Jueves, 28 de Marzo Villa Gesell

Opinión | Editoriales

En la pelea por la basura, Gustavo tiene razón

*Por Gerardo Tavarone, licenciado en Comunicación Social y responsable del portal de noticias local Sector Informativo. También cumple funciones como corresponsal de Radio Provincia de Buenos Aires en Pinamar y Villa Gesell.

La culpa en el conflicto por la basura la tiene Gustavo, y la razón también.

Las extensas "peleas" entre la comuna y la empresa de recolección de residuos Ecoplata (que ya vienen de hace tiempo) trajo aparejado una incógnita necesaria y determinante para el Gobierno de Gustavo Barrera: ¿debe la comuna rescindir el contrato y buscar una nueva opción? o por el contrario ¿debe ceder un poco y aumentar el canon que recibe la empresa acorde a lo que pide? Esa es la cuestión...

Aunque esto de quitarle el servicio al empresario Gustavo Pereyra no está totalmente decidido, en el seno de la administración local ya piensan en cortar relación con la empresa y municipalizar el servicio o buscar otra prestadora. De hecho, enviaron una intimación para que los camiones salgan a recorrer la ciudad o, casi contrario, la comuna podría iniciará el proceso de cese.

La cosa no es tan fácil: rescindir el contraro tiene sus costos pero además dejaría a la ciudad en un vacío importante hasta que la nueva empresa o la misma comuna -con camiones propios y más personal- "le agarre la mano a la recolección".

Los dos actores tienen algo de razón y culpa, digamos que la responsabilidad es compartida: es cierto que la empresa tiene derecho a recibir una paga acorde a los gastos y el servicio en el marco de los parámetros de la inflación galopante. También es cierto que la comuna tiene problemas financieros que de seguro se reflejan a la hora de adecuar los costos, y, la verdad que eso no es culpa de la empresa.

También es cierto que el empresario, tal como sucedió con El Ultimo Querandí, llega a límites impensados a la hora de reclamar. Pretender un aumento del 40% del canon es, si se quiere, muy loco porque representa millones de pesos que hoy la ciudad no tiene (y no creo que vaya a tener). Y si no se da esa suma pasa lo de ahora, tal como sucedió con el Ultimo Querandi pero en este caso con otro gremio de por medio. 

La sensación es que, por mas reuniones que se hagan en el Ministerio de Trabajo o en el palacio comunal, las partes están cada más lejos de arreglar. Pereyra no bajará mucho sus pretensiones y Barrera tampoco pagará cualquier cosa.

Se conformó una especie de "ver quien gana" (que en la jerga se dice de una manera mucho más vulgar en materia de mediciones íntimas). En el medio está la ciudad y los vecinos, que hasta el momento tienen un servicio a medias y una ciudad sucia. 

La culpa la tiene Gustavo y la razón, también. 

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