winnicott, “han hecho tanto más que proporcionar alimento, ropa y calor. Pero ni siquiera esto bastaba. El niño venía de un hogar, y ustedes lo recibieron en su hogar. Y el hogar parece estar por detrás de la idea de amor.”


“Si existe una sensación de hogar, la relación entre un niño y los adultos puede sobrevivir a largos períodos de equívocos. De modo que puedo suponer que, si han conservado a un niño evacuado durante largo tiempo, significa que lo han instalado en un hogar, lo cual es algo muy distinto de dejarlo estar en una casa, y el niño ha respondido y ha usado ese hogar como tal”.


El niño “llegó a creer-les dice a padres adoptantes-, y gradualmente pudo colocar en ustedes parte de sus sentimientos hacia la madre, de modo que, en cierto sentido, se convirtieron temporariamente en la madre del niño”.


Tarde o temprano todo niño tenía que aceptar los hechos, aceptar que estaba lejos del hogar y solo. Lo que ocurría en ese momento dependía de la edad del niño, así como de la clase de criatura que fuera, y de la clase de hogar de donde provenía, pero en esencia todos debían enfrentar el mismo problema: aceptaban el nuevo hogar, o bien se aferraban a la idea de su propio hogar y trataban a su nueva ubicación como un lugar donde debían permanecer durante unas vacaciones bastante prolongadas.


Durante algunos días o semanas todo anda bien, y luego el niño descubre que ya no puede sentir que su madre es real, o bien conserva la idea de que su padre, o sus hermanos, sufrirán algún daño. Esta es la idea que tiene en la mente. También tiene toda clase de sueños relativos a luchas terroríficas que revelan- los intensos conflictos de su mente. Y peor aún, después de un tiempo puede descubrir que ya no tiene sentimientos intensos de ningún tipo. Toda su vida ha tenido intensos sentimientos de amor, y ha llegado a confiar en ellos, a darlos por sentados, a sentirse sostenido por ellos. De pronto, en tierra desconocida, se encuentra sin el apoyo de ningún sentimiento intenso, y eso lo aterroriza. No sabe que se recuperará si puede esperar.


Hasta ese momento el niño había estado tratando de conocerlos, acostumbrándose a la nueva casa, comiendo la comida que ustedes le daban. Ahora acudía a ustedes en busca de amor y de la sensación de ser amado.


¿Carece esto de otro valor aparte del bien hecho a un niño? Sin duda algo valioso que puede obtenerse de la evacuación (cosa muy trágica en sí misma) es que todos los que han logrado conservar un niño evacuado han llegado a comprender las dificultades, así como las recompensas, inherentes al cuidado de hijos ajenos, y pueden ayudar ahora a quienes están haciendo lo mismo.


 Mas tarde dice, “siempre hubo niños destituidos, y siempre ha habido padres adoptivos que hicieron el tipo de trabajo que ustedes han estado realizando, y con gran eficacia”. Cuando se trata del cuidado total de un niño, la experiencia es lo único que cuenta, y si cada uno de ustedes ha podido, mediante su éxito con un niño evacuado, convertirse en un vecino comprensivo de un padre adoptivo en el período de posguerra,” creo que la tarea de todos ustedes no habrá concluido cuando esos niños evacuados regresen a sus verdaderos hogares”.


¿Por que la Guerra?


Vale la pena leer las cartas entre Einstein y Freud sobre los horrores de la Guerra y la frialdad homicida de los “Amos del Mundo” llamados por Freud “Amos de la Muerte” refiriéndose a la devastación, nazi, fascista y Stalinista.


Freud antepone Derecho a violencia. Derecho como sinónimo de civilización y cultura. Apelar a la violencia es un símil de la animalidad. La horda en los orígenes de la civilización imponía su dominio a través de la superioridad de la fuerza física. Esta luego se complementa con las armas. Liquidar al enemigo satisface una necesidad instintiva: la pulsión de muerte y a veces en lugar de matar se lo esclaviza.


El Derecho es que muchos débiles se opongan al Poderoso porque” la unión hace la fuerza”. La unión socava la violencia y eso representa el Derecho. El Derecho es la fuerza de una comunidad. El Imperio del Derecho vs. El Imperio de la violencia le dice Freud a Einstein. Esto choca con un instinto de odio y destrucción que anida en todo hombre y ahí Eros (el Amor) està en lucha permanente con los que quieren matar y destruir. Hay que apelar al Eros -sigue diciendo-permanentemente en la comunidad.


 Le dice a Einstein ¿Por qué nos rebelamos contra la guerra?; “precisamente porque todo hombre tiene derecho a su propia vida, porque la guerra destruye vidas cargadas de promesas, coloca al hombre en situaciones que lo deshonran, obliga a matar”. “Todo lo que trabaja a favor de la cultura -sigue diciendo-trabaja en contra de la Guerra."

Dr. Juan Alberto Yaría, especialista en drogadependencia

Más Comentarios

Ver Archivo