El último parte diario que registra la información oficial indica que Pinamar tiene, al día de hoy, lunes 4 de enero, 200 casos activos, un número abismal si se compara con los registros geselinos. El Gobierno de esa ciudad mostró nula conducta para prevenir el repunte.
Cuando Villa Gesell solo registra 35 casos activos, Pinamar vive una realidad totalmente diferente. La vecina ciudad registra casi 200 casos simultáneos y otro gran número en estudio. La situación es preocupante y pone bajo la lupa la forma en que cada Gobierno maneja la pandemia, aún con el verano en marcha.
El último parte diario que registra la información oficial indica que Pinamar tiene, al día de hoy, lunes 4 de enero, 200 casos activos, un número abismal si se compara con los registros geselinos.
El intendente Yeza no parece querer aplicar ninguna medida restrictiva extra, más allá de lo que baja Nación y Provincia para el verano. Pero con esa campaña pareciera no alcanzar: Pinamar no puede hacer descender sus cifras de COVID desde hace meses, cuando llegó a más de 250 casos en plena pandemia.
Hay algo que es cierto. La gente (turistas y residentes) debe poner su parte si pretenden pasar la temporada con números que no hagan explotar de casos a la ciudad y sus sistema de Salud Público. De hecho, hace algunos días se viralizó un video de una playa céntrica pinamarense que albergaba una gran cantidad de jóvenes. La policía arribó al lugar con cuatriciclos y los obligó a movilizarse como si fuera un gallinero, todo en el marco de una situación penosa que muestra como el Gobierno de Pinamar maneja los contextos que puedan darse.
La culpa de amotonarse es de la gente, sin lugar a dudas. Pero la obligación cuidar y prevenir es del Gobierno local. Pinamar falla en ese aspecto de forma grotesca.
Qué más podemos decir. Villa Gesell recién hoy tuvo un "repunte" de casos: venía con cifras de entre 15 y 25 casos y hoy se dieron 35 en total. Un registro que preocupa porque de 35 a 50 casos y de 50 a 100 hay un escalón. Pero si se compara entre ciudades, con las mismas características y población, la realidad geselina es muchísimo más aireada.
¿Es la diferencia entre un Gobierno que diagrama una estrategia y otro que hace en el día a día? Eso lo sabremos cuando termine enero.
