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Travesías en el sur de la ciudad

Viernes, 12 de Julio

La tierra del Faro Querandí, una excursión hacia los médanos que ni Carlos Gesell domó

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La reserva del Faro Querandí guarda una latido único que desvive a turistas y locales. Alojado a poco más de 25 KM de la ciudad de Villa Gesell, es un atractivo que fascina por su entorno, su historia y su contexto. Una travesía ideal para realizar con un vehículo 4x4 o un cuatriciclo. Entérate todo sobre precios y caminos para llegar.

A 25 KM de Villa Gesell existe un faro que deslumbra a turistas y, y también a residentes. En realidad, desde el punto de vista estructural no ofrece mucho más que otro ejemplar en algún otro lado del mundo, pero su entorno promete una travesía magnífica que permite disfrutar de la playa aislada, una flora y fauna especial, y médanos, mucho kilómetros de médanos vírgenes que ni Don Carlos Gesell pudo domar.

Es el Faro Querandí, ubicado en una reserva natural que promete diversión además de jornadas de paz y naturaleza que inspiran. Fundado en 1922, emerge entre los médanos y playa más solitaria de Villa Gesell para el difrute de quien llega. Está ubicado en una superficie de 5.757 hectáreas de dunas, rodeado por importante bosque. La denominación "Querandí" proviene por los indios querandíes y significa "hombres que untan con grasa". 

¿Cómo llegar? Básicamente, existen dos entradas para llegar a la reserva. La más común es por calle 47 y playa, Mar Azul, mientras que la segunda está sobre la ruta 11, camino a Mar del Plata, por la denominada Playa Querandí. Ambos accesos inaccesibles para un vehículo de tracción simple. De hecho, se recomiendo ingresar con vehículo 4x4, motos preparadas para la arena, cuatriciclos, a caballo o, aunque parezca una locura, también caminando desde la playa.

En Villa Gesell sur, sobre la zona de paseo 150 y avenida 3, existen al menos dos empresas dedicadas a la travesía por los médanos. Ofrecen un servicio de cuatriciclo con guía grupal para llegar a destino sano y salvo.

En Mar de las Pampas y Mar Azul, sobre la calle principal, también existen algunos oferentes locales aunque los fines de semana en temporada baja y todos los días en temporada alta.

Otra forma de llegar a caballo, con travesías que ofrecen en el avenida 3 y paseo 160, entre Mar de las Pampas y Villa Gesell sur. Esta excursión está disponible durante los fines de semana y, verano, todos los días.  

¿Quiénes están en la reserva para recibir al turista? Existen dos grupos que trabajan en conjunto. Por un lado, la Prefectura Naval Argentina, sobre quien está el cuidado del faro y la reserva circunscripta. También el equipo de guardaparques, que en temporada baja tienen presencia los viernes, sábados y domingos, desde las 10 AM a 17 PM. Este último grupo tiene un espacio propio donde se forma un "recreo" donde se explica al visitante lo referido a la fauna, flora, ambiente del lugar además de los dos senderos ecoturisticos.  

¿Cuánto vale la entrada al faro? Hasta hace algunos años, los turistas podían ingresar al faro y, los más valientes, incluso subir algunos escalones. Pero un accidente obligó a cerrar el paso para visitantes por lo que, los turistas NO PODRÁN INGRESAR, sólo observarlo por afuera y disfrutar de la reserva natural que lo rodea.

¿Existe servicio de guardavidas en la playa del faro? No. Desde la Playa Querandí y hasta Mar Chiquita, no existe servicio de guardavidas. El mar, en esa zona, genera "ollas" que son ideales para pescar. Por este motivo, se recomienda ingresar con MUCHA precaución. 

¿Dónde se puede dormir? La reserva no tiene servicio de alojamiento. Pero las localidades del sur geselino (Mar Azul, Mar de las Pampas y Las Gaviotas) ofrecen servicio hotelero premium (aunque también algo más moderado) para pasar una aventura única. En verano, durante la temporada alta, la semana de una cabaña para 4 personas cuesta cerca de 35 a 55 mil pesos. Por lo general incluye desayuno y servicios diversos. Luego hay algunos alojamientos que ofrecen servicio por noche, que promedia los 6 mil pesos diarios.

Aunque es un atractivo que puede visitarse todo el año, y siempre guarda algo de encanto, lo ideal es programar un fin de semana (si es largo mejor) en septimebre, octubre o noviembre, cuando los precios son todavía bajos y las temperaturas empiezan a moderarse.